La Dra. Gemma Ramírez, hematóloga jubilada, explica su labor como rastreadora voluntaria durante la pandemia de COVID19. Considera que como médica tiene “un compromiso moral con la sociedad civil” y su experiencia es útil para todos. Recuerda que “el compromiso ético del médico es para siempre” y que los Colegios de Médicos cuentan con una bolsa de más de 2.000 compañeros jubilados volunatrios para colaborar con las administraciones que lo precisen.
¿Cómo surgió la opción de desarrollar la labor de rastreadora?
El Colegio de Médicos de Málaga, a través de su Vocalía de Médicos Jubilados, nos preguntó a los médicos veteranos quiénes podíamos ser rastreadores. De los 160 miembros de la Asociación de Veteranos entre 50 y 60 ya estamos rastreando. Hicimos una entrevista, un curso de capacitación y un curso de formación, organizado por la corporación colegial, y el Servicio Andaluz de Salud (SAS) nos ha proporcionado las claves para acceder al sistema informático, un teléfono móvil para realizar el rastreo y el Colegio de Médicos nos da un seguro de responsabilidad.
¿Cómo es el día a día de un rastreador?
La enfermera responsable del Centro de Salud distribuye los casos y nos ponemos en contacto con las personas afectadas. Preguntamos una serie de datos de filiación y síntomas, pero éste caso índice lo lleva su médico de AP, y nos facilita con quién ha tenido contacto desde 48 horas antes de empezar a tener sintomatología o desde que se le haya realizado la prueba de la COVID19.
¿Qué pasos siguen después?
En este punto, los rastreadores debemos diferenciar si son contactos estrechos y hablamos con ellos, pedimos prueba de antígenos y hacemos un seguimiento y llamamos una vez a la semana para saber cómo se encuentran, vemos los resultados de los análisis, ayudamos en el caso de que necesiten una baja laboral, respondemos a sus preguntas y en el caso de que sean positivos, se lo comunicamos a su médico de cabecera.
¿Hacen un seguimiento?
Una vez que los contactos han pasado la cuarentena establecida por las autoridades sanitarias y vemos que están bien y son asintomáticos les comunicamos que ya se pueden reincorporar a su vida diaria. Tenemos que prestar atención a los casos de los niños, que hay que avisar a la representante COVID19 de su centro educativo, y a las personas mayores, que están en su casa o residencias.
¿Hay algún caso que le haya marcado especialmente?
Recuerdo el de una cuidadora de personas mayores que dio positivo y que fue dejando un reguero de contagios en las personas ancianas que atendía. La mujer tenía mucha angustia. En este momento se encuentra ingresada en la UCI con neumonía bilateral y antes de ir al hospital, sin apenas poder respirar, llamó para alertar de su situación y dar los contactos de las casas donde había estado trabajando.
¿Qué le mueve a realizar esta labor?
Nos proporciona satisfacción poder ayudar en estos tiempos y nos sentimos orgullosos de poder desarrollar una labor que puede ser importante. Para mí es un compromiso moral con la sociedad civil y ponemos nuestra experiencia para que sea útil para todos. El compromiso ético del médico es para siempre.