El presidente de la Asociación Europea de Cuidados Paliativos, Philip Larkin, ha asegurado que el principal reto que existe en cuidados paliativos es llevarlo a la agenda política de los países.
El experto se ha pronunciado así en la Universidad de Navarra, con motivo de la conferencia que impartió en el ‘Programa ATLANTES’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) bajo el título ‘La compasión en los cuidados paliativos. Llevar un concepto abstracto a la práctica profesional diaria y a las publicaciones académicas’.
“Otro de los principales desafíos es ganar en claridad sobre los mensajes que se difunden acerca de los cuidados paliativos y sobre qué aportan a la calidad de vida de la población, lo que pasa por implicar a los ciudadanos. Si puedes enseñar a otros en qué consiste tu labor y luego escuchar los miedos que puedan tener sobre la medicación o los tratamientos al final de la vida, las personas comprenderán mejor qué son estos y qué pueden hacer por ellas”, ha explicado.
Ejemplos de Buenas Prácticas
En este sentido, ha destacado algunos ejemplos de buenas prácticas en Europa, como el caso de Holanda, donde los voluntarios son una parte “muy importante” del servicio de cuidados paliativos dado que en algunos casos, es la primera persona a la que ve el paciente, en lugar de a un médico o una enfermera.
Asimismo, ha subrayado que en Irlanda desarrollan la ‘comunidad compasiva’, que supone involucrar a todas las personas de la localidad o de la comunidad para que comprendan cómo pueden apoyar a alguien de su entorno que está atravesando una enfermedad. También ha aludido a un proyecto que se desarrolló en Portugal. “El consumo de café está muy extendido allí y se incluyó en los sobres de azúcar un breve mensaje sobre qué son los paliativos. La evaluación posterior mostró que gracias a esta campaña, la población mejoró su conocimiento de esta práctica”, ha enfatizado.
Finalmente, ha asegurado que la compasión posee “gran relevancia” en los cuidados paliativos porque abre la puerta a la relación humana, que es la base de esta disciplina. “Los médicos y enfermeras pueden aprender que no siempre se trata de cualificación o habilidades, sino de tomarse el tiempo necesario para compartir momentos íntimos con el paciente”, ha zanjado.