Save the Children alertó este jueves de las consecuencias que para la salud mental de los más de 71 000 menores de edad pueden tener los estragos causados por la DANA que asoló parte de la provincia de Valencia, destrozando hogares y escuelas, y que se añaden a su experiencia durante la pandemia y el confinamiento decretado como consecuencia de ésta.
Lo hizo en un comunicado en el que recogió unas declaraciones de su director en la Comunidad Valenciana, Rodrigo Hernández, quien subrayó que “hay miles de niños, niñas y adolescentes que han vivido varias situaciones difíciles en pocos años” y expuso que éstos y sus familias “necesitan urgentemente atención psicológica, porque el impacto en su salud mental ha sido enorme”.
Ante esta situación, reseñó que resulta “muy importante que tratemos la salud mental de niños y niñas ahora para evitar problemas mayores en el futuro”.
Save the Children apuntó que “la destrucción de colegios, la interrupción de su educación y el impacto en las familias ha generado un entorno de inseguridad y estrés entre niños, niñas y adolescentes” y comentó que esta realidad “no es nueva”, puesto que los psicólogos de la organización ponen de manifiesto que “muchos de esos niños y niñas han revivido situaciones similares a las que experimentaron durante el encierro de la covid-19”.
En ese sentido, esta entidad advirtió de que “algunos de los síntomas que sufrieron en la pandemia están reapareciendo”, lo que causa que tengan que “volver a revivir un trauma”. Entre esos síntomas, descuellan las pesadillas recurrentes, el miedo a la lluvia, vómitos o ataques de ansiedad. A ello se añade, según Rodrigo Hernández, que “algunos niños y niñas están desarrollando mutismo o no duermen por la noche”, otros que “se han olvidado de leer y escribir a los nueve años” y quienes “nos dicen que huele a muerto en la calle y no quieren salir de casa”.
A su vez, Save the Children explicó que muchos de los menores “están viviendo la situación en función de cómo la viven sus familias”, lo que permitió a Rodrigo Hernández resaltar la importancia de que “las familias puedan mantener la calma en la medida de lo posible, ya que demostrar autocontrol ayuda a que los niños y niñas se sientan seguros”.
RIESGO DE POBREZA
El director de la organización en la Comunidad Valenciana indicó que “más de 36.000 niños y niñas menores de 16 años de las diferentes zonas afectadas estaban ya en riesgo de pobreza o exclusión social antes de la catástrofe según el Instituto Valenciano de Estadística, por lo que si acceder a un psicólogo ya era algo complicado ahora es prácticamente imposible”.
Esto le sirvió para aseverar que “si queremos reconstruir la Comunidad Valenciana de forma efectiva tenemos que empezar por la infancia más vulnerable”.
Save the Children manifestó que los síntomas más recurrentes entre los adolescentes son los bloqueos, no querer hablar sobre lo sucedido, accesos de ira y rabia, problemas para conciliar el sueño, confusión, y auguró que “poco a poco algunos de ellos y ellas entrarán en una etapa de tristeza”.
A lo anterior se añaden el aislamiento en sus habitaciones con sus dispositivos móviles, su presencia en redes sociales, la utilización de las ‘tablets’, su inclinación por las videoconsolas o su ensimismamiento ante la televisión. Todo ello “puede afectar a su seguridad y a su bienestar emocional”, como lo acredita que “se están acentuando los trastornos de conducta alimentaria y de ansiedad”.
RECOMENDACIONES
Ante esta situación, la organización urgió a poner en marcha “medidas de acompañamiento psicosocial con enfoque de infancia y profesionales especializados para responder al impacto de la catástrofe en el bienestar emocional de los niños y niñas, especialmente en situaciones de mayor vulnerabilidad”.
También reclamó el desarrollo de “programas de formación al profesorado sobre apoyo psicosocial y educación emocional, para incorporarlo en la gestión de aula y docencia” y la puesta a disposición de los menores y sus familias de “información sobre las reacciones emocionales normales después de un desastre y cómo manejarlas”.
Por último, Save the Children ha elaborado una guía con “pautas claras y breves” para “el acompañamiento por parte de los familiares ante el impacto de los niños, niñas y adolescentes por una situación de crisis o catástrofes naturales”. Entre ellas, destacan el control sobre el acceso a noticias; no ocultar la realidad a los niños y explicársela con un lenguaje adaptado a su edad y no sobreinformarles; ofrecerles “una visión más positiva de la catástrofe, centrada en la solidaridad y en lo que se está haciendo para solucionar la situación”; y “observar, dar espacio y escuchar” a los chavales.