Para el profesor Antonio Bernard, se han trasladado de forma muy prematura las expectativas terapéuticas de las células madre a los medios de comunicación, y a la sociedad en general. En su opinión, aquellas aplicaciones que se basan en células madre adultas están mucho más cerca de ser una realidad clínica
Zaragoza, 13 de abril 2009 (medicosypacientes.com)
El profesor Antonio Bernard, jefe del departamento de Cardiología Regenerativa en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) del Instituto de Salud Carlos III, ha explicado que, si bien el universo de las células madre ha estado tremendamente polarizado en las últimas décadas entre los trabajos realizados con células madre adultas (aquellas que se obtienen de un organismo adulto) y aquellos centrados en células madre embrionarias (obtenidas de tejidos o estructuras embrionarias), esta dicotomía se ha visto convulsionada recientemente por los trabajos pioneros que han permitido ?reprogramar? células somáticas en tipos celulares que presentan propiedades embrionarias; estas células se han denominado iPS (del inglés induced pluripotent stem cells).
Señala que estas células iPS son unas recién llegadas y aún tienen que ?demostrar? mucho, aunque cuentan con un gran apoyo de la comunidad científica al ofrecer nuevas posibilidades para eliminar algunos de los ?cuellos de botella? que poseían las células madre embrionarias: de un lado, los problemas éticos y sociológicos asociados a su obtención, y de otro que, en términos generales, no eran compatibles con el paciente.
A la hora de realizar un juicio de valor sobre el potencial impacto que las tecnologías basadas en el uso y manipulación de células madre pueden tener para el desarrollo de la Medicina del siglo XXI el profesor Bernad dice que ?las cosas no son lo que parecen? y que desde su óptica le preocupa el hecho de que se hayan trasladado de forma muy prematura las expectativas terapéuticas a los medios de comunicación, y a la sociedad en general. Es muy doloroso, señaló, ver, oír y sentir cómo las esperanzas de muchas personas se estrellan con una realidad mucho más pobre, cuando no decepcionante. Un escenario similar se gestó en torno al desarrollo y aplicación de la terapia génica, y se han necesitado más de 25 años para conseguir demostrar los primeros resultados de mejora objetiva en seres humanos.
En su opinión queda mucho trabajo callado, riguroso, tedioso, muchos fracasos por asumir, y muchas decepciones por superar, pero al final, se muestra convencido de que en muchas indicaciones, para las cuales no existe cura actualmente, la terapia celular contribuirá a mejorar las condiciones de vida de los pacientes.
¿Qué aporta o puede aportar la Terapia Celular en el corto o medio plazo?
El profesor Bernad defiende que aquellas aplicaciones que se basan en células madre adultas están mucho más cerca de ser una realidad clínica. De todas formas recuerda que no hay que perder la perspectiva y, desde que se asumió la normativa europea, los tratamientos de terapia celular implican el uso de medicamentos ?vivos? que deben ajustarse a la normativa de ensayos clínicos convencionales. Esta situación, que sin ninguna duda mejorará la estandarización y seguridad de los medicamentos, implica una inversión en recursos y tiempo importante.
¿Cuál puede ser el papel de las células embrionarias e iPS?
Para Bernard es importante mantener todas las líneas de investigación abiertas. En este momento es totalmente impredecible si algún tipo celular de interés en terapia celular no pueda conseguirse de células adultas y si pueda ser aislado de células embrionarias. Además, defiende que si tuviésemos la capacidad de tener líneas celulares embrionarias bien caracterizadas genéticamente y disponibles en todo momento para ser utilizadas, esto podría facilitar muchas de sus aplicaciones.
En tal sentido reconoce que las células madre embrionarias poseen una extraordinaria capacidad de multiplicación y que si no somos capaces de ?domar? técnicamente este potencial, las células podrían generar otros tipos de problemas.