La relación médico-paciente, considerada el centro del acto médico, se construye a base de tiempo, confianza y de actuación profesional, algo que en la actualidad se ve amenazada por diferentes desafíos. Ante esta situación los profesionales exigen autocrítica, reflexión y una actuación inmediata para revertir esta tendencia actual y afrontar los retos desde el profesionalismo médico para evitar que esta relación se debilite, tal y como se reflejó en la ponencia "La relación Médico-Paciente. Patrimonio de la Humanidad", celebrada en el marco de la VI Convención de la Profesión Médica de la Organización Médica Colegial (OMC)
La relación médico-paciente requiere de una actuación desde el profesionalismo para afrontar los desafíos actuales que la debilitan
Las intervenciones de la ponencia giraron en torno a la propuesta del Foro de la Profesión Médica para que la relación médico-paciente sea reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a salvaguardar por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Tal y como expusieron en la misma, el carácter universal e inmanente de la milenaria relación médico-paciente se enfrenta hoy a varios desafíos que se deben convertir proactivamente en retos de trasformación, dentro de una agenda renovada de profesionalismo médico.
Esta ponencia que se celebró tanto el viernes 16 como el sábado 17 de noviembre, bajo la coordinación del módulo del Dr. Jacinto Bátiz Cantera, secretario de la Comisión Central de Deontología de la OMC.
La primera sesión contó con la participación de los doctores Luciano Vidán, presidente del COM A Coruña; Patricio Martínez, exsecretario General de la Confederación Estatal Sindicato Médicos (CESM); José Ramón Repullo, director técnico de la Fundación para la Formación de la OMC; Manuel Muñoz García de la Pastora, presidente del COM Ávila; Bernabé Galán, presidente del COM Córdoba; y José Luis Jiménez Martínez, presidente del COM Ourense.
Y los doctores Josep Villaplana, presidente del COM Girona; Verónica Casado Vicente, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria; Ismael Sánchez, presidente del COM Teruel; Manuel Boquete, Presidente del COM Lugo; y José Molina, presidente del COM Ciudad Real, en la segunda jornada.
El punto de partida de la ponencia fue un documento-abstract elaborado por la Dra. María Castellano, ex miembro de la Comisión Central de Deontología de la OMC, en el que recogía la evolución de la relación médico-enfermo a la relación médico-paciente a lo largo del tiempo y de diferentes hitos y corrientes de la historia.
Las conclusiones de esta ponencia sitúan al médico en la actuación como el mejor agente del paciente, pero debe hacerlo defendiendo el pensamiento científico crítico, y el interés general de la sociedad, moderando el entusiasmo por innovaciones tecnológicas aún inmaduras y construyendo el capital de confianza en base al propio médico, a los equipos clínicos y los procesos asistenciales integrados en beneficio del paciente. Todos estos elementos constituyen en sí mismos valores profesionales, culturales e inmateriales. El liderazgo de la OMC en el reconocimiento de la relación médico-paciente como Patrimonio inmaterial de la Humanidad cobra plena vigencia en éste contexto.
Inició el turno de intervenciones de la ponencia del viernes el moderador, Dr. Luciano Vidán quien reconoció y puso en valor el trabajo de los profesionales para que la relación médico-paciente sea reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La relación médico-paciente es entendida como el encuentro de amistad entre dos personas, el médico y el paciente, que se comunican entre sí. El uno como paciente “persona enferma” y el otro “como persona capaz de prestarle ayuda “desde sus conocimientos técnicos y habilidades profesionales. Así lo definió el Dr. Patricio Martínez.
Un modelo de relación humana que viene practicándose desde los orígenes de la humanidad y que ha evolucionado a lo largo de la historia siempre buscando el beneficio del paciente.
La relación médico-paciente, núcleo fundamental de una asistencia sanitaria centrada en la persona
Tras hacer un repaso por su evolución, el Dr. Patricio Martínez resaltó la importancia de conseguir la colaboración y complicidad de los pacientes y de sus organizaciones representativas y así como con las administraciones sanitarias, para situar la relación médico-paciente como núcleo fundamental de una asistencia sanitaria centrada en la persona.
Y destacó la decisión del Foro de la Profesión Médica de España, para llevar a cabo y realizar las actividades y proyectos, que pongan la relación médico-paciente como núcleo fundamental de todo acto médico, y llegar a obtener el reconocimiento e inscripción de ésta, en el inventario general de patrimonio cultural inmaterial de España y para que el estado la presente en la UNESCO, y sea declarada como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
En opinión del Dr. Martínez es hora de buscar la complicidad de los pacientes para defender la relación médico-paciente como valor fundamental de todo acto médico; ya que mejora el bienestar, evita el sufrimiento y acompaña en los momentos difíciles. Entendiendo el profesionalismo médico como un valor de servicio incondicional a los pacientes.
Retos y desafíos de la relación médico-paciente
Para el Dr. Repullo, el viejo equilibrio de la relación médico-paciente en los sistemas de aseguramiento colectivo de riesgos de salud, ha quedado cuestionado por los cambios en la oferta, la demanda, el conocimiento, los valores y la cultura y son precondición para la universalización y calidad; algo que produce una serie de efectos inconvenientes, que tienden a generar un uso excesivo e inapropiado.
La Aversión al riesgo y expectativas inapropiadas de los pacientes, la regla del rescate, las conductas de resarcimiento, la fascinación tecnológica, y la aversión a la incertidumbre en la práctica clínica, son cinco desafíos que plantea esta relación actualmente (Ampliar información en artículo de opinión) y que requiere de afrontar unos retos.
Entre los cuales planteó superar la fabulación colectiva de “vencer a la muerte y la enfermedad”, y aprender y enseñar a convivir con los riesgos inherentes a la vida; enfrentar la muerte sin tanatofobia; ejercer la “ética de la negativa” ante conductas insolidarias, demandas caprichosas, o solicitudes de cuidados inapropiados; moderar el entusiasmo por innovaciones aún inmaduras y volver a disfrutar de la buena medicina clínica.
“Así debemos aprender a cohabitar con la incertidumbre que nos plantea cada enfermo; y así también hemos de enfrentar las decisiones clínicas con una buena formación, un excelente entrenamiento, y una pasión insobornable por servir al ser humano que sufre”, dijo.
El Dr. Manuel Muñoz García de la Pastora no quiso desaprovechar la ocasión para resaltar que la relación médico-paciente mantenida a lo largo de los siglos y basada en valores como la libertad, confianza, necesidad y esperanza del paciente ha pasado de ser paternalista a ser informada a lo largo de los años donde el paciente está como sujeto y no como objeto. En este sentido, cuestionó las diferencias existentes de esta relación entre la atención primaria y la hospitalaria. Algo en el que el resto de ponentes coincidieron.
La relación médico-paciente, pequeño encuentro de confianza mutua que se construye a base de tiempo
Por su parte, el Dr. Bernabé Galán expuso que la relación médico-paciente, sobre todo en Atención Primaria, presenta numerosos desafíos como son la desorientación del sistema sanitario que produce que la población sea atendida aleatoriamente por diferentes médicos. Ante este cambio de paradigma, planteó cómo recomendar a los médicos jóvenes que no tienen un cupo fijo y que atienden a diferentes pacientes, no siempre los mismos, logren en ese pequeño encuentro la confianza mutua de la relación médico-paciente que se construye a base de tiempo y de actuación profesional.
Para lo que la Dra. María Castellano apuntó que el marco que preside la relación médico-paciente desde un punto de vista práctico es difícil cuando el paciente no conoce a su doctor. “Es imprescindible que cualquier médico que ve un paciente por primera vez se presente”, dijo.
Finalmente, el Dr. José Luis Jiménez Martínez hizo un llamamiento a “hacer autocrítica porque “la relación médico-paciente está en crisis”, ya que el tiempo asistencial de calidad y la denominada “atención apropiada” son “difíciles” de realizar, sobre todo en pacientes crónicos. Expuso que existe la tendencia de “echarle la culpa a la Administración de nuestros males pero que ahora nos toca hacer un análisis pormenorizado y actuaciones para revertir esta tendencia cultural, luchar porque no se debilite la relación médico-paciente como base de nuestra profesión y logro histórico.
Modelo deliberativo, compartiendo las decisiones
Diversas fueron las conclusiones finales extraídas de esta sesión. Entre ellas que en la relación médico-paciente, para evitar problemas, el médico debe transmitir a cada paciente toda la información disponible y éste tomarán todas las decisiones. Lo más importante en la relación médico-paciente es que el médico inspire confianza, independientemente de sus conocimientos. El paciente tiene siempre más confianza cuando él mismo elige al médico.
El modelo deliberativo, compartiendo las decisiones una vez informado es la forma más adecuada de relación con el paciente. El liderazgo de la OMC en el reconocimiento de la relación médico-paciente como Patrimonio inmaterial de la Humanidad cobra plena vigencia en éste contexto.