En el mundo globalizado actual hay que apostar por la interculturalidad, que supone una relación respetuosa entre culturas, basada en la aceptación en la diversidad, lo que debería conducir a un enriquecimiento mutuo. Es un proceso no exento de conflictos de todo tipo: profesionales, de actitud, educacionales, deontológicos, éticos o asistenciales, en el que el buen quehacer del médico en el ejercicio de la Medicina es puesto a prueba. Sobre este tema se debatió en la V Convención de la Profesión Médica
En esta ponencia, que estuvo coordinada por el Dr. Jacinto Bátiz, vocal de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC); y moderada por el Dr. José Enrique Roviralta, presidente del Colegio de Médicos de Ceuta, participaron como ponentes el Dr. Jesús Delgado, presidente del Colegio de Médicos de Melilla, y el Dr. Ghanem Aldroubi, oftalmólogo; y como preguntadores actuaron los doctores Carmen Arias, vicepresidenta del Colegio de Médicos de Córdoba; Sebastián Martínez, presidente del Colegio de Medicos de Zamora; y Mónica Terán, representante nacional de Médicos en Formación de la OMC. El autor del abstract fue el Dr. Joan Monés, secretario de la Comisión Central de Deontología de la OMC.
El médico es un agente clave en el hecho intercultural, pues dada la implicación tan importante de la salud como concepto global de bienestar, la integración y asistencia al inmigrante se convierte en un síntoma de la multiculturalidad de un país y de su preparación para la aceptación de la diversidad. De este modo, se muestra esencial desde el ámbito formativo y profesional de los colegios de médicos y de las administraciones sanitarias, desarrollar habilidades y auxiliar en competencias que se han mostrado básicas en el abordaje del hecho intercultural.
El Dr. Ghanem Aldroubi, oftalmólogo, manifestó que “algunos pacientes extranjeros dependen de terceros en las consultas para lograr entablar una comunicación” y recomendó evitar prejuicios y estereotipos por lo que “se debe respetar creencias y tradiciones”. Respecto a la ocultación del rostro con el velo, “hay que cuidar la relación médico-paciente y hay que ofrecer explicaciones cuando resulta imprescindible que se retire el velo para realizar un diagnóstico, expresándolo con delicadeza, porque ayuda a la identificación del enfermo”.
La importancia de la mirada del paciente
Por su parte, el Dr. Jesús Delgado, presidente del Colegio de Médicos de Melilla, destacó que “el contacto con el paciente es básico, porque su mirada, su gesto y expresión ayudan al diagnóstico, porque permiten tener más elementos de juicio para reconocer la edad, la coordinación y otros datos relevantes”. En algunas situaciones se produce un enfrentamiento entre el derecho a la intimidad frente al derecho a la salud, “que es el que debe prevalecer, especialmente en el caso de los menores porque no debe permitirse que por una mal llamada costumbre religiosa se renuncie a una buena atención”, destacó.
La relación médico-paciente, si la situación del enfermo no lo hace inviable, es una acción comunicativa mediada por el lenguaje en lo que atañe a la anamnesis, como lo es la información al paciente, si bien ésta y la elaboración de un plan terapéutico, entendido y acordado por ambos, tiene además cualidad deliberativa.
El Dr. Delgado reconoció que la incidencia de este tipo de casos ha aumentado en los últimos tiempos, aunque a lo largo de su carrera profesional “solo en una ocasión una paciente se negó rotundamente a descubrirse”. Así, incidió en que a veces el médico con su actitud no sabe si puede estar quebrantando la ley. Por último, señaló que “la profesión médica debe ejercerse con los pacientes con la cara descubierta”.
En este punto, la Dra. Carmen Arias, vicepresidente del Colegio de Médicos de Córdoba, comentó que sería conveniente la elaboración de una guía rápida para que los médicos puedan afrontar situaciones de este tipo en consultas y urgencias.
Por su parte, el Dr. Monés, autor del abstract, hizo hincapié en que es cada vez más frecuente en caso de pacientes extranjeros que sea un hijo de éstos lo que ejerzan como traductores. Aunque la figura del mediador cultural existe, no llegan a todos los centros asistenciales.
El Dr. Sebastián Martínez, presidente del Colegio de Médicos de Zamora, expuso el caso de un médico judío que por motivos de religión se justificaba para no hacer guardias los sábados, lo que propicio que el resto de compañeros pidieran amparo a la corporación colegial.
La Dra. Mónica Terán quiso conocer en qué punto se encuentra la formación del facultativo sobre el hecho intercultural y aseguró que “es difícil conocer el fenómeno si no está en los planes de estudio y nos enfrentamos a una barrera idiomática y cultural”.
El Dr. Bátiz fue en el encargado de formular las preguntas a los asistentes que se mostraron partidarios de aceptar aquellos aspectos de la cultura que llega que no sean contradictorios con la propia. Asimismo, consideraron que la ocultación del rostro de la paciente en el acto médico asistencial no puede ser aceptada debido a que la visualización de la cara es necesaria para la identidad y la recogida de ciertos datos semiológicos.
También pidieron que el hecho intercultural se incluya dentro de las actualizaciones de la profesión y creen que los médicos precisan más competencia a la hora de afrontar estos casos en las consultas.
Entre los derechos que deberían tener los pacientes de otras culturas a preservar sus hábitos culturales y dietéticos en un supuesto tratamiento en un hospital puede haber algunos más polémicos, como el uso de determinadas vestimentas, exigir el sexo del médico o disponer de una habitación individual. La respuesta sobre este asunto de los asistentes estuvo encaminada a que todos los pacientes deben ser tratados igual en un centro hospitalario.
En última instancia, respondieron que es necesaria la creación de la figura de un mediador cultural o traductor en los centros asistenciales.