Médicos y Pacientes habla con Santiago Vega, decano de la Facultad de Veterinaria CEU Cardenal Herrera, que participará como ponente en el IV Congreso de Cooperación Internacional que se celebrará los días 25 y 26 de mayo en Valencia. El catedrático intervendrá en la cuarta mesa de debate del evento, 'One Health: El cambio climático y la cooperación sanitaria: iniciativas prácticas' , en la que estará acompañado de Fernando Fariñas, director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas, y Fernando Valladares, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y doctor en ciencias biológicas por la Universidad Complutense de Madrid
– ¿Cómo afecta el cambio climático a la salud?
Lo mejor es afrontar esta pregunta con cifras, y estas son espeluznantes. El 23% de las muertes que tienen lugar anualmente en el mundo están relacionadas con la falta de salud ambiental. Esto supone 12,6 millones de muertes al año. Tengamos en cuenta que las cifras de muertes por COVID-19 nos ha dejado muy tocados, y el número que ha dejado de muertes está entre 6,5 y 10 millones. Además, esta falta de salud ambiental no repercute solamente en las personas, también lo hace en la biodiversidad. Hay un informe del año 2022 titulado ‘Informe 2022. Planeta vivo’ que indica que entre 1970 y 2018 se ha perdido un 69% de la vida silvestre. Este es principalmente el foco de acción de la estrategia One Health, la salud es única. La salud humana, animal y del medioambiente están estrechamente relacionadas. Cuando hay una falta en alguna de ellas, las demás también se resienten. No vivimos en una nube, estamos en un ecosistema que es nuestro medioambiente. Ha sido precisamente esta pérdida de biodiversidad la que ha determinado que haya un incremento significativo en el número de pandemias desde el siglo XIX. Basta con recordar la mal llamada gripe española. ¿Por qué hay un aumento tan significativo en este periodo? Por esa pérdida de la biodiversidad. Ésta es como un dique de una presa, que retiene a todos esos agentes patógenos. Al perder ese dique, estamos permitiendo que se propaguen nuevas pandemias. Solo conocemos un 1% de los virus existentes en el planeta. ¿Hemos conocido los peores? Yo creo que no.
– ¿Considera relevante la celebración de este congreso? ¿por qué?
Por supuesto que es muy relevante este Congreso. Que la Organización Médica Colegial haya invitado a profesiones distintos de la salud, como en mi caso a los veterinarios, para enfrentar una idea como es la de cambio climático y sus repercusiones, ya es la primera razón que justifica la celebración de este encuentro. La OMC ha sido sensible a esa estrategia One Health, estrategia defendida por la OMS, por la Organización Mundial de Sanidad Animal, por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), por el Banco Mundial, por UNICEF, por el grupo G7 o por el grupo G20. Además, yo soy un clarísimo defensor de la comunicación, de la divulgación. Es decir, todo lo que no se comunica no existe y tenemos que ser capaces de llegar con nuestro mensaje a toda la sociedad, a toda a las amas de casa, a aquellos que no son del ámbito de la salud, abogados, periodistas, arquitectos, ingenieros e incluso alumnos de los colegios y universidades, futuros profesionales que el día de mañana tendrán la responsabilidad de cambiar este mundo.
– ¿Qué tiene que ver la cooperación internacional con el abordaje del cambio climático?
La Cooperación Internacional debe tener como objetivo acabar con las desigualdades entre las diferentes regiones del planeta. Una de las lecciones que nos ha dejado el COVID-19 es que no puede haber desigualdades en el planeta. Hay un dato muy importante: cuando India empezó a crecer en el número de casos de COVID-19, algunos de mis alumnos comentaban: “bueno, pero es que India está muy lejos”. Resulta que la India es el principal fabricante de productos biológicos del mundo. Si nos fallan sus factorías, sus fábricas, sus laboratorios, pues nos podemos quedar sin vacunas en el resto del mundo. Es decir, India estará muy lejos, pero hoy no hay distancias en el planeta de la vida. Un virus que ha sido capaz de recorrer el planeta varias veces en muy poco tiempo nos demuestra que no hay distancias, y si no hay distancias no puede haber desigualdades.
– ¿Puede poner algún ejemplo de iniciativas prácticas que se realicen o se puedan realizar en cooperación sanitaria en pro de la lucha contra el cambio climático?
Cualquiera de las iniciativas de cooperación debe hacerse en sintonía con los receptores. Por ejemplo, yo he estado por Latinoamérica y me contaban los indígenas de aquellas zonas que ellos todavía tienen como médico a un chamán, que es una persona que cura a través de medicinas tradicionales, de hierbas, del cantico de determinadas fórmulas verbales, etcétera. Ahora llegamos nosotros y queremos cambiar eso con nuestras medicinas y con nuestro conocimiento. Ellos se resisten, son recelosos de nuestra medicina. Tendremos que hacer el esfuerzo de aproximarnos para entendernos y para que de ahí surja un proyecto común que sea ‘comprable’ por todos los receptores de la iniciativa.
Te puedo poner algunos ejemplos: nosotros hemos estado en Mozambique y llevamos una pareja de conejos a una familia, se la dejábamos 3 meses, y los productos de esa crianza se los quedaba la familia. Hacían jaulas con material de la zona, con cañas de bambú. Es decir, hay que adaptar estas iniciativas a la realidad de cada lugar. También hicimos otra que fracasó. Queríamos llevar el semen de cabras e inseminarlas allí. La gente del lugar entendía que eso era brujería. Una cabra que no había visto un macho se quedaba preñada, eso no podía ser, eso tenía que ser brujería. Estos son dos ejemplos de cómo hacer las cosas bien y cómo hacerlas mal.
– ¿El cambio climático está cambiando el panorama de la cooperación sanitaria?
El cambio climático está modificando toda nuestra relación con los animales, las personas y el medio ambiente. La zona del Mediterráneo carecerá de agua, eso significa que habrá migraciones de personas por esa falta y por la incompatibilidad de las temperaturas con la vida humana. Las migraciones asociadas a cambios en el clima han existido siempre lo que pasa es que en este momento los cambios que estamos introduciendo en nuestro planeta de la vida están afectando a determinados parámetros que, según dice Naciones Unidas, si no los corregimos antes del año 2030, serán irreversibles.
– ¿Existe concienciación por parte de las administraciones en materia de cooperación de este gran desafío? ¿qué pueden hacer las corporaciones profesionales para abordar este reto?
Mira que soy positivo, pero en esto soy un poco negativo. Tengo poca fe en las administraciones gobernadas por políticos. Tengo más fe en la sociedad civil. Si todos nos ponemos manos a la obra para cambiar esto, podemos hacer mucho más que nuestros políticos. Ellos son temporales, por lo tanto, están más preocupados del día a día y no les preocupan los grandes proyectos. En las corporaciones profesionales, depende. Las iniciativas de cooperación están movidas por personas, y dependiendo de si esa corporación profesional tiene una tipología de estas características, pues habrá más o menos implicación. Por lo tanto, confío más en que las personas se organicen para trabajar con continuidad en los lugares donde van destinados los proyectos y siempre sin olvidarnos de hacerlo en convivencia con las poblaciones a las que va dirigido el proyecto.
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