Margaret Chan animó a todos los organismos nacionales e internacionales a "mirar más allá de la gestión individual de casos" y tomar medidas de salud pública "mucho más a largo plazo", después de que la epidemia siga sin contenerse. La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que no se puede predecir si el virus Zika acabará extendiéndose a otras partes del mundo
La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, admitió que las pruebas que asocian el virus Zika con la presencia de malformaciones fetales son cada vez más “abrumadoras” aunque todavía no haya una confirmación científica, y avisa de la “grave crisis de salud pública” que puede producirse si el virus se propaga más allá de Latinoamérica.
Así lo aseguró en una rueda de prensa posterior celebrada este martes para dar a conocer los avances que se han producido en el manejo de esta epidemia, que afecta ya a 38 países.
La responsable de este organismo de Naciones Unidas ha reconocido que actualmente no se puede predecir si el virus Zika acabará extendiéndose a otras partes del mundo y tampoco se ha confirmado si en caso de infectar a embarazadas puede causar malformaciones en el feto, como microcefalia o síndrome de Guillain Barré.
No obstante, precisó, “aunque esta asociación no se ha demostrado científicamente la evidencia circunstancial es actualmente abrumadora”, reconociendo que “se requiere una acción urgente sin esperar una prueba definitiva”.
Para ello, Chan defendió la necesidad de contar con una vacuna a pesar de que ya hay varios científicos que han avisado de que “la primera onda epidémica podría acabarse antes de que estuviera disponible”. Hasta el momento ya hay 23 proyectos en marcha en busca de posibles vacunas en Estados Unidos, Francia, Brasil, India, y Austria, y los primeros ensayos clínicos podrían comenzar antes de que acabe el año.
Asimismo, más de 30 compañías están trabajando en nuevos test que permitan diagnosticar la presencia del virus, ya que en un amplio porcentaje de infectados no provoca ningún síntoma. “Los expertos coinciden en que poder contar con una prueba de diagnóstico fiable es una de las prioridades más urgentes”, recalcó la directora general de la OMS.