Agitar las conciencias de la sociedad civil y de los Estados con el fin de que los gobernantes adopten las medidas oportunas y efectivas que garanticen no sólo la acogida de refugiados sino su integración en la sociedad en los pueblos y ciudades, con sus derechos y deberes, fue una de las principales conclusiones de la Mesa: "Cómo se resuelve la crisis del Mediterráneo" celebrada, el pasado fin de semana, en el I Congreso de Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial (OMC)
Agitar las conciencias de la sociedad civil y de los Estados con el fin de que los gobernantes adopten las medidas oportunas y efectivas que garanticen no sólo la acogida de refugiados sino su integración en la sociedad en los pueblos y ciudades, fue una de las principales conclusiones de la Mesa: «Cómo se resuelve la crisis del Mediterráneo» celebrada, el pasado fin de semana, en el I Congreso de Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial (OMC), organizado por la Fundación de los Colegios de Médicos para la Cooperación Internacional (FCOMCI) y el Colegio de Médicos de Granada.
Esta mesa contó con la participación de Jesús Núñez Villaverde, co-director del Instituto de Estudios de Conflictos y Acción Humanitaria (IECHA); Juan Ávila, secretario general de la Federación Española de Municipios y Provincia (FEMP); Anna Terrón Cusi, experta en Unión Europea, relaciones internaciones, políticas de inmigración y movilidad internacional, así como cofundadora y directora de «Instrategies»; y por Rafael Estrella Pedrola, vicepresidente del Real Instituto Elcano, en calidad de moderador.
El moderador introdujo el tema haciendo reflexionar a los ponentes sobre la actual situación en la Crisis del Mediterráneo con el gran flujo de inmigrantes, que ha dejado a Europa «sin capacidad de reaccionar».
Jesus Núñez, que dijo que el «hijo y nieto de inmigrantes», expresó su opinión de que «el problema no es que vengan, el problema es que no vengan», ya que según el ponente, «si no vienen inmigrantes, estaría en peligro nuestro estado de bienestar».
Aseguró que estos flujos migratorios no empezaron ayer, sino que «es un rasgo común del mundo globalizado, que se ha visto favorecido por la utilización de los transportes públicos actuales». Jesús Núñez dijo que «unos vienen porque no pueden llevar una vida digna en sus países y otros intentando salvar sus vidas porque vienen de lugares en donde se radica la violencia». El ponente afirmó que en el mismo espacio del Mediterráneo hay una desigualdad importante «ya que los que viven en los países de norte viven 14 veces mejor que los que viven en los países el sur». Y ese, por supuesto, es un motivo «para justificar este flujo migratorio».
Sobre la actuación de la Unión Europea ante esta Crisis Anna Terrón explicó que existe un tratado de la Unión Europea por el cual se especifica que los ciudadanos que vivan en los estados miembros tienen derecho a un espacio de libertad, justicia y seguridad, «pero este tratado no se cumple». «¿Qué seguridad le estamos dando a esos refugiados a los que vemos correr por los campos huyendo de la policía de un país europeo? Esto nos lleva indudablemente al caos», afirmó la ponente. En esta línea dijo que no funciona el tratado de seguridad y derecho al asilo europeo y que hace falta un sistema común de asilo para atender a personas que vienen de fuera y que lo piden.
Por su parte, Juan Ávila, secretario general de la FEMP, señaló que los inmigrantes que llegan lo primero que hacen es intentar asentarse en pueblos y ciudades, en los espacio locales. Reconoció que la competencia en materia de inmigración es del Estado español, «pero son los alcaldes y concejales a los que va a contarles sus problemas y sus necesidades». Ávila, que fue alcalde de Cuenca y asesor del Defensor del Pueblo, dijo que «es en los seres humanos en donde está la respuesta».
«De vez en cuando se dan olas de solidaridad y los ayuntamientos siempre están dispuestos a colaborar porque podemos facilitar algún tipo de recursos para la integración». Señaló que en los municipios es donde se recibe todo tipo de información sobre los inmigrantes que llegan y se pasa al Gobierno, que es el que tiene la competencia en este tema. «¿Pero qué tienen que hacer, por ejemplo, un técnico municipal cuando llega un colectivo de inmigrantes de un pueblo en el que se quiere construir una mezquita? ¿O qué hacer cuando ellos quieren enterrar a sus muertos por un método que no contemplan unas ordenanzas municipales? Estamos trabajando en todo eso», reflexionó.
Sobre si la erradicación de conflictos bélicos paralizaría la crisis de los refugiados, Jesús Núñez precisó que «posiblemente, pero que está claro que estos conflictos no se resuelven con más violencia». El experto dio como ejemplo los estados funcionales que han quedado en Afganistán, Irak o los de Al Qaeda o talibanes, cuyas ocupaciones no han resuelto nada. «Si ponemos en marcha intervenciones militares para superar un conflicto, volveremos a cometer errores. La fuerza militar puede ser en parte la respuesta, pero no la respuesta».
Anna Terrón señaló que el error en la crisis que ocasiona el flujo de inmigrantes y refugiados está en dejar este tema en manos del Ministerio de Interior. «La gestión de movilidad de las personas no se puede reducir solo a un tema de fronteras», señaló. Terrón aseguró que es necesario que todas las políticas sobre inmigración se pongan en marcha a la vez. En esta línea señaló que «hay una espiral nefasta entre la percepción de los que quieren más seguridad y entre lo que hay que hacer para ofrecérsela».
La última intervención de Jesús Núñez se basó en señalar que él cree más en las personas que en los gobiernos y administraciones, ya que están regidos por políticos que trabajan a corto plazo y solo para conseguir votos. Señaló que actualmente en Europa hay unos 33 millones de inmigrantes, lo que no es mucho. «¿Pero qué hay que hacer para los que ya viven aquí? Pues integrarlos con todos sus derechos y deberes. ¿Qué hay que hacer con los que quieren llegar aquí? Si llegan que sea a través de canales transparentes y a través de acuerdo para luchar contra las mafias. ¿Y qué hacemos con los que viven allí? Por supuesto que ese 0,7 de la casilla que se rellena en la declaración de la renta es insuficiente, así que lo que hay que hacer es ya que los ciudadanos no podemos llevar el timón, presionar a los gobernantes para que tomen la dirección a la que queremos llegar».
