El Dr. Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC) analiza en esta entrevista concedida a ‘Médicos y Pacientes’ los temas que aborda el VI Congreso de Deontología Médica que comienza mañana en Badajoz. El Dr. Rodríguez Sendín, que ha intervenido en todas las actualizaciones del Código Deontológico desde los años 80, se muestra satisfecho por la participación de los colegiados, que han presentado más de 3.000 alegaciones al nuevo texto, y recuerda que “el médico tiene un compromiso deontológico con el ciudadano que sufre”
¿Qué supone para la profesión médica el Congreso de Deontología Médica?
Es un lugar de encuentro y cada año crece, porque aumenta el interés de los colegas a la hora de acudir, especialmente de las comisiones deontológicas, que son las que tienen la mayor motivación porque se abordan cuestiones que, en ocasiones tienen que resolver. El congreso es práctico y trata temas en las que no resulta fácil dar una solución equitativa. Las cuestiones que se analizan no son blancos o negros, sino que requieren una respuesta ajustada a cada caso. Son planteamientos que nos afectan a todos y sirve para revitalizar la deontología que es una gran necesidad. A pesar de que estamos satisfechos, al tratarse de uno de los pilares de la profesión médica esperemos que continúe creciendo cada año.
Participará una mesa dedicada a las lagunas deontológicas de la actualidad, en la que abordará el acoso laboral en centros sanitarios. ¿Cuál es la situación sobre este asunto?
Es una cuestión importante y pendiente porque no está suficientemente tratada. La dualidad entre superior-inferior, que se da tanto en la vida pública, es muy frecuente en la jerarquía profesional en un ámbito tan competitivo como es el nuestro. La gente busca llegar lo antes posible a la meta y algunos utilizan caminos que no son aceptables. Según una encuesta que realizó un grupo de trabajo del Colegio de Médicos de Madrid, dirigido por la Dra. Crespo, el 30% de los encuestados señaló que en algún momento de su trayectoria profesional había sufrido acoso moral y laboral en los servicios sanitario. Se trata de una tercera parte, lo que pone de manifiesto que es un problema serio. Otro tema es la importancia que conlleva esa situación en problemas que denominamos PAIME. Se trata de un contexto que se ha analizado, pero no se ha afrontado con plenitud. Por este motivo, queremos ofrecer la visión deontológica y lo ponemos encima de la mesa para tomar medidas preventivas, estratégicas y terapéuticas.
Otro tema que merece ser abordado desde el punto de vista ético es el acceso a la historia clínica.
Las cosas han cambiado mucho, especialmente desde la puesta en marcha de la nueva normativa de la Unión Europea sobre protección de datos. El médico debe interiorizar que las reglas están muy claras desde el punto de vista legal y deontológico. No se puede acceder a la historia clínica de un paciente sobre el que no se tenga ningún tipo de actuación, salvo que con carácter general esté realizando algún tipo de estudio, para lo que se necesitan los permisos pertinentes. Los accesos indebidos, aunque tengan buena fe, pueden tener repercusiones penales y profesionales. Se va a analizar la norma para saber qué es lo correcto y cuáles son los agravantes que son superiores en el caso de los profesionales sanitarios que trabajamos en el ámbito público.
También se tratará la atención médica al final de la vida desde el punto de vista médico, político, religioso y jurídico. ¿Cuál es la postura de la profesión médica?
La profesión médica está muy diversificada. Todo es muy matizable. Existen casos que generan mucho sufrimiento en el paciente y sus familiares y nos preocupa que tengan la atención debida, que no está garantizada en todo el territorio nacional. Hay que analizar si todos los ciudadanos cuando llegan al final de sus días tienen la atención debida para que no tenga la necesidad de desear la muerte precoz. Una parte de la profesión es partidaria de la legalización de la eutanasia y otra que se sitúa radicalmente en contra y nunca lo haría. La profesión médica está para defender la vida y la calidad de la misma y la legalización de la eutanasia plantea controversias respecto a este objetivo fundamental, que no debe alterarse porque resulta mucho más beneficioso para la sociedad que se siga preservando. No obstante, el debate está abierto.
Una mesa analizará el papel del médico ante la violencia de género. ¿Cuál es la función del profesional ante este tipo de episodios?
Los pacientes que se sienten oprimidos y padecen sufrimiento manifiestan sus quejas en la intimidad de la consulta. Por lo tanto, el médico tiene un lugar privilegiado para detectar estas situaciones. Bien cuando lo quiere manifestar con claridad, o cuando no se atreve hacerlo. Solo desde el conocimiento del paciente, el facultativo se puede preguntar qué es lo que le está pasando para que esté cambiando su conducta. Hay que tratar de fomentar una situación favorable para que el paciente exprese lo que realmente siente, ofrecer un modelo explicativo y aconsejarle si llega el momento. Esta posición del médico va más allá de la violencia de género y puede aplicarse a casos de explotación sexual. El médico tiene un compromiso deontológico con el paciente que sufre a nivel moral y físico. Hay que intervenir con la prudencia debía y cuando proceda.
Es la primera vez que se ha abierto un proceso para que colegiados e instituciones puedan ofrecer su punto de vista y plantear alegaciones a la actualización del Código de Deontología Médica. ¿Por qué se tomó esta medida?
Un código que es de obligado cumplimiento para todos los médicos debe fijar unas normas consensuadas. Es positivo que todos los interesados puedan aportar su visión. Con la actualización de 2011 ya hubo colegios que se lo enviaron a sus colegiados y en este caso hemos pedido a todos que lo hagan para poder contar con sus aportaciones. Hay temas muy candentes que requieren el posicionamiento de la profesión médica y resulta muy interesante contar con la mayor participación posible, incluso de las instituciones. Es un código que debe ser concreto, porque han cambiado mucho las cosas y hay numerosas novedades que hace 8 años no estaban presentes. A diario suceden cosas que no estaban previstas.
Usted ha pasado por muchos cargos relevantes de la corporación. Ahora, desde la presidencia de la Comisión Central de Deontología, ¿cambia la visión respecto a algunos temas?
En mi caso no. Desde los años 80 he participado en todas las actualizaciones del Código de Deontología. Siempre he tenido muy presentes estos temas en mi quehacer diario y así lo demuestran todas las declaraciones y jornadas que se realizaron en mis ocho años como presidente y siete como secretario general del CGCOM. Ahora puedo centrarme en ello de manera más pausada y con más dedicación.
¿Qué balance puede realizar de este año y medio al frente de la Comisión Central de Deontología?
Estoy extraordinariamente contento por la cohesión existente entre los miembros de la Comisión Central de Deontología y nos hemos sentido muy cómodos en la redacción del nuevo código, porque las preocupaciones del médico requieren una respuesta ajustada. Además, estoy muy satisfecho por la reacción que han tenido los colegios a la hora de distribuir el borrador de la actualización entre sus colegiados, porque no era obligatorio. Y más, si cabe, porque las respuestas han sido numerosas. No obstante, quedan muchas cosas por hacer y el buen hacer del médico nunca tiene fin.
