El presidente del Organización Médica Colegial (OMC), Dr. Juan José Rodríguez Sendín inauguró anoche el I Congreso de Cooperación Internacional de la OMC que se celebra en Granada en el que puso de manifiesto que "los profesionales tenemos que gritar ante la crisis humanitaria actual" algo que "es lo que pretendemos hacer con este Congreso"
El presidente del Organización Médica Colegial (OMC), Dr. Juan José Rodríguez Sendín inauguró anoche el I Congreso de Cooperación Internacional de la OMC organizado por la corporación médica a través de la Fundación de los Colegios Médicos para la Cooperación Internacional (FCOMC) que se celebra en Granada en el que puso de manifiesto que “los profesionales tenemos que ser capaces de gritar ante la crisis humanitaria actual” algo que “es lo que pretendemos hacer con este Congreso”.
El presidente de la OMC estuvo acompañado en el acto inaugural por el Dr. Javier de Teresa Galván, presidente del Colegio de Médicos de Granada y Martín Blanco García, viceconsejero de Salud de la Junta de Andalucía.
En su intervención, el Dr. Rodríguez Sendín dijo que “el mal reparto de la riqueza trae como consecuencia la pobreza y la marginación en muchas partes del mundo” y señaló que el objetivo de los médicos es “cuidar de la gente y atender sus necesidades y su sufrimiento sin diferencias de colores, culturas o religiones”. Por eso, añadió, es tan fácil que “todo lo que se les pida relacionado con la Medicina tenga una respuesta generosa tanto lo asistencial como en lo preventivo y, por supuesto, en lo social”.
Explicó que la puesta en marcha hace cinco años de la FCOMCI tenía como objetivo crear una herramienta que permitiera estimular a los profesionales, ofrecer recursos y ayudarlos en la cooperación internacional y ayuda humanitaria.
El presidente de la OMC aludió a la necesidad de ayudar a los miles de niños enfermos que mueren sin cuidados, especialmente en África, “en vez de con palabras de solidaridad, con hechos” y también hizo una referencia a los problemas que generan la intolerancia, la violencia y los extremismos y dijo que habría que hacer una reflexión crítica para comprobar “que hacemos los demás, por si acaso, contribuimos de alguna manera a todo ello”.
El Dr. Javier de Teresa expresó su convicción de que todos los días los médicos dan ejemplo de solidaridad con su quehacer diario, y se sienten capaces de ayudar a los más desfavorecidos. Aseguró que con este Congreso, “que será el primero de muchos”, queremos trasladar este problema a la sociedad civil para que “agite el viento y que los políticos se den cuenta de lo que pasa con la crisis humanitaria actual”.
“Nuestro objetivo, desde Granada, es que se oiga la voz de los débiles más allá del mar o en el propio mar y que la profesión médica sienta el compromiso de ayudar en este escenario de guerra y explicar que es lo que ocurre, lo que nos parece y qué podemos hacer”.
Por su parte, Martín Blanco manifestó que este Congreso es una cita en la que “sin duda se va a constituir un lugar de encuentro” para profesionales, instituciones, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales que trabajan en cooperación internacional y derechos humanos, en el ámbito de la salud.
Para el Viceconsejero, la ayuda humanitaria siempre ha formado parte inherente de la profesión médica, pero “no todas las organizaciones han desarrollado esta sensibilidad y la conciencia suficientes como para facilitar el desarrollo de este aspecto en la tarea médica”. Por ello, Martín Blanco reconoció “el importante el esfuerzo que ha hecho la OMC con la puesta en marcha de la Fundación para la Cooperación Internacional”.
Asimismo, explicó que la Consejería de Salud ha considerado siempre la cooperación internacional y la ayuda humanitaria como parte de su cometido y un aspecto a promover entre sus profesionales, en el convencimiento de que amplía sus capacidades personales y profesionales, “al tiempo que contribuye a mejorarnos como organización”. Incidió también en que el Servicio Andaluz Salud concede permisos, “en su mayoría retribuidos”, a profesionales para prestar servicios de ayuda humanitaria y cooperación internacional.
En 2014, según comentó, han participado 112 personas voluntarias en proyectos de 22 países diferentes. “Andalucía -añadió-se ha mantenido firme en la oposición al desmantelamiento del Sistema Nacional de Salud” y este apoyo sin fisuras ha contribuido -a su juicio- a “garantizar la asistencia sanitaria a inmigrantes sin recursos como una cuestión derechos humanos y justicia social”.
Finalizó expresando su convencimiento de que la puesta de la OMC por “mejorar el acceso de la atención sanitaria a las poblaciones más vulnerables” a través de la cooperación internacional y ayuda humanitaria tendrá impacto en las políticas públicas que actualmente destinan el porcentaje más bajo de los últimos 25 años a la Ayuda al Desarrollo.
Presidente MSF: “El principal reto es que la Medicina no sea víctima del propio conflicto”
Tras el acto inaugural, el presidente de Médicos sin Fronteras España (MSF), el Dr. José Antonio Bastos, pronunció una conferencia sobre “Los Retos de la Medicina al servicio de las víctimas de los conflictos”. Para el experto, el primer reto es que “la Medicina no sea víctima del propio conflicto, ni víctima de la violencia”.
En esta línea, explicó que los profesionales médicos tiene que mantener el principio ético de universalidad “por encima de todo” y atender a cualquier ser humano sea quien sea”.
Afirmó que “la práctica de la Medicina y los cuidados de la salud en zonas de conflictos con implicaciones políticas y militares tiene efectos indeseados” y añadió que esto se debe a que, en muchas ocasiones, la buena intención de dar asistencia médica a una población “es manipulada por los grupos en combate” o que la práctica de la Medicina se ve inmersa en un dilema ético moral al tener que atender a los propios terroristas.
Sobre la práctica de la Medicina en contextos humanitarios en poblaciones en vías de desarrollo con sistemas de salud casi inexistentes, dijo que resulta difícil para los médicos porque “lo que se explica en un libro convencional no se puede aplicar en esas regiones”. Por ello, aseguró que “hay que buscar maneras adaptadas a los contextos donde aplicar la Medicina y esto, en tiempo real, es un reto importante”.
Otro reto evidente, según señaló, es el de la inseguridad propia y el de aceptar riesgos personales para acceder a la población en contextos de conflicto armado y en zonas controladas por grupos muy violentos. Para esto, “no hemos conseguido encontrar solución”, dijo.
Explicó que los principios básicos de la ética médica de atender a los pacientes sean quienes sean es algo que recogen las Convenciones de Ginebra y que los médicos “tenemos que defenderlo en cualquier país”. “Si dejan de ser sagradas las instalaciones sanitarias en los conflictos armados, los derechos humanos van a seguir retrocediendo y será muy peligroso que los profesionales sanitarios sean considerados como objetivos de guerra”, como ocurrió recientemente en Afganistán.
Finalmente, agradeció a la OMC su respaldo y repulsa a estos ataques y, en especial, la defensa que hizo la corporación médica española ante la Asamblea General de la Asociación Médica Mundial (AMM) para exigir responsabilidades en el bombardeo al Hospital de Médicos Sin Fronteras en Afganistán