El presidente de la OMC, Dr. Rodríguez Sendín, ha demandado que los cuidados paliativos lleguen a todos los ciudadanos “de una manera equitativa y justa”. Así lo expresó durante la inauguración de la Jornada “Actitud profesional ante las personas al final de la vida”, organizada por la FFOMC y moderada por el vicepte., Dr. Serafín Romero
Madrid, 17 de septiembre 2015 (medicosypacientes.com/S.P.)
“Los Cuidados Paliativos en España no llegan a todos los pacientes que lo precisan en las mismas condiciones de igualdad. De hecho, un 50 por ciento de ellos fallecen sin recibir la atención necesaria y que nuestra sociedad puede ofrecer”, según ha denunciado el presidente de la Organización Médica Colegial, el Dr. Rodríguez Sendín. Es por ello que considera necesario “centrar el foco en la exigencia de que este tipo de cuidados llegue a todos los ciudadanos de una manera equitativa y justa”, como expresó durante la inauguración de la Jornada “Actitud profesional ante las personas al final de la vida” celebrada ayer en la sede de la OMC.
Según añadió el presidente de la corporación, “en Cuidados Paliativos estamos muy lejos de esa igualdad de oportunidades para todos, bien porque los servicios no llegan o también porque muchos pacientes están sometidos al juicio que, sobre el final de su vida, pueda hacer el médico que les toca en suerte. En este sentido, como sostuvo, “los médicos no tienen ningún derecho a anteponer sus planteamientos personales sobre los derechos adquiridos por los pacientes”. “Hay profesionales que todavía no entienden que no es su voluntad la que otorga el derecho a los pacientes”, porque, como remarcó, “los derechos de los enfermos no son interpretables en función de las creencias propias que tenemos como médicos, lo cual se podría considerar una clarísima falta de ética”.
Al Dr. Rodríguez Sendín, aseguró, le llama la atención la contradicción que existe entre “la satisfacción que generan los éxitos que la profesión médica española obtiene de la atención a las personas, y la tristeza que provoca la muerte en soledad, con dolor y de una manera injusta, de muchos de nuestros pacientes que no fallecen en idénticas condiciones que lo hacen otros”.
Ante lo que considera una injusticia y falta de equidad, subrayó la constante preocupación que este tipo de cuestiones genera a la corporación que preside, de ahí la importancia, explicó, de “la labor que desempeña dentro de la OMC el Grupo de Trabajo de Atención Médica al Final de la Vida” constituido por expertos en la materia, y del que él mismo forma parte. “Los resultados de los trabajos llevados a cabo en el seno de este Grupo han dado como fruto interesantes documentos, algunos de los cuales han sido trasladados a la Asociación Médica Mundial, con una importante acogida por parte de dicho organismo”.
Durante su intervención reconoció, asimismo, la dificultad que entraña ejercer la Medicina paliativa y abogó por potenciar su parte más humanística en detrimento de los aspectos tecnológicos o científicos, porque, como dijo, “los objetivos materiales no nos bastan”.
Asimismo, incidió sobre lo que considera “una profunda fractura que se observa en nuestro país a la hora de atender a unos y a otros”. “Duele especialmente -añadió- cuando la gente se puede morir con más sufrimiento del que le debería tocar y que podríamos evitar”, por ello instó a que la sociedad tome conciencia de que “el final de la vida debe ser atendido en condiciones de máxima igualdad” porque, como remarcó, “los recursos destinados a este proceso no se están repartiendo de una manera homogénea”.
La Jornada “Actitud profesional ante las personas al final de la vida”, promovida por la Fundación para la Formación de la OMC (FFOMC) para intentar dar respuesta a muchos de los interrogantes que los médicos se plantean acerca de la eutanasia, suicidio asistido, sedación paliativa, obstinación terapéutica, entre otros, fue moderada por el Dr. Serafín Romero, vicepresidente de la OMC, quien destacó la oportunidad de esta Jornada, cuya temática “sigue estando de candente actualidad como muestran recientes informaciones que nos llegan desde Reino Unido o desde EE.UU. acerca del debate sobre la eutanasia y el suicidio asistido”. “En concreto -añadió- en el panorama europeo podemos observar un desarrollo desigual sobre las normas a seguir ante pacientes al final de la vida”, “lo que contrbuye a un continuo debate sin concluir, al igual que sucede en España”.
El Dr. Romero recordó que “desde nuestra corporación intentamos crear conciencia sobre este asunto”, y puso el acento, en la misma línea de lo expresado por el presidente de la OMC, sobre la inequidad tanto en el reparto de recursos como a la hora de prestar asistencia. “En España se muere de diferente forma según donde te toque, lo cual provoca un debate incesante sobre la eutanasia”, afirmó.
El encuentro contó, además, con la participación del Dr. Marcos Gómez Sancho, experto en Cuidados Paliativos y expresidente de la Comisión Central de Deontología de la OMC, quien hizo una exposición sobre los principales conceptos y preceptos deontológicos relacionados con la atención al final de la vida, partiendo de la confusión terminológica que predomina en este campo, “muchas veces intencionada”, a su juicio. De ahí, como destacó, la labor que ha llevado a cabo la Organización Médica Colegial, a través de su Grupo de Trabajo de Atención Médica al Final de la Vida, y de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) de precisar y de aclarar los principales términos. Y es que como remarcó “los ciudadanos están en su derecho de debatir y de tomar decisiones en este terreno pero siempre bien informados”.
De esta forma, se refirió a los conceptos clave relacionados con este tipo de procesos entre los que se encuentra la Eutanasia, término sobre el que, como remarcó, “no hay clasificaciones”, debiendo entenderse, exclusivamente, como “la provocación intencionada de la muerte de una persona que padece una enfermedad avanzada o terminal, a petición expresa de ésta, y en un contexto médico”.
En cuanto al Suicidio Médicamente Asistido (SMA), lo definió como “ayuda médica para la realización de un suicidio, ante la solicitud de un enfermo, proporcionándole los fármacos necesarios para que él mismo se los administre”.
La obstinación terapéutica hay que entenderla, según el Dr. Gómez Sancho, como “la instauración de medidas no indicadas, desproporcionadas o extraordinarias, con la intención de evitar la muerte en un paciente tributario de tratamiento paliativo”. Constituye, recordó, “una mala práctica médica y una falta deontológica”.
Otro de los términos más empleados es el de “abandono”, relativo en este caso “a la falta de atención adecuada a las necesidades del enfermo y su familia”. Entre sus motivos destacan la falsa idea de que “ya no hay nada que hacer” y una formación insuficiente en cuidados paliativos, así como el miedo o sensación de fracaso profesional.
Abandono y obstinación son, a juicio del expresidente de la Comisión Central de Deontología, “los dos extremos de la mala praxis médica en la atención al final de vida que constituyen una grave vulneración del Código de Deontología Médica”.
Mientras, la Sedación Paliativa, según explicó, “es la disminución deliberada de la consciencia del enfermo, una vez obtenido el oportuno consentimiento, mediante la administración de los fármacos indicados y a las dosis proporcionadas, con el objetivo de evitar un sufrimiento insostenible causado por uno o más síntomas refractarios”. La sedación, en sí misma, indicó el Dr. Gómez Sancho, “es un recurso terapéutico neutro más y por tanto éticamente neutro. Lo que puede hacerla éticamente aceptable o reprobable es el fin que busca y las circunstancias en que se aplica”.
Desde el punto de vista de este experto, y ante el debate cada vez más incisivo sobre una posible despenalización o legalización de la eutanasia, la obligación del colectivo médico pasa por “promover su antídoto basado en una correcta atención”, convencido de que “el paciente bien atendido es poco proclive a demandar eutanasia”. El expresidente de la CCD abogó, en este sentido, por la “universalización de los cuidados paliativos, comenzando desde la raíz que es su enseñanza en las Facultades de Medicina españolas, dado que en la actualidad en sólo el 50 por ciento de las mismas se imparte esta disciplina”.
Otro de los intervinientes, el Dr. Miguel Ángel Cuervo, miembro del Equipo de Cuidados Paliativos en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz, y director de la Revista Medicina Paliativa, analizó las actitudes de los profesionales sanitarios ante la eutanasia y el suicidio asistido, a partir de su tesis doctoral, que fue dirigida por los Dres. Gómez Sancho y Rogelio Altisent.
El Dr. Cuervo coincidió con una de las principales críticas surgidas durante la jornada, relativa a la confusión terminológica que existe actualmente en esta parcela de la Medicina. De su intervención, cabe destacar que los profesionales médicos que atienden en mayor número a enfermos en situación terminal, tienden en menor medida a la despenalización de estos procesos que tienen como objeto adelantar la muerte. Asimismo, remarcó la importancia de aplicar mayor rigor científico, además de experiencia, a la hora de actuar con un paciente terminal.
La jornada se completó con las intervenciones del Dr. Mariano Casado, exsecretario de la Comisión Central de Deontología de la OMC, quien trató los aspectos médico-legales de la eutanasia y el suicidio asistido. Al respecto, el Dr. Casado consideró que, actualmente, hay suficiente regulación legal y deontológica sobre cómo actuar ante un paciente terminal.
Por otra parte, insistió en la importancia que tiene la formación en este campo desde los inicios del futuro médico, al que, desde su punto de vista, también hay que enseñar a “cómo se diagnostica la muerte, cómo se muere la gente y qué pasa a continuación”. En este sentido, invitó a los propios estudiantes a que también ellos mismos se interesen por estos temas.
Finalmente, Javier Barbero, psicólogo, máster en Bioética y concejal de Salud, Emergencias y Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, planteó un debate sobre “si sería asumible la eutanasia como opción en la atención al final de la vida”, partiendo de la opción del respeto a la libertad, para quien ésta “no es un valor absoluto pero sí fundamental para tener en cuenta en todo este proceso asistencial”.
Desde su punto de vista, el problema fundamental de la eutanasia “no está tanto en el enfermo terminal que, con unos buenos cuidados paliativos, suele revertir su petición de eutanasia, sino en el enfermo crónico que no encuentra una salida fácil a su situación”.
Durante su intervención, hizo referencia a la “criptotanasia”, entendida como “maneras de funcionar que acaban pareciendo prácticas eutanásicas pero en condiciones no adecuadas, con consecuencias adversas, que no suelen ver la luz ni contarse”.
Barbero no ve viable plantearse leyes sobre despenalización “si, antes de ello, el propio sistema sanitario no tiene capacidad para dar garantías a los más vulnerables. La “vulnerabilidad no es sólo una cuestión de experiencia personal sino que tiene un transfondo social importante del que las instituciones tenemos que estar al tanto e intentar proteger a los más desfavorecidos para evitar el efecto de “la teoría de la pendiente resbaladiza”. Desde el punto de vista de Barbero “es algo por lo que tenemos que empezar”.
Por otra parte, opinó la justicia, otro de los valores en juego en este tipo de situaciones, a su criterio, “nos exige -indicó- generar todos los grados intermedios para ofrecer todas las posibilidades así como la igualdad de oportunidades a todo el mundo para la disminución de la experiencia de sufrimiento”.
Concluyó poniendo sobre la mesa el planteamiento de que podría haber llegado el momento en este tipo de debates “de empezar a pensar en decisiones excepcionales frente a situaciones excepcionales”.
La jornada completa puede visualizarse a través del Canal de Youtube de la OMC en el siguiente enlace https://youtu.be/nGy_mNC8z9E