El presidente del Colegio de Médicos de Málaga, el Dr. Sánchez Luque, dedica este artículo publicado en el Diario Sur-Málaga, al retorno de septiembre. Para unos, momento de plantearse nuevos objetivos personales y profesionales, para otros, de retomar la cotidianidad. Sánchez Luque aprovecha para instar a los políticos, independientemente de su ideología, a mantener la sanidad al margen de objetivos electoralistas
Málaga, 4 de septiembre 2014 (medicosypacientes.com)
“Un nuevo septiembre, un mismo septiembre”
Dr. Juan José Sánchez Luque, presidente del Colegio de Médicos de Málaga. Tribuna publicada en el Diario Sur-Málaga
Decía Joan Manuel Serrat en su canción: ¡Esos locos bajitos que a menudo los hijos se nos parecen y con ello nos proporcionan la primera satisfacción. Cuando veo a mi hijo crecer, aprendo cada día y en mi memoria aparecen mis primeros recuerdos que se entremezclan con la realidad que veo en sus seis años de vida y en sus ojos que transmiten el deseo por escuchar y aprender.
Cómo han cambiado los tiempos y, a pesar de ello, cómo se repiten las estampas de los jugadores de fútbol y el álbum como objetivo para completarlo en los pequeños cuando llega septiembre. Hemos cambiado aquellos jugadores, como Del Bosque, Rexach, o el mismo Juan Carlos del Club Deportivo Málaga, por Casillas, Messi o Duda del Málaga Club de Fútbol. Pero perdura el tener las estampas formando montones y abrir cada sobre con el deseo de encontrar el jugador anhelado.
Los videojuegos ahí están, cada vez con mejores efectos especiales, pero como sobreponiéndose a los gigantes, emerge lo sencillo, lo de siempre. Y así ocurre en nuestras vidas.
Llega septiembre y para muchos, vuelve el trabajo, la escuela, la vacuna de la gripe, la ropa de abrigo… vuelve en la vida, lo de siempre y genera sensaciones revividas, pero nuevas al mismo tiempo, aunque con más canas para los que el destino nos permite alcanzarlas. Es momento de comenzar coleccionables, plantearse nuevos objetivos personales y profesionales y para otros, por desgracia, volver a inscribirse en las listas del paro.
Desde esta tribuna quiero reconocer a los que ayudan a que haya nuevos septiembres. A los cuidadores que veo en mi consulta y que ayudan a nuestros mayores a vivir a veces en un mundo que no tiene memoria, y donde la mirada perdida encuentra en una caricia el despertar de los sentidos. A los que comparten sus manos entrelazadas y sus bastones para llegar al centro de salud, como enamorados quinceañeros que viven en una eterna luna de miel. A los seres humanos que despiertan optimismo y tienen buen sentido del humor, a ellos también los veo en mi consulta, así como a las personas que asumen ser los capitanes de su casa, los que sacan de no se sabe dónde la garra para salir a flote en los momentos que el barco pueda inundarse. A todos ellos, gracias por ser los auténticos protagonistas anónimos de otro septiembre en nuestros corazones.
También quiero alzar la voz por los que ayudan de forma desinteresada a los más desfavorecidos, a los que más lo necesitan, personas solidarias que no dudan en ayudar inclusive más allá de nuestras fronteras, algunos de ellos compañeros médicos, enfermeros y todos ellos buena gente, porque aún queda, aunque a veces no lo parezca, gente buena.
Amigos, vamos a cargar las pilas para que sean de larga duración, para que a pesar de la crisis volvamos a coger ánimos y esta sociedad que nos ha tocado vivir sea la de la oportunidad de sobreponerse a la adversidad, a la maldad, y en todo ello, y me lo van a permitir, que los médicos y en general los profesionales sanitarios seamos capaces de encontrar el alivio al dolor en nuestros pacientes y que se mejoren las condiciones para poder ejercer la medicina de siempre.
Para ello nuestros políticos, independientemente de su ideología, tienen que mantener al margen de objetivos electoralistas la sanidad, o mejor dicho a la salud, ese bien preciado que sólo se valora cuando se pierde.
Me dicen los pacientes en numerosas ocasiones que tras superar una enfermedad importante no son lo mismo, no ven la vida lo mismo, parece que nunca va a tocar y sí toca, ¡claro que toca!, por ello aprovechemos también septiembre para mejorar nuestros estilos de vida.
Hay que procurar darse un chapuzón en valores, ahora que una campaña promueve el agua helada para remover el deseo de solidarizarnos con los enfermos que sufren la ELA.
Con todo ello, avanzaremos, y esos locos bajitos que un día fuimos seremos los que como padres o abuelos ayudemos a volver a vivir nuevos septiembres que sean retos de mejora del bienestar de esta vida dura e inclusive muy dura a veces y maravillosa otras, que protagonizamos como una novela por capítulos.