La Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME) presentó ayer un manifiesto con las principales propuestas en materia sanitaria para la próxima legislatura. El documento, avalado por las principales organizaciones médicas, entre ellas la Organización Médica Colegial (OMC), destaca, entre otros aspectos, la necesidad de acometer reformas inspiradas en la eficiencia y en la calidad de la atención asistencial del Sistema Nacional de Salud
Madrid, 23 de junio 2015 (medicosypacientes.com)
“La necesidad de cambios en el modelo asistencial de nuestro Sistema Nacional de Salud se ha puesto de manifiesto desde todos los agentes involucrados en el mismo, pero para poder llevar a cabo esta necesaria transformación del Sistema es preciso que aúnen sus esfuerzos y consensuen objetivos comunes”. Así lo señaló el doctor Carlos Macaya, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), durante la presentación ayer lunes del Manifiesto “Los retos del Sistema Nacional de Salud en la próxima legislatura”, impulsado por FACME y la Fundación IMAS en el marco del convenio que mantienen ambas instituciones.
Este documento ha sido suscrito por la Organización Médica Colegial (OMC), la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) y el Foro de la Profesión Médica de España; y con el que se muestra la voluntad de las sociedades científico-médicas por cooperar en todas las políticas que se desarrollen en el Sistema Nacional de Salud y llamar la atención de los políticos que van a tener responsabilidad en su gestión tras las elecciones (autonómicas y generales).
El Sistema Nacional de Salud ha sido uno de los mayores logros de la democracia. Sin embargo, los ajustes económicos que se han traducido en reducciones de personal y salariales, en menor innovación tecnológica, en un aumento de las listas de espera, en un incremento de los copagos, etc., han cambiado radicalmente el SNS. Por ese motivo, “hemos querido elaborar un manifiesto antes de la próxima legislatura en el que se propongan las reformas necesarias que deben existir a nivel asistencial, de gobernanza y gestión. Los retos a los que se enfrenta el SNS, muchos de ellos arrastrados desde hace largo tiempo, han sido agravados por los recortes, y es el momento de abordarlos con decisión. Sin duda, las propuestas reflejadas son un compromiso de los médicos con la sociedad. No pretendemos defender nuestros intereses aunque sea legítimo, sino los de los ciudadanos, usuarios y pacientes, que son los destinatarios del SNS” explicó el Dr. Antonio Zapatero, tesorero de Facme.
El SNS está financiado por todos los ciudadanos, utilizando un volumen de recursos que se sitúa sobre el 40% del presupuesto de las Comunidades Autónomas. Por eso, el uso eficiente de los recursos que se destinan al SNS es una obligación ética, debiendo rendir cuentas de que se emplea con rigor, austeridad y eficiencia social. El manifiesto demanda la necesidad de garantizar la transparencia y la rendición de cuentas ante la sociedad y profesionalizar la gestión, así como potenciar la autonomía y responsabilidad de los profesionales. Según el doctor Carlos Macaya, “es necesario llevar a cabo una profesionalización de los directivos. La selección se debe realizar mediante convocatoria con publicidad y el órgano de gobierno deberá resolver el nombramiento. Además, su continuidad deberá estar basada en el logro de objetivos del contrato de gestión y su desempeño”.
Por otro lado, no se puede aspirar a una sanidad de calidad para todos los españoles si el gasto sanitario público se sitúa por debajo del 6,5%. En este sentido, para garantizar una financiación territorial más justa, debería promoverse una modificación de la financiación autonómica, que delimitara el gasto público y lo protegiera con una estimación de un “per cápita”, ajustado por necesidad, recalculado para cambios demográficos y con un fondo de garantía asistencial para la atención prestada a residentes de otras CCAA . En este punto, es importante tener en cuenta el insuficiente presupuesto destinado a la atención primaria, sobre la que debe pivotar la atención a los pacientes con enfermedades crónicas y el seguimiento en procesos multidisciplinares.
Aunque el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad se comprometió a dar un impulso a la gestión clínica y su desarrollo, los avances en su implantación durante la legislatura han sido escasos. Hace dos semanas se daba a conocer el borrador del Proyecto de Real Decreto por el que se fijan las bases para la implantación de Unidades de Gestión Clínica en el Sistema Nacional de Salud. “Sin embargo, no vemos que en él se sienten las bases para un inmediato, verdadero y decisivo arranque de la gestión clínica para el conjunto del SNS. Algo que, sin duda, es necesario impulsar, transfiriendo capacidad y responsabilidad de la toma de decisiones de gestión a los profesionales, para mejorar la relación entre la calidad y el coste de los servicios” según el Dr. Macaya.
El manifiesto muestra que las TIC son imprescindibles para desarrollar un sistema sanitario integrado y en el que el centro se encuentra el paciente. Si se quiere llevar a cabo una transformación del modelo sanitario hasta evolucionar en un sistema integrado, en cuyo centro esté situado el paciente, se requiere disponibilidad inmediata (historia compartida de la información clínica) o TIC al servicio de la accesibilidad del paciente al sistema y eficiencia en la gestión de pacientes (videoconferencia, telemedicina y telemetría), por ejemplo. Mejorar la calidad, medir, evaluar por resultados y hacer pública la información son otros de los retos del SNS que requieren de una cooperación entre sociedades científicas y administraciones sanitarias públicas.
Gobernanza del sistema
y generación de conocimiento e innovación
El acceso a una asistencia sanitaria de calidad debe anteponerse a la pugna política de las competencias sanitarias, para ello no es preciso renunciar a ellas pero sí es obligatoria la cooperación entre la administración central del estado y las administraciones autonómicas. En esta línea, tal como afirma el Dr. Antonio Zapatero, “el documento que hemos elaborado indica que para lograr un sistema equitativo es preciso garantizar la cohesión del SNS (a través de una tarjeta sanitaria individual básica y común para todo el SNS; una historia compartida y desarrollar una responsabilidad ejecutiva del Consejo Interterritorial del SNS)”.
La investigación, desarrollo e innovación y la prestación de servicios de salud a ciudadanos puede contribuir notablemente a diversificar el modelo productivo español. En este contexto, se plantea configurar la agencia nacional de evaluación en tecnologías sanitarias como una red que integrara a la estatal y las de las Comunidades Autónomas. Además, es importante tener en cuenta que se deberá conferir un papel decisivo a éstas agencias y que deben contar con la estrecha colaboración de las sociedades científico-médicas.
Poner al paciente en el centro del sistema requiere una transformación muy importante del Sistema Nacional de Salud, no solo en los aspectos relativos al modelo asistencial sino también en cómo se organiza y gestiona. Es, sin duda, un aspecto imprescindible, ya que para realizar esta transformación es necesario disponer de indicadores e información para saber exactamente qué es lo que queremos.
Otras propuestas a tener en cuenta
Es necesario que todas las administraciones públicas, entidades científico-médicas, organizaciones ciudadanas, entre otros, tomen conciencia de la importancia de llevar a cabo un estilo de vida saludable. “Por ello debe impulsarse una estrategia nacional que establezca los objetivos y metas en educación y promoción de la salud y prevención de las enfermedades” asegura el doctor Antonio Zapatero. El manifiesto pone sobre la mesa, asimismo, que el modelo asistencial del SNS no gestiona convenientemente a los pacientes con enfermedades crónicas. En este contexto, se deben crear redes asistenciales para cada bloque de procesos que garanticen la atención del paciente en el lugar más apropiado en cada momento.
Este documento muestra también la necesidad de invertir en capital humano, no debiendo ser la industria del sector la principal fuente de financiación. Para que esto pueda llevarse a cabo, a modo de ejemplo, es necesario invertir en conocimiento para incorporarlo en la práctica cotidiana, actualizar conocimientos o basar la política de reclutamiento, promoción e incentivos en las competencias profesionales. De igual modo, el documento recomienda incentivar el desarrollo de soluciones locales, lideradas por profesionales o por iniciativas comunitarias. Las administraciones sanitarias públicas deben asumir las funciones de control sobre la utilización de los recursos y evaluación de resultados y descentralizar la gestión.