Los casos de sarampión se van a triplicar en 2019 con respecto al año anterior, según las nuevas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés)
En 2018, se notificaron 353.236 diagnósticos, frente a los más de 413.000 que se habían comunicado provisionalmente a mediados de noviembre de este año, a los que hay que sumar los 250.000 en República Democrática del Congo (RDC). En 2019, Estados Unidos ha registrado el mayor número de casos en 25 años, mientras que cuatro países de Europa (Albania, República Checa, Grecia y Reino Unido) perdieron su estatus de eliminación de la enfermedad en 2018.
Más de 140.000 personas en todo el mundo murieron de sarampión en 2018, frente a las 110.000 muertes en 2017, según la OMS. Los casos ya se duplicaron en 2018 en comparación con 2017. Pero en comparación con 2016, el número de diagnósticos ha aumentado un 167 por ciento a nivel mundial, principalmente en América (16.732%) y Europa, donde han crecido de forma espectacular: un 1.791 por ciento. Les siguen la zona este del Mediterráneo (931%), África (246%) y el sureste de Asia (26%). En la zona del Pacífico Oeste, el número de casos de sarampión disminuyó en un 49 por ciento, principalmente debido a la disminución de casos en China.
En Europa, se registraron 82.523 casos de sarampión en 2018, con unas 200 muertes estimadas. Las cifras de casos se han disparado desde el año 2000, cuando se reportaron 37.421 nuevas infecciones, aunque el número de muertos ese año fue de 400. Según las cifras del informe de la OMS, desde principios de siglo se han evitado 95.600 muertes gracias a las vacunas.
La mayoría de las muertes se produjeron en niños menores de 5 años. “El inaceptable número de niños que murieron el año pasado debido a una enfermedad que se puede prevenir es una prueba de que el sarampión es una amenaza. Cuando un número significativo de niños no son vacunados, comunidades enteras corren peligro”, advierte la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
Esta situación es “especialmente preocupante” en lugares como RDC, donde el sarampión ha causado la muerte de más de 4.500 menores de cinco años en 2019; o en Samoa, donde un brote de sarampión ha dejado a muchos niños enfermos y sin poder ir a la escuela. El sarampión puede provocar neumonía y encefalitis (inflamación del cerebro), así como discapacidad de por vida: daño cerebral permanente, ceguera o pérdida de la audición. Además, también provoca vulnerabilidad a otras enfermedades potencialmente mortales, como la gripe o la diarrea grave, porque daña las defensas inmunitarias.
“El hecho de que cualquier niño muera a causa de una enfermedad que se puede prevenir mediante la vacunación, como el sarampión, es francamente un escándalo y un fracaso colectivo a la hora de proteger a los niños y niñas más vulnerables del mundo. Para salvar vidas, debemos asegurarnos de que todos puedan beneficiarse de las vacunas, lo que significa invertir en inmunización y en atención sanitaria de calidad como un derecho de todos”, ha comentado al respecto el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreysus.
Las tasas de vacunación a nivel mundial se han estancado durante casi una década. La OMS y UNICEF estiman que el 86 por ciento de los niños del mundo recibieron la primera dosis de la vacuna contra el sarampión a través de los servicios de vacunación sistemática de su país en 2018, pero menos del 70 por ciento recibieron la segunda dosis recomendada. Se calcula que más de 19 millones de niños no recibieron la primera dosis de la vacuna contra el sarampión cuando cumplieron los dos años durante 2018.
En todo el mundo, la OMS advierte de que la cobertura de la vacuna contra el sarampión “no es adecuada para prevenir brotes”. El organismo sanitario internacional recomienda que la cobertura de vacunación con dos dosis de la vacuna contra el sarampión sea del 95 por ciento en cada país y en todas las comunidades para proteger a las poblaciones de la enfermedad.
Al estimar el número total de casos y muertes a nivel mundial y por región, el informe de la OMS concluye que los peores efectos del sarampión se produjeron en el África subsahariana, donde muchos niños no han recibido la vacuna. En 2018, los países más afectados fueron RDC, Liberia, Madagascar, Somalia y Ucrania. Estos cinco países representaron casi la mitad de todos los casos en el mundo.
Según la OMS, en República Democrática del Congo los servicios de vacunación están sufriendo problemas desde el año pasado debido a la “deficiente infraestructura, la violencia y la inseguridad, los ataques a los centros de salud, la falta de acceso a la atención sanitaria, la escasez de vacunas y la falta de confianza en los profesionales sanitarios”. “La situación se ha deteriorado aún más en 2019, con más 250.000 personas infectadas solo este año, más de tres veces el número de casos de sarampión en 2018 y más que el número de casos y muertes atribuidos al ébola en el país”, añaden.
En Liberia, el brote comenzó en 2017 por las bajas coberturas de vacuna. En 2018, el país había registrado el mayor número de casos, con brotes en 5 de los 15 condados, y se registraron alrededor de 3.948 casos sospechosos, incluidas 16 muertes. Los brotes recurrentes han continuado en 2019, aunque el número de casos ha disminuido.
En el caso de Madagascar, entre agosto de 2018 y noviembre de 2019 hubo 244.607 casos de sarampión, y 1.080 personas murieron, de los cuales el 91 por ciento eran niños menores de 14 años. Actualmente siguen produciéndose brotes, aunque la tasa de nuevos casos está “disminuyendo significativamente”.
En Somalia, el sarampión es actualmente “una de las principales causas de muerte entre los niños”, según la OMS. “En 2018, la baja cobertura de vacunación y las condiciones de hacinamiento crearon condiciones ideales para la propagación del sarampión y otras enfermedades prevenibles con vacunas”, explica el organismo sanitario internacional.
Sin embargo, el número de casos se ha reducido “considerablemente” este año, gracias a las campañas de inmunización apoyadas por UNICEF y sus aliados de la Iniciativa contra el sarampión y la rubéola. Hasta noviembre de 2019, se habían notificado 3.616 casos sospechosos. UNICEF y sus socios están llevando a cabo una campaña de vacunación contra la polio y el sarampión dirigida a un total de 2,4 millones de niños en todo el país.
Por último, en Ucrania, desde el comienzo del brote en 2017, más de 115.000 personas han sido infectadas, con 41 muertes, entre ellas 25 niños. Solo en 2018, hubo más de 54.000 casos y 16 muertes. Según la OMS, los casos se mantienen en “niveles alarmantes” en 2019. Hasta el 6 de noviembre, se registraron más de 58.000 casos, con 20 muertes.
Otra de las zonas más afectadas es Asia y el Pacífico, donde se ha informado de la presencia del sarampión incluso en lugares en los que se había eliminado la enfermedad, como Australia, Japón y Nueva Zelandia. En Samoa, el Gobierno ha declarado el estado de emergencia y todas las escuelas están cerradas temporalmente. Según los datos publicados por el Gobierno el 3 de diciembre, el sarampión ya se ha cobrado 55 vidas, en su mayoría niños pequeños. Se han reportado más de 3.880 casos entre una población relativamente pequeña. Según estimaciones de UNICEF y la OMS, la cobertura de vacunación en Samoa descendió del 58 por ciento en 2017 a solo el 31 por ciento en 2018, debido a la desinformación y la desconfianza de los padres en las vacunas.