El 31,5% de las personas con discapacidad está en riesgo de pobreza o exclusión social, según se desprende del informe sobre 'El Estado de la Pobreza en España' elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), presentado este martes en el Senado
Cerca de una de cada tres personas con discapacidad está en riesgo de pobreza, una cifra un 28% más elevada que la que soportan las personas sin discapacidad, lo que demuestra que son más vulnerables.
Según el informe, pobreza y discapacidad están ligadas dada la mayor dificultad que tienen estas personas para el acceso al mercado laboral y debido al sobrecoste agregado que significa tener una discapacidad.
Desde el año 2008, la tasa de personas con discapacidad en riesgo de pobreza se ha mantenido en una media de 30,5%, con una variación máxima de un punto porcentual hacia arriba o hacia abajo, sin que la coyuntura económica -con sus crisis y recuperaciones- la haya afectado.
Esto da a entender una cierta cronicidad en cuanto a la incidencia de la discapacidad en lo que a pobreza se refiere. El riesgo de pobreza y exclusión social de las personas sin discapacidad, por el contrario, muestra claramente una etapa de alto crecimiento de hasta siete puntos porcentuales a medida que la crisis avanzaba. Luego, un cambio de sentido desde el año 2014.
En el caso de las personas mayores de 65 años, hay 2.835.574 pensionistas en pobreza y 685.915 en pobreza severa, un 7,2% del total, de manera que casi el 30% de pensionistas vive por debajo del umbral de la pobreza, es decir, con menos de 609 euros en 14 pagas. En España hay 12.377.941 personas en riesgo de pobreza o exclusión social.
Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza
Tal y como denuncia el prefacio sobre “Los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos”, “en un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan aún en la extrema pobreza”; y no puede ser más cierto. Según datos de la ONU, existen unos 783 millones de personas que vive por debajo del umbral de pobreza internacional, 1,90$/día, la mayor parte de ellos concentrados en dos regiones: Asia Meridional y África Subsahariana.
Es cierto que las mayores tasas de pobreza se encuentran a menudo en los países pequeños, frágiles y afectados por conflictos, pero no debemos verlo como un problema lejano; actualmente, 30 millones de niños que crecen en situación de pobreza, se encuentran en los países más ricos del mundo. En España, a finales de 2017 el 30% de la población infantil se encontraba por debajo del umbral de pobreza.
Aunque el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza fue reconocido por las Naciones Unidas en 1992, lo cierto es que nació 5 años antes, hace ahora 31 años, cuando Joseph Wresinski, fundador del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, convocó a más de 100.000 personas en la plaza del Trocadero de París para manifestarse frente a la vulneración de los Derechos Humanos y la Libertad de las víctimas de la pobreza, el hambre, la violencia y el miedo. Así, este sacerdote francés fue una de las primeras personas en establecer el vínculo entre los derechos humanos y la extrema pobreza.
Aunque tendemos a relacionar los términos pobreza y “cantidad de dinero/día”, lo cierto es que la pobreza no es sólo una cuestión económica. Como es habitual, para poner fin a un problema eficientemente, se deben comprender bien sus raíces y características. Por eso es importante que dejemos de entender la pobreza como una situación de “falta de ingresos”, y la conceptualicemos como lo que es, un fenómeno multidimensional, a la vez causa y consecuencia de violaciones y vulneraciones de los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Entre sus manifestaciones encontramos el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud, así como la discriminación y la exclusión social, que llevan a la ausencia de participación de los pobres en la adopción de decisiones, especialmente de aquellas que les afectan. Para poner fin a la pobreza extrema en todo el mundo en 20 años, el economista Jeffrey Sachs calculó que el costo total por año rondaría los 175.000 millones de dólares; menos del 1% de los ingresos conjuntos de los países más ricos del mundo.
El 17 de octubre es un día pensado para que las personas que viven en situación de pobreza puedan hacerse oír, pero también para que el resto de la población reconozca su esfuerzo diario y su liderazgo en la lucha contra la pobreza, puesto que su experiencia es contribuyente esencial para lograr la erradicación de la misma.