Una vacuna contra la covid-19 es urgente pero no resolverá las causas que permitieron que el coronavirus se convirtiese en pandemia, en particular el déficit generalizado de inversión en los sistemas de sanidad, dijo el más alto responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
“Una vacuna no resolverá la subinversión global en la salud pública y en sistemas sanitarios fuertes, ni la urgente necesidad de tener un enfoque único que incluya la salud humana, de los animales y del planeta”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La OMS reanudó este lunes su asamblea anual con la participación virtual de ministros y altos responsables nacionales de la sanidad de sus 194 países miembros.
Desde Ginebra, donde la Organización tiene sus cuarteles generales, Tedros señaló que “no hay vacuna para la pobreza, el hambre, el cambio climático o la desigualdad”, problemáticas que necesitan ser abordadas sin olvidar la interrelación entre ellas y no aisladas unas de otras.
En su discurso de apertura de la asamblea anual, Tedros también abordó lo que consideró un aumento importante de las expectativas del mundo frente a la OMS y recursos financieros que no están a la altura, una situación que se ha hecho más obvia con la pandemia.
“Nuestro presupuesto anual equivale a lo que el mundo gasta en un día en productos de tabaco. Si el mundo puede gastar ese dinero en productos que matan, seguramente pueden encontrar los fondos y la voluntad política para promover la protección de la gente en el mundo”, sostuvo.
El responsable de la OMS reconoció que la Organización era “muy dependiente de un puñado de grandes donantes” y que ahora necesita ampliar esa base, un empeño en el que está recibiendo el respaldo de la Unión Europea, Francia y Alemania, en particular.
“Estamos en contacto con potenciales donantes como parte de nuestra nueva estrategia de movilización de recursos” explicó.
La OMS lleva años diciendo que necesita contar con una financiación predecible y sostenible, lo que no es posible bajo el sistema con el que actualmente funciona y que se divide entre contribuciones obligatorias y voluntarias.
La dificultad es que las contribuciones voluntarias exceden a las obligatorias y muchas veces van condicionadas a que se gasten en programas de la OMS en los que el país donante tiene especial interés.