Las Palmas de Gran Canaria, 9 de marzo 2009 (medicosypacientes.com)
El pasado fin de semana se ha celebrado en el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria el IV Seminario Canario sobre Enfermedad de Párkinson. El objetivo del encuentro ha sido ?crear un foro de actualización donde se discuta todo lo relacionado con esta enfermedad y las últimas novedades para combatir la enfermedad: la apomorfina, la duodopasa y la cirugía?, señaló uno de los organizadores, José Matías Arbelo, neurólogo y jefe de la Unidad de Parkinson y Trastorno del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria.
En Canarias, entre 4.500 y 7.500 personas tienen Parkinson y existe una incidencia de 360 nuevos casos al año. Esta enfermedad es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer y tiene una prevalencia de entre 100 y 300 casos por cada 100.000 habitantes por año. Debido a estos datos, más de una treintena de expertos se reúnen hoy y mañana en Maspalomas con motivo del IV Seminario Canario sobre Enfermedad de Párkinson.
Sin embargo, José Matias Arbelo explicó las últimas novedades científicas, la apomorfina, la cirugía y la duodopa, están dando buenos resultados en lo que a la recuperación motora y mejora de la calidad de vida se refiere. ?Desde hace poco más de un año, seis pacientes están siendo tratados con duodopasa en el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria con excelentes resultados en su evolución, siendo así pioneros en todo el Archipiélago y uno de los primeros en toda España en empezar con este tratamiento. También en este hospital se trata la enfermedad con apomorfina con muy buenos resultados?, apuntó.
La bomba apomorfina consiste en un aparato que funciona con una pila por donde va pasando el medicamento por vía subcutánea mediante un perfusor programable que funciona con una pila al paciente se le administra de forma continua aporfina. La bomba se enciende por la mañana y se apaga por la noche. Los efectos secundarios son los de los agonistas dopaminergicos. Hay que vigilar los glóbulos rojos y hacer una buena educación del paciente para evitar nódulos subcutáneos en el sitio de punción de la aguja.
La duopasa por vía PEG (gastrostomía endoscópica percutánea) que permite el paso de la medicación también con una bomba desde el exterior hasta la parte proximal del intestino delgado a través del estómago. ?Por desgracia, los tratamientos con duodopasa son muy caros, alrededor, por lo que la Consejería de Sanidad ha detenido su aplicación hasta que se establezca un protocolo de actuación?.
José Matías Arbelo declaró que ?el encuentro ha sido un foro de actualización donde se ha discutido todo lo relacionado con esta enfermedad y las últimas novedades, como son la apomorfina, la duodopasa y la cirugía para combatir el Párkinson, incluyendo temas de neurociencias básicas, clínicos y terapéuticos?.
Arbelo señaló que otro de los problemas que se han tratado son la necesidad y la importancia de una detección precoz. Este es otro de los retos más importantes porque en Canarias la detección del Parkinson sigue siendo tardía. ?Desde que el paciente advierte los síntomas, hasta que asiste al especialista y le diagnostican Párkinson puede pasar más de año y medio. Y hay que acortar estos plazos?. Para ello, José Matías Arbelo propone ?difundir la enfermedad entre los médicos de familia, promoviendo una actitud casi protocolaria entre los neurólogos y sensibilizar a toda la comunidad científica para que deriven en un plazo máximo de seis meses a estos pacientes al especialista en Parkinson?.
El Párkinson es una enfermedad neurodegenerativa, es un trastorno del sistema nervioso central caracterizado por la degeneración de un tipo de células que se encuentran en una región del cerebro denominada ganglios basales y, especialmente, en una parte del tronco del encéfalo llamada sustancia negra. Estas células fabrican una sustancia denominada dopamina, responsable de transmitir la información necesaria para el correcto control de los movimientos. Cuando hay una marcada reducción del nivel de dopamina, las estructuras que reciben esta sustancia (receptores dopaminérgicos) localizadas en una región del cerebro, denominada ?cuerpo estriado?, no son estimuladas de manera conveniente y esto se traduce en temblor, rigidez, lentitud de movimiento e inestabilidad postural, entre otros síntomas.
?Los síntomas para detectar la enfermedad son muy variables, no solamente el temblor, sino que se puede empezar a manifestar en forma de dolores, depresión y lentitud de movimiento?, advierte José Matías Arbelo. Es una enfermedad crónica y su evolución puede ser muy lenta en algunos pacientes y en otros más rápida. No es una enfermedad fatal, por lo que uno no se muere a causa del Párkinson.
La causa que desencadena la enfermedad sigue siendo desconocida, aunque se sabe que hay factores de riesgo para padecerla de origen multifactorial en los que intervienen en envejecimiento, susceptibilidad genética y factores ambientales (uso frecuente de pesticidas procedentes de las labores agrícolas, de aguas de pozos o de trabajos en industrias o algún traumatismo).
Hasta el momento, los tratamientos para el Párkinson no curan la enfermedad, pero ayudan a paliar sus efectos y a retrasar la inutilidad total del paciente hacia la que tiende esta patología. El Parkinson se trata farmacológicamente, mediante diferentes terapias y cirugía. Los fármacos antiparkinsonianos son aquellos administrados por vía oral basados en la dopamina, agonistas dopaminérgicos, IMAO-B, OCOMT, amantadina y anticolinérgicos. Las terapias que se le aplican a los pacientes son fisioterapia, logopedia, atención psicológica, musicoterapia, reflexología, terapia ocupacional y yoga.