La Organización Médica Colegial (OMC) y la Ordem dos Médicos de Portugal (OM) han elaborado una declaración conjunta que recoge las principales conclusiones del encuentro que han mantenido estos días en Lisboa. En el documento piden a sus Gobiernos a establecer un equilibrio entre el acceso a medicamentos innovadores y la sostenibilidad de los sistemas nacionales de salud
Madrid, 12 de noviembre 2015 (medicosypacientes.com)
La Organización Médica Colegial (OMC) y la Ordem dos Médicos de Portugal (OM) han elaborado una declaración conjunta que recoge las principales conclusiones del encuentro que han mantenido estos días en Lisboa. En el documento instan a sus Gobiernos a establecer un equilibrio entre el acceso a medicamentos innovadores y la sostenibilidad de los sistemas nacionales de salud.
La reunión en la que participaron miembros de las Comisiones Permanentes de ambas corporaciones, encabezadas por sus presidentes, los Dres. Rodríguez Sendín (OMC) y José Manuel Silva (OM), tuvo como objetivo analizar el estado actual de los sistemas de salud en ambos países y establecer una cooperación en materia sanitaria, así como la puesta en marcha de planes conjuntos para dar respuesta a cuestiones actuales relativas a la profesión médica en Europa.
Sobre el Sistema Nacional de Salud, entendido como “expresión de modernidad, solidaridad y equidad”, consideran, según consta en la “Declaración de Lisboa” que con los recortes de 1% del PIB en Portugal e España en la presupuestación pública de la Salud, actualmente los SNS no están cumpliendo su misión de prestar cuidados suficientes y de calidad a todos sus ciudadanos. Es por ello que “en defensa del modelo social europeo que está siendo destruido por el ultra liberalismo” el objetivo general de estas Ordenes Médicas es “exigir a sus gobiernos una política sanitaria nacional que garantice la sostenibilidad a medio y largo plazo de unos servicios sanitarios públicos equitativos, suficientes y de calidad, utilizados de forma eficiente”, lo cual -entienden- “exige una actuación integrada en el ámbito regulador de la investigación, la asistencia y la gestión, con independencia del poder político gobernante”.
Asimismo, observan como las políticas de RRHH, mercado laboral y salidas profesionales de médicos son prácticamente inexistentes y se han visto agravadas en escenarios de crisis económica financiera. De ahí, que insten a dar prioridad a unas adecuadas medidas de planificación y ordenación de las necesidades de médicos. “La precariedad laboral y la inestabilidad profesional en los contratos de médicos se consolidan como prácticas habituales en los últimos años con un incremento del paro médico de larga duración y aumento de la migración médica a otros países de la UE, a la búsqueda de mejoras profesionales y de las condiciones laborales y socio-económicas”, según constatan.
Accesibilidad al medicamento
Otro de los apartados en los que se ha trabajado a lo largo de la reunión ha sido el relativo a “fracturas sociales y salud: accesibilidad al medicamento”, dentro del cual incluyen la demanda de que “todas las personas tengan garantizados mediante financiación pública los medicamentos precisos para atender todas sus necesidades de salud”.
Desde estas corporaciones médicas se advierte de el acceso a los medicamentos “no siga dependiendo del poder adquisitivo de los pacientes, sino que debería responder a las verdaderas necesidades de éstos, y el mercado no debería ser el único que decide qué medicamentos han de producirse”. Además, consideran que la UE y los Estados que la componen “deberían cumplir el principio de coherencia de las políticas en favor del desarrollo, establecido en el artículo 208 del Tratado Fundacional UE, mediante la promoción de un comercio internacional justo y equitativo, la investigación médica y políticas de innovación que fomenten y faciliten el acceso universal a los medicamentos”.
En la misma línea, subrayan como imprescindible que el precio de los medicamentos utilizados en los tratamientos tengan en cuenta los presupuestos de sanidad nacionales, y que se alcance el necesario equilibrio entre acceso y sostenibilidad.
Enlazando con los aspectos éticos y sociales de los fármacos, en el documento se señala en relación a la aprobación de nuevos medicamentos que debe garantizarse que “representan alternativas eficaces y seguras, evitando la inclusión de aquéllos que no hayan demostrado tales cualidades”.
Recuerdan, asimismo, que “seleccionar el medicamento más adecuado a las necesidades de cada paciente supone un ejercicio de elección clínica, ética y profesional, no una estrategia de ahorro o austeridad”. En este sentido, se indica que “los pacientes y usuarios de los servicios sanitarios deben estar plenamente informados y participar en las decisiones de salud individuales y colectivas que les afectan”.
Ahondando sobre los fundamentos de la ética de la prescripción, subrayan que éstos son los mismos que se aplican para la buena práctica clínica: “criterios científicos racionales y principios éticos, considerando equilibradamente el beneficio para el paciente, el respeto a su voluntad, las indicaciones adecuadas y la racionalidad económica”. De ahí, concluyen que “la ética de la prescripción debería permitir compatibilizar la calidad de la prescripción, los principios esenciales de la profesión médica, reflejados en la libertad de prescripción, y el respeto a los derechos del paciente”.
En la Declaración de Lisboa se dedica otro apartado a las patentes de los fármacos, donde se insta a los Estados a que exigan a la Comisión Europea que “estudie modelos alternativos a los basados en el monopolio de patentes cuando se trata del desarrollo de medicamentos o vacunas producidos por asociaciones público-privadas, como la iniciativa sobre medicamentos innovadores, que pueden garantizar la accesibilidad de los pacientes a los tratamientos, la sostenibilidad de los presupuestos sanitarios y una respuesta eficaz a crisis como la provocada por el virus del Ébola o amenazas similares”. Al respecto, según remarcan, “los derechos y beneficios de las patentes no pueden estar por encima de los resultados en salud ni del valor de la vida”.
Tratado de libre comercio UE-EE.UU.
Una de las principales preocupaciones de los médicos representados por las Ordenes Médicas de Portugal y España, ha sido manifestada ante Tratados de libre comercio (TTIP, CETA, TiSA), que “negociado secretamente entre la UE y los Estados Unidos algo muy preocupante por su falta de transparencia”, según consta en el documento.
Las Organizaciones médicas subrayan, al respecto, la necesidad de evitar que este tipo de tratados privaticen servicios, extiendan las patentes y aumenten los precios de los medicamentos, dificultando su acceso a las personas más pobres y aumentando de forma insoportable los costes de la salud de las poblaciones. En este sentido, perciben que “las grandes empresas transnacionales ven un campo amplio de negocio en servicios que hasta ahora son públicos como puede ser el agua, la sanidad, la educación o los servicios sociales”.
En ese apartado, exigen una clara exclusión de los servicios públicos esenciales tales como (educación, sanidad, alimentación y productos fito-sanitarios) del ámbito de aplicación del dichos tratados por entender que “los estándares de regulación aplicados en los países de la UE son más exigentes y otorgan mayores garantías, así como unos estándares medioambientales, y sociales expresamente definidos y protegidos de cualquier liberalización”.
Respecto al papel de las Órdenes Médicas en este caso, entienden que éstas “han de tener una sola voz en el ámbito de la UE a la hora de defender estas premisas desde la profesión médica, y han de estar presentes, participar y ser escuchadas en el debate en torno al TTIP, en defensa de la protección de la salud de los ciudadanos y los Sistemas Sanitarios públicos, tal y como los conocemos en la UE”.
Se adjunta en PDF “Declaración de Lisboa” íntegra.