Los sistemas sanitarios deben promover servicios y tecnologías sanitarias de bajo consumo para reducir el impacto ambiental, según se desprende de las conclusiones de la segunda conferencia mundial sobre Salud y Clima, celebrada el pasado fin de semana en Paris, promovida por la OMS, en la que los expertos recordaron que se producen anualmente casi siete millones de muertes por enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica
En el marco de la Segunda Conferencia Mundial sobre Salud y Clima, organizada conjuntamente con el Gobierno francés en París, la OMS señaló que el cambio climático está causando decenas de miles de muertes cada año. Estas muertes se deben a epidemias frecuentes de enfermedades como el cólera, la distribución geográfica muy amplia de enfermedades como el dengue, y de los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor e inundaciones. Al mismo tiempo, casi 7 millones de personas mueren cada año de enfermedades causadas por la contaminación del aire, como el cáncer de pulmón y los accidentes cerebrovasculares.
Los expertos predicen que, en 2030, el cambio climático causará un adicional de 250 000 muertes cada año a partir de la malaria, enfermedades diarreicas, el estrés por calor y la desnutrición solo. La carga más pesada recae sobre los niños, las mujeres, las personas mayores, acentuado por las desigualdades de salud deficientes, existentes entre y dentro de poblaciones
Ante esta situación, los más de 300 representantes gubernamentales de distintos países, profesionales sanitarios y expertos en cambio climático asistentes a este encuentro internacional destacaron las ventajas de cambiar a fuentes de energía más limpias, que permitan reducir los niveles de contaminantes atmosféricos y climáticos y aporten la energía que necesitan muchos centros sanitarios en los países con menos ingresos.
Los participantes recomendaron pasar a la producción de alimentos más sostenible y dietas más saludables para mejorar el medio ambiente y reducir las enfermedades no transmisibles. Una forma de hacer esto sería promover las dietas ricas en frutas y hortalizas, incluidas las variedades locales de temporada.
Asimismo, defendieron que los sistemas sanitarios deben promover servicios y tecnologías sanitarias de bajo consumo para reducir el impacto ambiental al tiempo que supone un ahorro para el sistema.
Además, se recomienda que los países gasten más en la protección de la salud frente a los riesgos relacionados con el clima, tales como los fenómenos meteorológicos extremos y los brotes de enfermedades infecciosas y en las fuentes de energía más limpias, sistemas de transporte más sostenibles y planificación urbana que también reduce importantes riesgos para la salud, por ejemplo, la contaminación del aire en las ciudades y en el hogar. Las recomendaciones también se centran en la ampliación de la financiación sobre el cambio climático y la salud a través de recursos adicionales y mecanismos existentes.
Por otro lado, la OMS anunció la creación de un nuevo grupo de trabajo que desarrolle un nuevo enfoque sobre la evaluación de la economía de la salud y el cambio climático, por ejemplo, mediante el cálculo de los costes sanitarios que podrían evitarse si los países invierten en acciones concretas contra el cambio climático.
Por último, destacaron la importancia del sector de la salud proporcionando un fuerte liderazgo en la comunicación a los políticos y al público sobre la urgencia del cambio climático, sus graves y crecientes riesgos para la salud, las ganancias que se pueden obtener al abordar los riesgos climáticos y enlaces a temas relacionados, por ejemplo, el cambio climático y la contaminación del aire. Este es el objetivo de la campaña BreatheLife, por la OMS y el clima y la Coalición de Aire Limpio, lanzado durante la conferencia.
Se adjunta documento íntegro de conclusiones