Pte. CEEM, Víctor Expósito: “Aspiramos a un perfil de estudiante empoderado, eje de su propia formación y del sistema sanitario”

-Principalmente, la rebeldía por seguir innovando. Después de nueve ediciones, nuestro interés se ha centrado en aportar formatos novedosos como el de “Medicina Exprés”,  consistente en la celebración simultánea de charlas con expertos, dirigidas por nosotros mismos e interactuando, a su vez, con los estudiantes. De esa forma, logramos un congreso más cercano y participativo, en el que los estudiantes son parte activa de su propia formación, con una gran variedad de actividades donde poder elegir. Los asistentes vuelven a sus Facultades con un nuevo concepto de formación, que es de lo que se trata.

 

-Es un esfuerzo considerable el que realizamos, sobre todo a nivel humano, para llevar a cabo este Congreso, para el que no contratamos ningún tipo de ayuda externa; el problema son los escasos recursos materiales de que disponemos. A pesar de ello, seguimos, año tras año, apostando por este tipo de eventos y por la participación de un número cada vez mayor de estudiantes. De hecho vamos ascendiendo en volumen de participación en función de los recursos físicos como son los recintos para celebrar el evento. Muchas veces, la demanda es muy elevada, pero tenemos que restringir el número de plazas al no disponer de la infraestructura necesaria para albergar a un millar de estudiantes, por poner una cifra. En este sentido, pediríamos más apoyo institucional de las autoridades locales para poder celebrarlo cada vez en un punto distinto de España.

 

-Realmente, ha significado una legitimación del trabajo y esfuerzo que aportamos los estudiantes de Medicina. Haber reunido desde el ministro de Sanidad hasta el decano de la Facultad, pasando por el rector, autoridades sanitarias locales, presidente de la OMC, presidente del Colegio de Médicos, representantes de la Junta, el secretario general de Sanidad, director de Ordenación Profesional, entre otras personalidades es muy importante para nuestra organización. De una manera u otra, escenifican el espaldarazo al nuevo modelo de formación que desde el CEEM proponemos, en paralelo al de la enseñanza reglada de las Facultades de Medicina.

 

-Básicamente se sustenta en dos pilares de acción. Por una parte el reivindicativo, con la finalidad de mejorar la docencia en Medicina, adaptándola a los nuevos tiempos y, sobre todo, a las necesidades del paciente y de la sociedad. Pedimos, en este sentido, mayor docencia en A.P., la comunicación básica con los pacientes, amplitud de prácticas asistenciales, docencia en cuidados paliativos, y en gestión clínica. Con todo ello aspiramos a obtener un estudiante empoderado para ser el eje de su propia formación y también del propio sistema sanitario. Desde el CEEM, además, ponemos las herramientas a disposición de los estudiantes. La docencia clásica tiene su valor, evidentemente, pero hay que aspirar a modelos formativos más cercanos al estudiante, en los que el alumno tenga un papel fundamental como motor de cambio.

 

-Tenemos una amplia lista de reivindicaciones, enfocadas a la defensa del sistema en el que creemos. Por un lado, un sistema educativo, público, de calidad, que busque fomentar una sociedad mejor, y basado en dar a dicha sociedad lo que necesita. Por otro lado, apostamos por un sistema centrado en el paciente como eje, pero bajo una visión poblacional, que fomente la cultura de salud más allá del abordaje simplista del tratamiento de las enfermedades. Un sistema público, de calidad, universal y eficiente. Ese es el sistema que reivindicamos y por el que peleamos.

 

Pensamos, por otra parte, que hay que huir del discurso caduco de la sostenibilidad del SNS, estamos generando una idea falsa a cerca de la sostenibilidad y con ello justificamos, después, recortes que en realidad no tienen justificación. No tiene justificación que el Gobierno haya rebajado a un 5,3% del PIB la inversión en Sanidad cuando, en realidad, en este sector no se está gastando tanto.

 

-No se pueden abrir más Facultades de Medicina porque el sistema acabará siendo derribado. Es necesario conocer las necesidades reales de profesionales y también qué sistema sanitario queremos, y en función de ello calcular el número de profesionales.

 

Consideramos también necesario revaluar la entrada a las Facultades de Medicina, donde debería seleccionarse bien a los alumnos antes de iniciar la carrera que, por regla general, entran con mucha ilusión por ser médicos. Lo que no tiene sentido es que después de haber luchado seis años por la carrera, se les despoje de ese sueño, insisto, no tiene sentido. De ahí nuestra demanda de que se gasten los recursos en la formación de los médicos que realmente necesita el sistema.

 

-Los MIR son médicos en formación que tienen un título, que han trabajado seis años, que han superado un examen MIR, han escogido una plaza y están trabajando ahí por los pacientes. Por tanto, no es de recibo que a esas personas se pretenda hacerlas trabajar dos años en un lugar, y que tenga que desplazarse, después, otros cuatro años a otra ciudad para acabar la formación. Cuando termina, por lo general, no tiene trabajo y opta por marcharse a otro país. «¿Pero qué clase de sociedad estamos construyendo?!¿Cuál es el objetivo?». La gente debe comprender que ser médico es algo más, profesionales con una vocación encomiable, pero también personas en toda la extensión de la palabra, y con las mismas necesidades que los demás de construir un proyecto de vida. Si no se entiende así, el sistema acabará por caer.

 

-En España, gozamos de un sistema sanitario de calidad que se sostiene, en gran parte, gracias a la vocación por parte de los profesionales, que, hay que recordar, de paso, que no son simples burócratas. No están para responder al cien por cien de las exigencias de las Administraciones y ni siquiera para responder enteramente a las exigencias de los pacientes.

 

El profesional como pieza fundamental del sistema se tiene que engranar y trabajar motivado, con vocación y con ganas, por la salud del paciente. Es un ente activo, participativo y motivado. Eso es clave para realizar la labor que hacen.

 

No deberíamos evolucionar hacia un sistema en el que predominen médicos que se mueven por intereses economicistas, desencantados con la Administración y con el sistema porque no se les valora adecuadamente.

 

-Sin duda, ha constituido un paso trascendental. Está claro que los estudiantes no somos personas influyentes, pero nuestras ideas influyen porque, aunque tal vez muy reivindicativas, a su vez, van cargadas de trabajo, de energía, de esfuerzo y de conocimiento. Ahí donde se escucha a la profesión se ha de escuchar a los estudiantes.

 

Abogamos por que se apueste por un rol activo del estudiante en su propia formación, que es una de las finalidades de este congreso de educación médica, en las políticas de la profesión, a través del Foro de la Profesión Médica, y como parte simbólica del equipo asistencial, como estudiantes en prácticas, pero como un organismo reivindicativo del sistema sanitario que queremos.

 

-Está claro que un cargo de este tipo, como el de presidente, absorbe mucho tiempo, parte del cual habría que dedicarlo a la formación. Sin embargo, y por experiencia personal, considero que estar al frente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina representa una muy buena oportunidad para aprender y formarte, además de aportarte valor.