La Academia Europea de Dermatología y Venereología, que acaba de celebrar su decimotercer simposio en Atenas, ha alertado de la presencia de algunas enfermedades 'olvidadas', como la leishmaniasis cutánea y la tuberculosis cutánea, que podrían darse en los campamentos de refugiados y que al no ser comunes en Europa, son más difíciles de diagnosticar
En este sentido, han abogado por “formar a los cooperantes que trabajan en los campos de refugiados para el diagnóstico adecuado”.
La academia también denunció “las condiciones antihigiénicas y de hacinamiento en que los refugiados tienen que vivir” y que “conducen al desarrollo y la propagación de enfermedades de la piel”.
Los dermatólogos destacaron que “las enfermedades de la piel más comunes que se observan entre los refugiados son las infecciones relacionadas con las malas condiciones de higiene y de vida en los espacios de hacinamiento, como la sarna, la pediculosis y las infecciones bacterianas de la piel”.
Sin embargo, la doctora Federica Dassoni planteó el desafío de reconocer enfermedades de la piel que no son comunes en Europa desde hace años. “Debemos ser capaces de reconocer, o al menos sospechar, enfermedades que no estamos acostumbrados a ver nunca más, como, por ejemplo, leishmaniasis cutánea y la tuberculosis cutánea,” destacó.
Asimismo, los dermatólogos lamentaron que estos seres humanos tengan que vivir entre cubos de basura que atraen a moscas, mosquitos y roedores, que encuentran lugares de cría en estas áreas y que pueden transmitir enfermedades y sus picaduras pueden llegar a infectarse y provocar un importante problema de salud.