La colegiación de los médicos en Nicaragua fue aprobada en 2009 con unas bases que permitirían el establecimiento de una colegiación regulada y coordinada con competencias similares a otros Colegios profesionales de la Región, sin embargo, y tras más de dos años desde dicha aprobación, el Gobierno actual sigue sin ponerla en marcha y mientras, como alerta el coordinador del Foro Médico Nicaragüense, el doctor Leonell Arguello, “el médico en Nicaragua está totalmente desprotegido, sin seguridad jurídica ni deontológica”
Madrid, 1 de junio 2012 (medicosypacientes.com)
-¿Explíquenos cómo está la situación de la colegiación médica en su país?
-No existe Colegio Médico legalmente en Nicaragua, si bien está contemplado por ley desde 2007. El problema es que ésta no se aplica, de lo que es responsable el poder ejecutivo que es el que la está bloqueando por asuntos partidarios y por intereses del Gobierno para que no exista ningún grupo organizado que le vaya a hacer algún tipo de contrapeso. Lo peor es que no vemos ninguna posibilidad de que prospere el Colegio de Médicos de Nicaragua y comience a funcionar de una manera autónoma, profesional y ética mientras continuemos con este Gobierno.
-¿Qué consecuencias para su país conlleva el no disponer en estos momentos de una organización de estas características?
-Entre otras cosas, que la población siga desprotegida y los médicos, que debemos cumplir las normativas éticas y demás, también seguimos desprotegidos. Esta situación ha creado un alto sentido de impotencia puesto que no tenemos ninguna posibilidad legal ni podemos ejercer presión de otra índole para que se modifique.
-¿Desde su punto de vista, qué ventajas se obtendrían, tanto para el ciudadano de a pie como para el médico, con la colegiación?
–El primer beneficio es para la población aunque se piensa que el Colegio de Médicos es para proteger al médico, que, por otra parte, hay que reconocer que es el segundo beneficio, es decir proteger a los facultativos para que cumplamos la normativa, las mejores prácticas, porque si los médicos no cumplimos con nuestro deber el perjudicado será el paciente. Lo triste es que si un Gobierno como el actual dice estar preocupado por la población debería ver en la práctica las ventajas que ofrece tener un Colegio de Médicos y que éste funcione con autonomía y sin ningún tipo de manipulación. Aparte, aportaría un beneficio inmenso a la profesión puesto que tenemos muchos problemas de atención, de calidad, de seguridad.
-¿A cuántos médicos beneficiarían si entrara en vigor, definitivamente, la normativa correspondiente?
-No lo sabemos realmente porque tampoco sabemos los que somos al carecer de un registro. Se podría estimar que a unos 5.000 ó 6.000 aunque no se sabe a ciencia cierta.
-¿Ello significa que no hay un control real sobre los RR.HH. sanitarios?
-Lo único de lo que se dispone es de un “Código Sanitario” del Ministerio de Salud que cada médico tiene (como un número) que es el que se aplica en el talonario de recetas y que permite recetar psicotrópicos. Sin embargo, es un registro que no se actualiza, siguen figurando en él, incluso, los médicos ya fallecidos, por eso es difícil saber a través de este Código Sanitario cuántos médicos realmente somos en este país y menos cuántos están ejerciendo fuera. Eso es fundamental para poder llevar a cabo diversas acciones sanitarias.
-Y en materia de ética y de deontología en qué situación se encuentran los médicos nicaragüenses?
-El médico en Nicaragua sólo tiene oportunidad de formarse en cuestiones éticas y deontológicas en la Universidad, aunque lamentablemente en las Facultades de Medicina se eliminaron hace tres años las clases de ética y de bioética. Nosotros lo que hacemos es mandar recomendaciones a los médicos y aprovechar las reuniones que mantenemos para hablar a nuestros compañeros de los diferentes aspectos deontológicos.
-¿Disponen de algún tipo de Código Deontológico o herramienta de similares características?
-Precisamente, parte del trabajo que debería hacer el Colegio Médico es la elaboración de un Código de Deontología médica, y en ello es indudable que nuestro modelo sería el Código Deontológico de la OMC de España.
-¿Se podría decir, entonces, que el médico nicaragüense se encuentra desprotegido?
-Sin duda, los médicos en Nicaragua estamos totalmente desprotegidos tanto a nivel deontológico como jurídico, de tal forma que no tenemos a quién recurrir cuando surge un problema a nivel profesional. En este ámbito, hemos contactado con la Universidad, que tiene varias áreas sociales, para crear una especie de bufet de derecho sanitario, aunque existen muchas dificultades para ello, ante la desprotección del médico ante la justicia, ya que el Ministerio de Salud se aparta de cualquier actuación a favor de los profesionales, a los que se les juzgan muchas veces por la vía penal, con una total indefensión.
-¿Qué propuestas podrían paliar, en cierto modo, las condiciones en las que se ejerce la Medicina en su país?
-Contar con el Foro Médico Nicaragüense que es una plataforma virtual no sólo de formación continua sino un espacio de libertad de expresión. Insistir, además, en la necesidad de crear en colaboración con la Universidad, un bufete de abogados para protegernos a nivel jurídico. Por último, potenciar entre los médicos las nuevas tecnologías de la información porque los médicos tienen que saber qué está pasando fuera, tiene que tener información de los diferentes tipos de realidades.