Javier Senent: «Desde el inicio de la pandemia, nuestro voluntariado ha estado en la primera línea de respuesta y ha atendido a 700 millones de personas»

 

Esta entidad internacional lleva más de 150 años trabajando para que la humanidad y la dignidad lleguen a todas las personas. Desde el inicio de la crisis de la COVID-19, la organización ha desplegado la mayor operación de su historia en nuestro país: el Plan Cruz Roja RESPONDE. 

 

Para mí formar parte de Cruz Roja es algo consustancial a mi vida. La oportunidad llegó de la mano de un amigo médico que me pidió un favor, y desde entonces, sentí la motivación y me incorporé a Cruz Roja. De esto hace ya casi 50 años. El resto ha venido rodando. No creo tener más motivación que las 250.000 personas voluntarias que cada día prestan su labor en Cruz Roja. Ejercer la presidencia forma parte del sentimiento y del mismo compromiso que adquirí en su momento, cuando me dieron el primer carnet de voluntario.

 

En este momento significa cumplir un compromiso conmigo mismo que, al mismo tiempo, está integrado en mi forma de ser y de pensar. Lo que yo hago forma parte de mi instinto y forma de vida y no le doy más vueltas.

 

Lamentablemente, en el mundo existen desigualdades, discriminación, injusticias, falta de acceso a los derechos ….  y la solución a los problemas de las personas que están en situación de mayor vulnerabilidad está en cada uno de nosotros, en la misma sociedad. Por eso decimos que Cruz Roja es una organización de la sociedad para la sociedad. En realidad, Cruz Roja somos un medio, canalizamos y transformamos en solidaridad lo que la sociedad pone a nuestra disposición.

 

A principios de 2020, Cruz Roja puso los cimientos de lo que sería su mayor movilización de recursos, capacidades y personas, el Plan Cruz Roja RESPONDE frente a la COVID-19.

 

Ante el incipiente impacto de la COVID-19, intensificamos nuestro trabajo con las personas más vulnerables a través de iniciativas como una campaña especial de seguimiento telefónico a 400 000 personas de nuestros programas, identificadas como especialmente vulnerables ante el virus, con el fin de informar, ayudar y detectar nuevas necesidades.

 

Pusimos a disposición de las autoridades sanitarias todos los recursos humanos y logísticos, acompañando a personal sanitario, recogiendo muestras, trasladando a personas afectadas u ofreciendo también sus equipos de apoyo psicosocial. Activamos campañas de comunicación y de sensibilización en todos nuestros canales, ofreciendo a toda la sociedad cursos abiertos y gratuitos sobre el COVID-19 y reforzamos la distribución de alimentos y kits de primera necesidad.

 

De manera simultánea, diseñamos y preparamos un plan integral capaz de responder al impacto de un virus que comenzaba a afectar a todos los ámbitos y a todas las personas, una respuesta que contemplaba 6 áreas de actuación: socorros, salud, inclusión social, educación, empleo y medio ambiente.

 

Luego, se declaró el estado de alarma. Hasta la fecha, hemos atendido ya a más de 4 millones de personas a través de este Plan RESPONDE.

 

El recurso siempre ha estado ahí. La presencia y capilaridad de la organización en todas partes es una de sus grandes fortalezas y lo es gracias al voluntariado.  Cruz Roja es una organización de la sociedad para la sociedad, está constituida por más de 14 millones de voluntarios y voluntarias en el mundo.

 

En España hoy somos más de 260 000 personas voluntarias, con más de 40 000 nuevas incorporaciones durante la pandemia con una edad media de 36 años. Una de cada 200 es una persona voluntaria de Cruz Roja. Personas voluntarias que son nuestros vecinos, familiares o amigos, que conocen a la perfección las necesidades de quienes les rodean y con las que muestran una gran empatía. 

 

A partir de ahora, y dado el impacto socioeconómico de la crisis en ámbitos como la pobreza, la exclusión social y el desempleo, intensificaremos nuestra respuesta en la mejora del acceso al mercado laboral y el apoyo a menores en edad escolar con el fin de hacer frente a la brecha digital que afecta a la población más vulnerable, garantizando así el acceso a la educación. También nos seguiremos ocupando del impacto psicosocial que está dejando esta crisis.

 

La pandemia de COVID-19 es mucho más que una crisis de salud y tiene un impacto profundo y ya bien documentado en la pobreza, el desempleo y la inseguridad. El Programa Mundial de Alimentos (PNUD) estima que más de 100 Millones de personas se han visto empujadas a la amenaza de la pobreza extrema (superando ya las estimaciones del primer semestre de 2020).

 

De acuerdo a la información de la Organización Internacional del Trabajo, el impacto en el empleo es extremadamente negativo, con el equivalente a 225 millones de trabajos a tiempo completo perdidos en 2020. Las desigualdades existentes aceleradas por la pandemia han afectado drásticamente al acceso de las personas a la educación, creando nuevas desigualdades para personas que antes tenían acceso a la educación como consecuencia de las medidas de confinamiento y la reducción de los ingresos de los hogares.

 

Por estos motivos, la Cruz Roja y la Media Luna Roja ha puesto en marcha una respuesta local y global sin precedentes. Desde el inicio de la pandemia, nuestro voluntariado ha estado en la primera línea de respuesta, acompañando a las personas y comunidades en mayor situación de riesgo en todas partes y ya ha atendido a 700 millones de personas afectadas por la pandemia.

 

La respuesta de Cruz Roja se basa en tres pilares, la salud, la intervención frente al impacto socioeconómico y el apoyo a la respuesta local. Nuestra intervención se fundamental en la convicción de que nadie estará a salvo hasta que todo el mundo lo esté.