Los futuros padres fumadores podrían aumentar el riesgo de defectos cardiacos congénitos en sus hijos, y en las futuras madres tanto el tabaquismo como la exposición al humo de segunda mano son perjudiciales, según un estudio publicado en 'European Journal of Preventive Cardiology', la revista editada por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés)
“Los futuros padres deben dejar de fumar. Son una gran fuente de humo de segunda mano para las mujeres embarazadas, que parece ser aún más dañina para los niños nonatos que las propias mujeres fumadoras”, explicó el autor del estudio, Jiabi Qin, de la Facultad de Salud Pública de Xiangya de la Universidad Central del Sur de Changsha (China).
Los defectos cardíacos congénitos son la principal causa de mortinatos y afectan a 8 de cada 1.000 bebés nacidos en todo el mundo. El pronóstico y la calidad de vida continúan mejorando con cirugías innovadoras, pero los efectos siguen siendo duraderos.
“Fumar es teratogénico, lo que significa que puede causar malformaciones en el desarrollo. La asociación entre los futuros padres fumadores y el riesgo de defectos cardíacos congénitos ha atraído cada vez más atención con el creciente número de fumadores en edad fértil”, detalló Qin.
Este ha sido el primer metanálisis que examinó las relaciones entre el tabaquismo paterno y el tabaquismo pasivo materno y el riesgo de defectos cardíacos congénitos en la descendencia. Los análisis anteriores se han centrado en las mujeres fumadoras. Sin embargo, como señala Qin, “fumar en futuros padres y la exposición al tabaquismo pasivo en mujeres embarazadas son más comunes que fumar en mujeres embarazadas.”
Los investigadores compilaron la mejor evidencia disponible hasta junio de 2018. Esto equivale a 125 estudios que incluyeron 137.574 bebés con defectos cardíacos congénitos y 8,8 millones de futuros padres. Todos los tipos de tabaquismo de los padres se asociaron con el riesgo de defectos cardíacos congénitos, con un aumento del 74% para los hombres fumadores, del 124% para las mujeres fumadoras pasivas y del 25% para las mujeres fumadoras, en comparación con la exposición a no fumar.
Con respecto a los tipos específicos de defectos cardíacos congénitos, el análisis mostró que el tabaquismo materno se asoció significativamente con un riesgo un 27% mayor de comunicación interauricular y un 43% mayor de obstrucción del tracto de salida del ventrículo derecho en comparación con no fumar. El riesgo general de defectos cardíacos congénitos con todos los tipos de tabaquismo de los padres fue mayor cuando el análisis se restringió a las poblaciones asiáticas.
Esta también fue la primera revisión en examinar el hábito de fumar en diferentes etapas del embarazo y el riesgo de defectos cardíacos congénitos. La exposición de las mujeres al humo de segunda mano suponía un riesgo para sus hijos durante todas las etapas del embarazo e incluso antes de quedar embarazadas. Las mujeres que fumaban durante el embarazo tenían una mayor probabilidad de tener un hijo con un defecto cardíaco congénito, pero fumar antes del embarazo no afectaba el riesgo.
“Las mujeres deben dejar de fumar antes de intentar quedar embarazadas para asegurarse de que están libres de humo cuando conciben. Mantenerse alejado de las personas que fuman también es importante. Los jefes pueden ayudar asegurándose de que los lugares de trabajo estén libres de humo. Los médicos y los profesionales de Atención Primaria deben hacer más para dar a conocer y educar a los futuros padres sobre los peligros potenciales del tabaquismo para el feto”, concluyó el científico.