El Dr. Fernando Bandrés Moya, profesor titular en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y director de la Cátedra Diagnóstico e Innovación fue el encargado de impartir la conferencia inaugural del VIII Congreso PAIME en la que analizó la salud y calidad de vida de las nuevas generaciones de médicos
El Dr. Bandrés, que fue presentado por la Dra. Carmen Robles Moreno, decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia, explicó que “la vida de calidad resulta de un correcto diagnóstico diferencial entre la vida biológica y la biográfica y de una capacidad crítica que nos permite desarrollar nuestra vida profesional acorde con nuestra madurez emocional, a esto lo llamaría “disciplina de vida“.
Desarrolló que el sentido de la profesión médica no es solo cronológico o direccional, sino también “se van conformando con el significado actual de nuestro quehacer, con la sensibilidad y con la sabiduría. Es entonces cuando el sentido de la profesión se convierte en aquello que me sostiene”.
La conferencia inaugural ahondó en los cambios surgidos en los procesos sociales: como pueden ser, la nueva relación entre demografía y salud, los procesos migratorios o los cambios de la estructura poblacional, entre otros muchos; los cambios en las organizaciones sanitarias: nuevos modelos de prestación sanitaria, el mercado de la salud global o los nuevos criterios sobre el potencial humano en el marco de las instituciones sanitarias; y los cambios tecnológicos: medicina personalizada de precisión que apunta además a la inteligencia artificial , la nanotecnolgia y las tecnologías de la información, entre otros muchos avances.
El Dr. Bandrés señaló nueva definición de la profesión médica. “No solo por los avances tecnológicos, sino también en el marco de la relación médico-paciente, familia e institución sanitaria. La intervención de nuevas profesiones en el acto sanitario tiene una mayor y más compleja regulación desde el punto de vista ético, deontológico y legal”, argumentó.
Destacó que las nuevas generaciones que deben formarse para afrontar y ejercer en este nuevo marco social y profesional deberían hacerlo desde una mirada renovada e innovadora, a través de la la integración de sus conocimientos, habilidades y actitudes en la vida profesional. La sociedad del conocimiento, especialmente en medicina, tiene que ver con la sociedad del aprendizaje, pues para saber, antes hay que recorrer el camino de “llegar a saber“ y subrayó que “la formación continuada a lo largo de la vida cobra en este tiempo nuevas dimensiones”.
Insistió en que las nuevas generaciones deberían formarse en competencias, “ser competente primero, para poder ser competitivo y en ese camino avanzar y aumentar sus competencias y responsabilidades”.
Además, comentó la necesidad de conocer y relacionarse con los proveedores de salud, porque e futuro del ejercicio profesional será menos “hospitalocéntrico”, y conllevará nuevas formas de gestión. El acto sanitario no será solo asistencial sino también docente e investigador, enmarcado en la innovación, entendida a su vez como una aplicación práctica de la creatividad.
Expuso que “la enseñanza de la medicina deberá ser integral, es decir las nuevas generaciones deberán armonizar y equilibrar sus conocimientos, habilidades y actitudes en el marco sanitario y asistencial que les es dado. Necesitamos detectar, reconocer y motivar el talento, que implica a su vez dos capacidades básicas, la de entender y la de desempeñar una actividad”.
El Dr. Bandrés manifestó que no solo las universidades, sino todas las instituciones con responsabilidades de formación están llamadas a la colaboración solidaria con las nuevas generaciones para poner en evidencia que educarse y crecer en plenitud intelectual es algo más que un estado de contento o satisfacción, sino un estado de crecimiento permanente y felicidad, en el sentido de “ser fértil y fecundo, más que el de ser afortunado”.
Hizo hincapié en que este nuevo siglo está determinando para la profesión médica unas exigencias profesionales y personales capaces de determinar patologías de muy diferentes tipos y puso en valor que “la OMC haya sido y sea pionera en reconocer esta necesidad, dar un servicio a través del PAIME a sus colegiados y elaborar criterios para la mejor prevención ante los nuevos riesgos profesionales de nuestro tiempo. Llevar a cabo un congreso de estas características es motivo del más sincero de mis reconocimientos por su capacidad innovadora y sensibilidad hacia nuestra profesión”.
Concluyó que “la profesión médica no es solo “profesar” y ejercer públicamente una serie de valores, sino que se ejercen de forma responsable, respondiendo, desde la renovación permanente de su compromiso con el que padece y sufre, a fin de manejar con prudencia no solo la ciencia de las probabilidades sino el arte de la incertidumbre”. Por último, recordó que “la medicina sigue siendo la más humana de las artes, la más artística de las ciencias y las mas científica de las humanidades”.