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Las enfermedades no transmisibles son las causantes del 60 por ciento de las muertes en el mundo

La I Conferencia Ministerial, convocada por la Federación de Rusia y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y a la que han asistido en representación de España el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, y el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Roberto Sabrido, supone un hito de cara a establecer actuaciones coordinadas a nivel internacional para frenar el impacto de enfermedades no transmisibles como el cáncer, las dolencias cardiovasculares, la diabetes y las patologías pulmonares crónicas

Madrid, 4 de mayo 2011 (medicosypacientes.com)

Representación espa-
ñola en Moscú.

Mejorar la coordinación internacional en el seguimiento, tratamiento y prevención de las enfermedades no transmisibles. Con este objetivo se ha celebrado en Moscú la I Conferencia Ministerial Mundial sobre modos de vida sanos y control de enfermedades no transmisibles, a la que han asistido el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, y el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Roberto Sabrido, en representación de España.

Dicho evento, convocado por la Federación de Rusia y la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha supuesto un importante paso de cara a establecer actuaciones coordinadas a nivel internacional para frenar el impacto de enfermedades no transmisibles como el cáncer, las dolencias cardiovasculares, la diabetes y las patologías pulmonares crónicas.

Modos de vida sanos

La conferencia tuvo como finalidad fundamental prestar asistencia a los Estados participantes en la elaboración de políticas y programas sobre modos de vida sanos y prevención de enfermedades no transmisibles, así como reforzar los ya existentes, sobre la base de la Estrategia mundial de prevención y control de las enfermedades no transmisibles, repartido en tres objetivos principales:

1. Poner de relieve la magnitud y el impacto socioeconómico de las enfermedades no transmisibles a nivel mundial.

2. Examinar las experiencias internacionales en materia de prevención y control de estas patologías.

3. Facilitar pruebas de la necesidad imperiosa de fortalecer las iniciativas mundiales y nacionales para prevenir estas enfermedades como parte de los planes de salud y los marcos de desarrollo sostenible.

No en vano, las enfermedades no transmisibles son las causas más comunes de muerte prematura y discapacidad a nivel mundial. De hecho, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas son las causantes del 60% de los fallecimientos y en 2030 esta cifra podría alcanzar el 75%.

A esto hay que añadir que estas enfermedades comparten factores de riesgo modificables asociados al estilo de vida, como el consumo de tabaco, la alimentación desequilibrada, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol. Todo ello hace necesaria la búsqueda de estrategias coordinadas a nivel internacional.

Para paliar los problemas causados por estas enfermedades, se ha aprobado una declaración en la que se fijan distintas actuaciones, tanto a nivel internacional como regional o a nivel de los Ministerios de Salud de los distintos países. Entre ellas, se pueden destacar las siguientes:

-Desarrollar políticas públicas que favorezcan ambientes equitativos y la adopción de estilos de vida saludables.

-Establecimiento de políticas intersectoriales que permitan la participación de los sectores no sanitarios.

-Fortalecimiento de los sistemas de información sanitaria para monitorizar mejor la carga de las enfermedades no transmisibles, sus factores de riesgo, sus determinantes sociales y su prevención.

-Asegurar la ampliación de recursos y las intervenciones basadas en la evidencia científica y costo-efectivas para el tratamiento de las personas con enfermedades no transmisibles y proteger a quienes estén en riesgo de desarrollarlas.

-Priorizar la investigación que ayude a identificar las causas de estas enfermedades y los métodos más eficaces de prevención.

-Apoyar la aplicación plena y efectiva del Plan de Acción para la Estrategia mundial para la prevención y el control de enfermedades no transmisibles de la OMS.

-Establecer objetivos e indicadores mundiales para controlar las enfermedades no transmisibles y sus factores determinantes y para evaluar el progreso que tengan los países frente a estas patologías.

La conferencia celebrada en Moscú ha representado la antesala de la reunión de alto nivel y control de enfermedades no transmisibles que celebrará en septiembre la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En este marco de actuación, hay que destacar que España está desarrollando y aplicando distintas estrategias en salud para hacer frente a estas enfermedades ligadas al estilo de vida y al envejecimiento de la población de forma sostenible.

Algunos ejemplos de esta línea de trabajo son las distintas estrategias que se han puesto en funcionamiento en los últimos cuatro años. Todas ellas están ligadas a enfermedades no transmisibles como el cáncer, la cardiopatía isquémica, la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el ictus y la salud mental. Asimismo, también hay que destacar la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS), impulsada por la AESAN y que precisamente fue premiada por la Oficina Regional Europea de la OMS en 2006, por su enfoque que busca dar una respuesta global de toda la sociedad al problema de la obesidad.

A estas hay que añadir que en el pasado mes de abril se inicióla elaboración de dos nuevas estrategias de salud: la Estrategia de enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas, y la Estrategia para el abordaje de la cronicidad en el Sistema Nacional de Salud.

Esta última estrategia permitirá desarrollar actuaciones transversales en todas aquellas enfermedades que se cronifican y que, en gran medida, están vinculadas con el estilo de vida y el envejecimiento de la población. En definitiva, la Estrategia para el abordaje de la cronicidad nace por la necesidad de cambio de enfoque de los sistemas sanitarios que deberán pasar de estar centrados en la enfermedad a orientarse hacia la atención de las necesidades de la población en su conjunto y de cada individuo en particular para que la asistencia sanitaria sea adecuada y eficiente.

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