Médicos y Pacientes habla con el Dr. Rafael Sotoca, director gerente del Servicio Cántabro de Salud, que forma parte del comité científico del IV Congreso de Cooperación Internacional. El experto en cooperación internacional, que también fue jefe de misión y coordinador médico de Médicos Sin Fronteras en Argentina, en 2003, y en el sur de Colombia, en 2002, nos explica cómo se pueden involucrar mejor a las comunidades locales en la planificación y la implementación de los proyectos de cooperación internacional
– ¿Cómo afecta el cambio climático a la salud?
La ciencia revela que la crisis climática tiene efectos directos sobre la salud de todas las personas, y como siempre, de forma más grave, en las más vulnerables.
Para ser directo, la crisis climática tiene múltiples efectos. Algunos, sin ser sistemático, pero ya evidentes en diferentes contextos son en el aumento de transmisibilidad de enfermedades infecciosas como malaria, dengue o cólera, la escasez de agua y la inseguridad alimentaria y la malnutrición que provoca, el aumento de frecuencia de catástrofes naturales que también generan desplazamientos de población y afectación de la salud mental.
– ¿Este cambio impacta por igual en la salud de la población en todas las regiones del planeta?
Afecta a todas las regiones y a todas las poblaciones, pero a cada una de forma diferente. En Yemen la dificultad de acceso al agua ha multiplicado los terribles efectos de las epidemias de cólera en el país, y las inundaciones en Honduras el aumento en la aparición de casos de dengue, sobre todo en menores de 15 años que viven en zonas urbanas pobres. En otras regiones su impacto en las cosechas o economías locales está generando desplazamientos que tienen como consecuencia también que el mediterráneo se esté convirtiendo en una gran fosa. La climática es una crisis global, nos afecta a todos de una o varias maneras.
– ¿Considera relevante la celebración de este congreso? ¿por qué?
Los profesionales de la salud somos científicos que debemos estar al día de las novedades que afectan a nuestro campo de actuación y decisión. La crisis climática tiene un impacto importante y creciente tanto en las poblaciones afectadas como en el tipo de consecuencias. Compartir experiencias y conocimiento nos permite estar más preparados para manejarlas y también para forzar medidas para frenar sus causas.
– ¿Qué tiene que ver la cooperación internacional con el abordaje del cambio climático?
Tiene dos claras áreas de acción: por un lado, las organizaciones vinculadas a la cooperación tienen que organizar respuestas adaptadas a las poblaciones y personas afectadas por la crisis climática. Esto incluye rediseñar proyectos y crecer en la respuesta a epidemias, a los problemas de desplazamiento y desnutrición o responder a las consecuencias de las catástrofes naturales relacionadas con la crisis.
Por otro lado, como organizaciones de la sociedad civil, debemos promover un debate global y una respuesta política contundente a esta crisis, como voz de aquellos que no la tienen, pero sufren sus consecuencias.
– Usted ha sido coordinador médico de Médicos Sin Fronteras en Argentina en 2003 y en el sur de Colombia en 2002, ¿Cuáles son las principales acciones de MSF en relación con el cambio climático y la salud global?
MSF tiene un compromiso con el clima con doble factor, en primer lugar, en primera persona, con acciones encaminadas a disminuir nuestra propia huella de carbono relacionada con nuestra actividad médico-humanitaria. Toda la organización, a nivel global, proyectos, oficinas, equipos, pone en marcha acciones para bajar nuestro propio impacto en un 50% antes del año 2030. Esto no es nada fácil, mantener nuestro nivel de actividad en todos los contextos con este compromiso requiere muchas acciones, repensar el cómo desplazar a los equipos, cómo dotar de energía a los proyectos… Por otro, adaptar nuestras intervenciones medico humanitarias a los contextos generados por la crisis climática y a poner nuestra fuerza en alertar sobre la necesidad de políticas que frenen esta crisis y sus consecuencias.
– ¿Cuál es el enfoque de Médicos Sin Fronteras en el ámbito de la cooperación internacional en salud y cómo se han adaptado a los cambios en el panorama global de salud?
El enfoque es global, empieza por nosotros y nuestra propia organización y también por trabajar con las poblaciones afectadas fundamentalmente en contextos de alta inestabilidad o de conflicto, muy vulnerables y donde pocos más, en ocasiones nadie más, puede llegar. En estos contextos es en los trabajamos contra las consecuencias de la crisis climática, con los problemas nutricionales relacionados con la sequía y sus consecuencias en cosechas y economías locales, con las poblaciones desplazadas por estos motivos, las migraciones que cruzan el mediterráneo o en Latinoamérica.
– ¿Cuáles son las principales enfermedades relacionadas con el cambio climático que ha observado en sus operaciones?
Además de los problemas nutricionales y los riesgos graves para la salud física y mental que asumen las personas que migran, vemos un aumento de casos de malaria, dengue, enfermedades diarreicas, es decir, todas aquellas en las que los vectores o el agua tienen una relación directa en su transmisión.
– ¿Cuáles son las principales barreras que enfrenta Médicos Sin Fronteras al trabajar en entornos afectados por el cambio climático?
Las barreras son muchas. Muchas tienen que ver con los entornos de conflicto que sufren las personas y poblaciones afectadas por la crisis climática. Otras con las restricciones políticas para las intervenciones de rescate de personas en riesgo cuando huyen de territorios o conflictos armados consecuencia en parte del cambio climático o sus consecuencias en las economías.
– ¿Cómo se pueden involucrar mejor a las comunidades locales en la planificación y la implementación de los proyectos de cooperación internacional en salud?
Las comunidades locales deben ser el actor principal en la transformación de su propia realidad. Deben protagonizar su propio desarrollo. Los actores en cooperación deben facilitar su desarrollo desde el respeto a las decisiones y organización local y sus instituciones. El principio puede ser sencillo, actuar con las comunidades con las que trabajas con el mismo respeto con el que quisieras que trabajaran contigo, con respeto a nuestra visión o deseo de crecimiento, desarrollo y nuestra visión como comunidad de personas de nuestro propio futuro.
– Como director gerente del Servicio Cántabro de Salud, ¿cómo se asegura la calidad y accesibilidad de los servicios de salud en la región? ¿cree que se puede extrapolar alguna de estas acciones al ámbito de la cooperación internacional?
El servicio Cántabro de Salud también trabaja por frenar el cambio climático en primera persona procurando disminuir nuestra huella de carbono, que como en cualquier organización de estas características es muy grande. Estamos en un proceso de instalación de placas solares en un tercio de los centros de salud de Cantabria lo que supondría producir casi la mitad de sus necesidades de consumo, así como en el Hospital de Sierrallana, en Torrelavega. Esta actuación podría suponer casi un 11% del consumo eléctrico del centro, que con toda la tecnología que contiene, es elevado.
Por otro lado, los profesionales del Servicio Cántabro tienen una larga tradición de participación en proyectos de cooperación con diferentes organizaciones. Queremos apoyar esta vocación al máximo pues es evidente que la participación de profesionales de nuestra organización en estos proyectos beneficia mucho a las poblaciones y pacientes objetivo de estos proyectos y sin duda también a los pacientes de Cantabria.
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