El Dr. Carlos Arjona, presidente del Colegio de Médicos de Cáceres, valora la concesión de la Medalla de oro de la entidad colegial a la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC). El Dr. Arjona es patrono además de la Fundación.
¿Cuáles son los motivos que han llevado al COM Cáceres conceder la Medalla de Oro a la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC)?
Una Fundación que lleva más de 100 años de existencia, que se financia con la solidaridad de todos los médicos, y que durante estos años concede ayudas a huérfanos de médicos y, a médicos en situaciones de dificultad, es una fundación que tiene que ser reconocida por todos los médicos.
¿Qué significa ser patrono de esta fundación solidaria?
Es una de las cosas de las que me siento muy orgulloso. Se patrono y ver en cada reunión las importantes ayudas que se conceden a médicos que en algún momento de su vida pueden necesitarla, es para sentir una gran satisfacción. Cuando en el Colegio damos una ayuda a alguien que lo necesita, me siento orgulloso de esta fundación.
¿Considera que la labor y el programa social de la FPSOMC ha sabido adaptarse a los tiempos y nuevas necesidades?
Sin lugar a duda, las prestaciones que concede la fundación se han ido adaptando a las necesidades y la evolución de la vida. Hace años se concedían becas de estudio a huérfanos de médicos y hoy día se conceden también a médicos jóvenes y a médicos jubilados que lo necesitan. El catálogo es tan amplio que abarca prestaciones como orfandad, viudedad, discapacidad, atención temprana a niños, residencias de mayores e incluso el programa PAIME.
¿Cuántos beneficiarios hay en el Colegio?
Somos un Colegio pequeño, pero tenemos 1.463 miembros de la fundación y el año pasado se concedieron ayudas por valor de 105.825 €.
¿Qué le diría a los nuevos colegiados y compañeros de profesión para que se hagan o sigan siendo socio protectores de la Fundación y mantener la solidaridad 100 años más?
Tenemos que mantener la solidaridad con las donaciones. Nuca sabremos si algún día necesitaremos alguna. Son pequeñas donaciones que, además al ser desgravables no supone ningún esfuerzo y sí mucha ayuda. Yo pediría a los compañeros, que miren el catálogo de prestaciones de la fundación y luego opinen. Así duraremos otros 100 años.
