Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte (UNC, siglas en inglés) sugiere que los productos químicos presentes en los cigarrillos electrónicos pueden cambiar la respuesta inmune en las vías respiratorias
La profesora de Pediatría y directora del Programa de Estudios de Toxicología de la Universidad, Ilona Jaspers, completó recientemente una investigación en torno a efectos de los cigarrillos electrónicos, cuyas conclusiones se presentarán mañana, martes, en la reunión anual de Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés), que se celebra en Washington, Estados Unidos.
Aunque la agencia norteamericana de medicamentos (FDA, en inglés) clasifica ciertos aromas de líquidos en los cigarrillos electrónicos como “generalmente como seguro”, esta clasificación se designa para el consumo oral, pero la mayoría de los aditivos aromatizantes no se han analizado en relación a su potencial de toxicidad por inhalación.
“Los sistemas digestivo y respiratorio son muy diferentes -detalla Jaspers, directora adjunto del Centro UNC sobre Medicina Ambiental, Asma y Biología de Pulmón. Nuestros estómagos están llenos de ácidos y enzimas que descomponen los alimentos y se ocupan de los productos químicos; este entorno es muy diferente a nuestro sistema respiratorio. Simplemente no se sabe qué efectos, si los hubiere, tienen los e-cigarrillos en nuestros pulmones”.
El laboratorio de Jaspers desmotró previamente que el consumo de cigarrillos afectaba significativamente a la respuesta inmune de células de la mucosa dentro del sistema respiratorio. Esta investigadora y su equipo obtuvieron muestras de tejido de la capa epitelial interior de las cavidades nasales de fumadores, no fumadores y consumidores de e-cigarrillos y analizaron los cambios en las expresiones de casi 600 genes implicados en el funcionamiento de las respuestas inmunes.
También obtuvieron fluido de lavado nasal, orina y muestras de sangre de los participantes para evaluar cambios en los marcadores genéticos y proteómicos de la exposición al tabaco y la nicotina, así como otros marcadores de inflamación o respuestas inmunes. Estos estudios se llevaron a cabo en colaboración con investigadores de la Universidad de California, San Francisco, Estados Unidos, así como Mehmet Kesimer, investigador igual que Jaspers del Centro de Regulación Científica del Tabaco y la Salud Pulmonar (TCORS, por sus siglas en inglés) y el Instituto del Pulmón de la UNC.
Los datos de Jaspers muestran que fumar cigarrillos provoca la supresión de varios genes inmunes clave en la mucosa nasal. Los consumidores de los e-cigarrillos mostraron los mismos cambios en los genes y también la supresión de varios genes inmunes adicionales, lo que sugiere un efecto aún más amplio sobre el sistema de respuesta inmune de la mucosa respiratoria.
Ciertos efectos de los cigarrillos electrónicos pueden depender de la sustancia aromatizante. En experimentos separados utilizando cultivos celulares, los investigadores examinaron los efectos de los líquidos de los cigarrillos electrónicos con sabor a canela y cinamaldehído, la sustancia química que da un sabor a canela al e-cigarrillo.
“Hemos encontrado que los líquidos de cinamaldehído de los cigarrillos electrónicos tienen un efecto negativo significativo sobre la fisiología de las células epiteliales -apunta Jaspers-. Los productos químicos comprometen la función inmune clave de las células inmunes respiratorias, como macrófagos, células asesinas naturales y neutrófilos”.
Comprometer la función inmune de las células inmunes respiratorias podría ser el primero de una cascada de mecanismos celulares que llevan a respuestas inmunes deterioradas en el pulmón. Jaspers espera que con la traducción humana de enfoques in vitro e in vivo pueda determinar si la exposición a largo plazo a los cigarrillos electrónicos –especialmente aquellos con e-líquidos con sabor a canela– tiene efectos inmunosupresores sobre la mucosa respiratoria de las personas. Si es así, esto sería una señal de que los cigarrillos electrónicos no son tan seguros como se anuncian.