El presidente del Colegio de Médicos de Álava, el Dr. Kepa Urigoitia, hace una llamada de atención en este artículo a la necesidad de la colaboración colectiva para hacer frente al problema creciente de las agresiones al personal sanitario. Incide en la importancia de concienciar a la sociedad sobre este hecho intolerable, una tarea en la que están volcados los Colegios de Médicos
Vitoria, 30 de julio 2014 (medicosypacientes.com)
“Ante la violencia al médico tolerancia cero”
Dr. Kepa Urigoitia, presidente del Colegio de Médicos de Álava. Artículo publicado en el nº 19 de la “Revista ICOMA”
En los últimos tiempos las agresiones al personal sanitario han llegado a erigirse en un problema creciente, del que desconocemos exactamente su dimensión por la falta de registros fiables, pero no por ello menos alarmante.
El estudio sobre agresiones a médicos en Euskadi, realizado por los tres Colegios de Médicos de la Comunidad Autónoma hace algo más de cinco años, ya detectó que el 88,2% de las agresiones sufridas por nuestros compañeros no habían sido denunciadas, la mayor parte de las veces porque el agredido no le había dado mayor importancia o porque había considerado que el agresor “es un enfermo” o “para evitar que fuera a más” o simplemente porque consideraba que “no sirve para nada”.
A pesar de esta infrautilización de las denuncias, es preocupante que en los últimos diez años el número de agresiones a médicos registradas por Osakidetza se ha visto multiplicada por cuatro en Araba, habiéndose quintuplicado en el conjunto del País Vasco. Incremento que, en mayor o menor medida, también se ha registrado en el resto de comunidades autónomas.
No es mi intención entrar a analizar aquí los factores que inciden en este aumento de las agresiones, pero no me cabe duda de que los cambios que se han producido en la escala de valores de nuestra sociedad, la violencia social que vivimos, unas exigencias desmedidas, una falsa creencia de que en el terreno de la salud todo son derechos sin deber alguno y un período de recortes, configuran un terreno abonado a la hora de afrontar el paciente y sus familiares unas expectativas no satisfechas.
Es preciso que todos colaboremos en hacer visible y concienciar a la sociedad sobre este hecho intolerable y en esa tarea seguimos trabajando desde los Colegios de Médicos. Para ello nos dotamos en su momento del Observatorio de Agresiones de la OMC, desde el que se intenta objetivar el número y la entidad de las agresiones sufridas por los médicos de todo el Estado, datos necesarios para su posterior análisis y elaboración de propuestas.
Como médicos que somos, conocedores del valor de la prevención, es recomendable adquirir una formación adecuada en estrategias de comunicación, que nos permita reconocer situaciones de riesgo y nos ayude a gestionarlas de manera satisfactoria, no respondiendo a la agresividad incipiente con agresividad.
No obstante, también sabemos que no todo se puede prevenir, por lo que es preciso que los agredidos se conciencien a su vez de la necesidad de denunciar cualquier tipo de agresión, física, psíquica, verbal o amenazas.
A este respecto, quiero recordaros que hace siete años los tres Colegios Médicos Vascos firmamos con la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y los Fiscales provinciales un protocolo de medidas a adoptar en los casos de agresiones contra médicos en la Comunidad Autónoma del País Vasco, que, a diferencia del de Osakidetza, preserva el domicilio del denunciante y le confiere la consideración de atentado a autoridad pública a los actos de acometimiento, empleo de fuerza, intimidación grave o resistencia activa también grave -aún sin contacto corporal- de que sea objeto un médico, siempre que se ponga en conocimiento del Ministerio Fiscal mediante el formulario que está disponible en el Colegio. Una consideración de especial relevancia, puesto que puede conllevar penas de hasta tres años de cárcel para el agresor.
Hagamos nuestra la máxima: ANTE LA VIOLENCIA AL MÉDICO, TOLERANCIA CERO