No es muy conocida, sin embargo, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), es la causa más común de ceguera en personas de más de 55 años en los países occidentales. La detección precoz de esta enfermedad ocular, que afecta a la retina, es fundamental para evitar consecuencias más graves.
Madrid, 20 de septiembre de 2008 (redacción)
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la causa más común de ceguera en personas de más de 55 años en los países occidentales. Es una enfermedad ocular degenerativa que afecta a la mácula ?la parte central de la retina en la parte posterior del ojo- y que es responsable de la visión central ?directa? necesaria para actividades de la vida diaria como leer, identificar las caras de las personas, ver la hora, conducir, coser o marcar un número de teléfono.
Existen dos tipos de DMAE: la seca y la húmeda. Las dos, aunque con una evolución y un pronóstico distinto, afectan a la misma parte del ojo. La forma seca es la más común representando aproximadamente el 85% de todos los casos de DMAE.
Sin embargo, la DMAE húmeda ?que representa un 15% de los casos- progresa más rápidamente y es responsable de aproximadamente el 80% de toda la pérdida de visión grave asociada a la DMAE.
Este tipo de DMAE ?la húmeda- lesiona la zona de la retina que nos permite distinguir los detalles en nuestra visión -por ejemplo: caras y objetos- afectando el centro del campo visual. Entre sus primeros síntomas cabe destacar que las líneas rectas (por ejemplo, un marco de una puerta) se ven onduladas, que puede existir una pérdida de la capacidad de discriminación de los colores, visión borrosa, pérdida de agudeza visual,? Pudiendo evolucionar hasta presentar puntos o áreas ciegas en el centro del campo visual.
Los síntomas pueden progresar rápidamente y sin tratamiento puede conllevar una importante pérdida de visión que puede afectar a la capacidad para realizar la mayoría de actividades cotidianas.
En el mundo occidental la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la principal causa de pérdida de visión en las personas de más de 55 años1,2,3. Se prevé que hacia el año 2020 hasta 7,5 millones de personas de más de 65 años podrían sufrir una pérdida de visión como consecuencia de la DMAE4.
En España, según datos facilitados por el Profesor Francisco Gómez-Ulla, presidente de la Sociedad Española de Retina y Vítreo, en la actualidad el 4% de la población española mayor de 55 años sufre DMAE (525.000 personas). De éstos, 350.000 españoles sufren DMAE húmeda, la modalidad más agresiva de la enfermedad.
El Profesor Gómez-Ulla también asegura que la incidencia de DMAE se estima en 0,2% de la población mayor de 55 años, es decir, cada año habrá 26.000 nuevos casos de DMAE en nuestro país, además hay unos 3 millones de españoles que están en riesgo de padecer DMAE.
En la actualidad, el glaucoma (12,3%) y la degeneración macular asociada a la edad (4%) son las principales afectaciones asociadas a la ceguera y a la pérdida de visión en la población senil5.
El diagnóstico precoz es muy importante. Esto se consigue con revisiones periódicas del fondo de ojo. Es esencial poder visitar periódicamente al oftalmólogo para que pueda detectar los primeros síntomas a tiempo.
Rejilla de Amsler |
Test de colores |
Prueba de agudeza visual |
La rejilla de Amsler es una de las pruebas que permite detectar los primeros síntomas de sospecha de enfermedad. Consiste en fijar la mirada, primero con un ojo y luego con el otro, en un punto negro situado en el centro de una lámina cuadriculada durante unos segundos y contemplar si las líneas se ven rectas u onduladas. Es un ejercicio sencillo que puede realizarse de forma periódica y habitual para detectar los primeros síntomas de DMAE húmeda.
Por otro lado, también se realizan pruebas que determinan la agudeza visual a través de láminas específicamente desarrolladas con este fin, como es el caso del optotipo denominado ETDRS, diseñado específicamente para evaluar la visión en personas con baja capacidad visual.
Otra prueba es la realización del test de colores, que determina la pérdida en la discriminación de los colores. Esta prueba es otro indicador que permitirá alertar al oftalmólogo si el paciente comienza a sufrir las primeras consecuencias de la patología.
Durante unos 15 segundos aproximadamente, el paciente debe contemplar estas láminas y distinguir los números y/o letras que se presenten. Si existen dificultades reiteradas en la discriminación de las diferentes opciones, puede indicar que el paciente sufre alguna alteración visual, como la DMAE húmeda.
En este caso, un paciente con visión normal debería leer en cada lámina respectivamente: 6R, 2, F4.
Esta enfermedad, puede presentar una serie de síntomas muy variados.
Los síntomas son:
- Distorsión de objetos y líneas (metamorfopsia)
- Visión borrosa y disminución de la agudeza visual
- Alteración de la visión del color
- Aumento de la sensibilidad a los destellos
- Visión de un punto o zona oscura en el centro del campo visual
Aunque no se sabe con exactitud cuál es la causa de la DMAE, se han documentado varios factores de riesgo, de los cuales el que mayor importancia tiene es la edad6.
Otros factores de riesgo pueden ser:
- Antecedentes familiares
- Sexo (las mujeres tienen un mayor riesgo)
- La raza (la población de origen caucásico presenta un mayor riesgo)
- Tener el iris de color claro
- Ser hipertenso
- Presencia de colesterol por encima de los niveles considerados normales (hipercolesterolemia)
- Ser fumador
- Excesiva exposición a la luz solar
- Dieta (aporte escaso de antioxidantes)
- La DMAE es la principal causa de ceguera legal en España.
- La prevención y detección precoz son la forma más eficaz de hacer frente a la enfermedad.
- Se calcula que de 25 a 40 millones de personas en el mundo padecen DMAE.
- 525.000 personas la sufren en España. De todas ellas, unas 350.000 padecen DMAE húmeda, la forma más agresiva de la enfermedad.
- Cada año hay 26.000 nuevos casos de DMAE en nuestro país, además hay unos 3 millones de españoles que están en riesgo de padecer DMAE.
- Más de la mitad de nuevos casos de DMAE no llegan nunca a la consulta del especialista en retina.
La detección precoz es el factor clave en el abordaje de esta enfermedad, dado que cuanto antes se diagnostique, más eficaz es el tratamiento que pueda aplicarse.
Todo tratamiento dirigido a DMAE es mucho más efectivo y beneficioso en los estados iniciales de la enfermedad.
Por ello, es vital consultar al oftalmólogo al percibir los primeros síntomas; así como acudir al mismo de forma periódica para poder detectar a tiempo cualquier anomalía.
En esta enfermedad es esencial el papel del oftalmólogo, ya que tan solo él, podrá realizar el diagnóstico correcto ante los primeros síntomas y signos, y en consecuencia aplicar el mejor tratamiento para cada paciente.
Para ello, es aconsejable realizar visitas anuales al oftalmólogo, que es quien realizará sencillas pruebas visuales para la detección de los primeros síntomas de la enfermedad. Realizando visitas periódicas se pueden detectar los estados iniciales, que es el mejor momento para aplicar un tratamiento.
En caso de que el oftalmólogo detecte alguna anomalía propia de la DMAE, el paciente debería ser derivado a un retinólogo, que es el oftalmólogo especialista en retina, el cual realizará el diagnóstico de certeza y tratará la enfermedad de la forma más adecuada.