El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, clausuró la I Jornada de Humanización en Cuidados Paliativos, organizada por la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) junto a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) en España, a través de la Fundación Juan Ciudad (FJC), con la colaboración de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), en la que detalló que su principal objetivo es “ que la Comunidad de Madrid tenga un Plan de Humanización que abarque a la sanidad pública y privada”
Durante el acto, estuvo acompañado por el Hermano Miguel Ángel Varona Alonso, presidente del Patronato de la FJC y Superior Provincial de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios-Provincia de Castilla, que comentó que “el enfoque de valores que se realiza en los cuidados paliativos lo convierte en un modelo importante que es trasladable al resto del sistema sanitario”; además del Dr. Juan Martínez, director de la FFOMC, que destacó unas palabras del Papa Francisco en las que señaló que “la compasión no es lástima, es padecer con, porque la muerte del paciente no es el fracaso del médico”, y del Dr. José María Rodríguez Vicente, tesorero de la OMC.
El consejero de Sanidad de Madrid destacó que el Plan de Humanización, puesto en marcha desde el gobierno autonómico de Cristina Cifuentes, fue muy criticado en los primeros meses debido a que los profesionales entendían que no se les podía enseñar ‘humanización’, pero Sánchez Martos considera que dicha humanización, “sí se puede mejorar”.
“Jamás podré entender que en un hospital pongan la foto de una enfermera exigiendo silencio, cuando ella u otras gritan a las tres de la madrugada para saber si se ha puesto la cuña a una paciente, de la que probablemente no saben el nombre y se refieren a ella por el número de habitación”, explicó.
El consejero aseguró que no concibe un sistema sanitario en el que hay carteles que dicen que “es imprescindible mostrar la tarjeta sanitario para ser atendido”. Sin embargo, expuso que cuesta lo mismo poner: “le agradeceremos que traigan la tarjeta sanitaria porque facilita nuestro trabajo. Son matices, no es prohibir, porque a aquél que se le prohíbe es el que paga el sistema sanitario”. Por eso, Sánchez Martos siempre les dice a sus alumnos “que traten al paciente como le gustarían que trataran a su padre”.
Además, incidió en que es “consejero de la sanidad pública y privada. De la sanidad pública, como así lo marca la ley: universal, de prestigio, eficaz y eficiente… Y de la privada porque tengo que garantizar la calidad de la atención”. Por eso, detalló que “el Plan de Humanización solo acaba de comenzar. Mi sueño no es el proyecto que se conoce hasta ahora, sino uno que abarque a la Comunidad de Madrid en su conjunto, incluyendo sanidad pública y privada”. El consejero se preguntó: “¿por qué no podemos ir de la mano? “La humanización no tiene color político, ni color de privada o de pública. El mayor avance en este ámbito es que hubiera un pacto total de todos los agentes del sector”, subrayó.
Para el consejero, “hablar de humanización es hablar de cuidados paliativos, que no significa hablar de muerte”. Además, recalcó que “el paciente tiene derecho a morir en el lugar que quiera”, porque a su juicio los cuidados paliativos no son mejores porque haya más camas, “porque el domicilio también es un lugar importante para morir”. Sánchez Martos no entiende que un hospital sea un sitio inhóspito, “especialmente en áreas donde la gente sabe que va a morir, por eso el paciente tiene derecho a despedirse acompañado con los seres queridos que quiera”.
Por último, se mostró convencido de que cuando se marche de su actual cargo “nadie será capaz de cargarse la Dirección General de Humanización, sea el futuro consejero del color que sea, porque no le dejarán los profesionales ni los ciudadanos”. El responsable de la sanidad madrileña resaltó que en el ámbito de la humanización busca “la coordinación de la sanidad pública con la privada, los colegios profesionales, los sindicatos, sociedades científicas y todos los partidos políticos”.
