La ONU y sus socios humanitarios necesitarán 20.100 millones de dólares para asistir a más de 87,6 millones de personas vulnerables y marginadas a lo largo del próximo año.
El llamamiento a la comunidad internacional de donantes es el mayor que se haya hecho en la historia y responde al enorme sufrimiento generado por conflictos y desastres, que ha alcanzado los niveles más altos desde la Segunda Guerra Mundial.
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más de 125 millones de personas en el mundo precisan ayuda humanitaria.
Stephen O´Brien, titular de OCHA, dijo que la ONU y sus socios tienen el compromiso de hacer todo lo que sea posible para atender con rapidez y eficiencia las necesidades más urgentes de la gente que precisa asistencia para sobrevivir. Al lanzar el llamamiento en Ginebra, O´Brien explicó que los fondos solicitados se destinarían a las emergencias humanitarias en 37 países.
“Los trabajadores humanitarios entregan hoy más ayuda, en más lugares y con estándares más altos que antes. Cada año se espera más de nosotros. En 2016, los conflictos prolongados siguen siendo los principales causantes del sufrimiento humano y se llevarán el grueso de los recursos requeridos. Seguimos convencidos de que la única vía para poner fin al sufrimiento en Yemen, la República Centroafricana, Nigeria, Sudán del Sur, Siria y demás, es encontrar soluciones políticas”, enfatizó.
O´Brien agregó que mientras eso no ocurra, la población afectada continuará dependiendo de la asistencia humanitaria, por lo que urgió a la comunidad internacional a responder con generosidad para que las agencias de socorro puedan seguir haciendo su trabajo.
El coordinador humanitario advirtió que, además de los conflictos sin resolver, se estima que los desastres naturales empeorarán el año entrante debido a que El Niño podría ser el más fuerte del que se tenga memoria.
Recordó que ese fenómeno ya ha provocado la sequía más aguda registrada en Centroamérica y en Etiopía, la peor en tres décadas.
O´Brien indicó que la buena voluntad de los donantes permitió aliviar tangiblemente las necesidades más apremiantes de millones de personas en 2015.
Pero el sufrimiento en el mundo continúa y supera nuestros recursos, por ello una vez más apelamos a la comunidad internacional para salvar vidas y reducir la amargura de millones de mujeres, hombres y niños, concluyó.