La lucha contra el tabaco en España todavía tiene un amplio margen de mejora, según los oncólogos del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), quienes se han fijado el objetivo de evitar la exposición de los menores al humo ambiental y proteger a los adolescentes para que no se inicien en el hábito
Para conseguirlo, los especialistas del Grupo reclaman políticas restrictivas para ‘blindar’ a los menores frente al tabaco, más recursos públicos para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito y una política fiscal mucho más agresiva con este producto.
“Debemos seguir el camino emprendido por otros países de la Unión Europea que han regulado la exposición de los menores al humo de terceros, aunque este se desarrolle en el ámbito familiar”, explicó el doctor Mariano Provencio, presidente del GECP y jefe de Oncología del Hospital Puerta del Hierro de Madrid.
Desde GECP, asociación formada por más de 360 especialistas, recordaron que cada año se diagnostican en España cerca de 21.000 nuevos casos de cáncer de pulmón, un 80 por ciento está motivado de manera directa por el consumo de tabaco. Y, por otro lado, los oncólogos mostraron una especial preocupación en los adolescentes, que siguen registrando elevados porcentajes de consumo, especialmente las chicas jóvenes: un 33,2% del total frente al 29,6% de los chicos.
“Es necesario que la sociedad se conciencie de que las adolescentes están fumando más y esto supone un grave problema de salud que tendrá consecuencias inmediatas, como un mayor impacto de patologías como el cáncer de pulmón en las mujeres en la próxima década”, alerta el doctor Carlos Camps, vicepresidente del GECP y jefe de Oncología del Hospital General de Valencia, quien considera que hay que lograr que “este producto no sea accesible ni apetecible para un chico o chica de 13 años. Es ahí donde hay que poner el foco”.
Medidas urgentes
Consideran preciso, además, ampliar la regulación actual para “acotar al mínimo los espacios del fumador”, ya que los especialistas recuerdan que inhalar humo de terceros es también perjudicial para la salud, sobre todo en niños pequeños.
Por otro lado, reclamaron el endurecimiento de la política de impuestos y gravámenes sobre este producto, ya que “también sería un elemento disuasorio para los menores”. “Nos situamos en márgenes muy bajos si tenemos en cuenta a otros países de nuestro entorno y al impacto social y sanitario que el tabaco produce en nuestro país”, aseguró el doctor Carlos Camps.
Finalmente, hicieron hincapié en la necesidad de aumentar los recursos del médico en consulta para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito. “La Administración debe aumentar la inversión y dotar al sistema sanitario de mayores recursos y políticas activas para ayudar a las personas a dejar de fumar, especialmente si son grupos de riesgo”, explicó el vicepresidente del GECP.