Los nuevos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) demuestran que los jóvenes, los adultos y los ancianos son especialmente vulnerables a enfermedades graves por consumo de alimentos y agua contaminados con ‘salmonella’, listeria, ‘E. coli’, hepatitis A y cólera
Madrid, 13 de noviembre 2009 (medicosypacientes.com)
Cerca de 1,2 millones de adultos muere cada año sólo en el sudeste asiático y África por intoxicaciones alimentarias, el triple de los fallecimientos que antes se atribuían a esta causa, según los nuevos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según el director del nuevo Departamento de Inocuidad de los Alimentos de la OMS, el danés Jorgen Schlundt, este estudio revela la existencia de «un panorama que nunca habían tenido antes», en el que los adultos mayores de cinco años parecen tener «una carga significativa» de mortalidad por culpa de estas intoxicaciones, antes consideradas una amenaza sobre todo para los niños más pequeños.
Schlundt asegura que los nuevos datos demuestran que los jóvenes, los adultos y los ancianos son especialmente vulnerables a enfermedades graves por consumo de alimentos y agua contaminados con ‘salmonella’, listeria, ‘E. coli’, hepatitis A y cólera.
Tras este descubrimiento, los expertos en seguridad alimenticia buscan ahora medir la carga de estas afecciones en este colectivo de edad países árabes, Latinoamérica y el resto de Asia, incluida China. Además, los gobiernos trabajan ya para tener en cuenta las intoxicaciones graves en sus regulaciones y estándares comerciales.
«Millones de personas están muriendo cada año y sabemos que muchas de estas muertes podrían prevenirse», aseveró el experto de la OMS, quien indicó que deben ser las autoridades sanitarias de los países desarrollados los que vigilen los riesgos de salud alimentaria.
Según Schlundt, los actuales métodos de distribución y producción, en un contexto de globalización, han aumentado los problemas de salud relacionados con la comida. «Ciertos patógenos han incrementado su presencia en los últimos 20 ó 30 años y algunos problemas son mayores debido a la forma en la que producimos», recalcó.
Medidas simples pueden reducir los niveles de químicos y toxinas que contienen los alimentos, como evitar las condiciones en las que el moho puede prosperar. Asimismo, las técnicas utilizadas en las granjas también pueden erradicar los microorganismos de la cadena alimenticia. Además, los parásitos pueden exterminarse, apuntando a sus huéspedes y a los patrones de transmisión, concluyó.