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Reflexiones finales del Presidente de la OMC en la III Convención de la Profesión Médica

 

 

Madrid, 20 de noviembre 2012 (medicosypacientes.com)

En el acto de clausura de la III Convención de la Profesión Médica, el presidente de la Organización Médica Colegial, el doctor Rodríguez Sendín, manifestó su agradecimiento a los Comités Científico y Organizador, a los participantes en las mesas redondas que se han celebrado, y especialmente, a los que no pertenecen a la estructura intermedia de la Organización, además de a los moderadores y a todos los asistentes de las Juntas Directivas y Comisiones Deontológicas de los Colegios.

Tras lo cual expresó el orgullo que siente de esta Organización, «así como el de ostentar la responsabilidad para la que me habéis elegido y realizo con esta Comisión Permanente que me acompaña y sin la cual todo lo que hago no sería igual. También me siento orgulloso de vosotros por la dedicación que le habéis prestado y le estáis prestando a esta Convención, intentando aportar algo nuevo y diferente que mejore tanto el ejercicio profesional o proteja al SNS, incluso en situaciones que no son especialmente confortables». Lamento y pidió disculpas, por otra parte, «por los errores que podamos haber cometido», tal como señaló.

La OMC, como todo, según manifestó «es mejorable, pero que nadie se equivoque si piensa que hace buena, inteligente a la gente, o si al que es corrupto le convierte en incorrupto. Pero lo que sí hace es ser vigilante e intentar ofrecer doctrina, conceptos, consensos sobre buena práctica alcanzados entre todos, para que esas desviaciones propias de cualquier estructura humana no ocurra con tanta frecuencia. Y si alguna detectamos guiarlas por el camino correcto o, desgraciadamente, en algunos casos, tener que castigarlas. Eso es la OMC, no otra garantía y no se nos puede pedir más».

«Ya quisiéramos -como dijo- que toda la sociedad y todas nuestras instituciones se comporten en cantidad y calidad sólo con los errores que tiene la OMC». No conozco otro colectivo %u2013añadió- más exigente, que haga más revisión de lo que hace, que más autocrítica haga, que más se castigue cuando se precisa, que el médico». «Como consecuencia, la sociedad nos pone donde nos pone en consideración y prestigio social,  en parte porque nuestra profesión es especial y por eso, precisamente, tienen que existir los Colegios médicos».

La creación, mantenimiento y aplicación del Código Deontológico, y de la regulación de la Profesión no es discutible, en su opinión, ya que «es la base de las obligaciones que imponen nuestra Constitución y nuestras leyes y textos legales y jurídicos comunitarios de forma muy clara». «No es discutible -prosiguió- que ésta y otras profesiones sanitarias necesitan regulación y control intraprofesional, si bien es verdad que esa regulación y control lo pueden realizar las Administraciones Sanitarias. Eso si habría que imaginar la elaboración del Código Deontológico por 17 Administraciones distintas y con sensibilidades políticas diferentes y cambiantes tanto en regulación como en aplicación. A mí me resulta difícil imaginarlo. El Estatuto Marco no habla de la mala praxis, ni del abuso ante un paciente, incluso, tratándolo correctamente desde el punto de vista técnico».

En la regulación de pilares del Estado del Bienestar como justicia, educación, dependencia, etc. «me gustaría encontrar algo que estuviera mejor regulado que lo nuestro, aun admitiendo que tenemos mucho margen de mejora».

Como explicó, «nos hemos alineado para obtener unas respuestas conjuntas a los problemas que tienen el SNS y los pacientes porque los enfermos no tienen la culpa de la crisis que los banqueros y ciertos sectores políticos han originado. La Constitución garantiza respecto a la asistencia sanitaria, equidad, eficiencia y calidad, pero también garantiza seguridad jurídica para los administrados».

Sin embargo, «en estos momentos, para los profesionales sanitarios, la seguridad jurídica no es precisamente la mejor de nuestras situaciones para responder como debemos responder a la atención a la salud de nuestros pacientes. La seguridad jurídica lo que nos permite a los ciudadanos hacer un diseño de vida para nosotros y nuestras familias, saber cuándo y cómo termina nuestra vida laboral, cómo vamos a construir el futuro y cómo vamos a afrontar nuestras necesidades».

Esta seguridad jurídica que, como recordó, «constituía el empleo público, esas normas con las que nos hemos otorgado y esa cultura sanitaria con la que nos veníamos disfrutando y con la que funcionábamos se nos están fracturando».

«Algo que también prohíbe la Constitución -señaló- es la arbitrariedad, y algunas de las decisiones que se están tomando tienen bastante de arbitrarias».

Finalmente, el doctor Rodríguez Sendín recordó que el concepto de Sistema Nacional de Salud «garantiza y protege especialmente a los que más lo necesitan. Es un elemento extraordinario de distribución de riqueza, de forma que todos pagamos al fisco -los que pagamos-, y  el gobierno decide qué partida necesita para cubrir y qué servicios de un sistema sanitario equitativo, universal y de calidad. Ningún ciudadano español, en este sentido, que pueda padecer una enfermedad en cualquier momento de su vida o su familia, tiene que prever un tipo de ahorro o condición especial para costearla, desde ese punto de vista también es considerado como un elemento distribuidor de riqueza. Esta garantía de distribución y de justicia social, me pregunto si queremos que se deje en manos del mercado como el trabajo, la vivienda, buena parte de la educación, el precio de la justicia no gratuita, y ¿ahora también la Sanidad? O no». Tras estas palabras agradeció la asistencia a todos.

 

 

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