La Mesa del Congreso aprobó, recientemente, la creación de una Oficina de Asesoramiento Científico y Tecnológico, un proyecto que la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, se propuso impulsar en esta legislatura, sin embargo, será el próximo Parlamento el encargado de ponerla en marcha y definir sus campos de actuación
Se trata de una iniciativa que llevaron al Congreso varios investigadores, bajo la plataforma ‘Ciencia en el Parlamento’, para tratar de abrir en la Cámara Baja un organismo que ya existente en numerosos países del mundo.
Esta oficina quiere ser “un foro común donde científicos y políticos debatan sobre cómo el método científico puede ayudar a la elaboración de leyes más justas y también herramientas para su evaluación”. Se trata, según explicaron sus impulsores, de que los diputados tengan la oportunidad de tratar científicamente sus proyectos.
‘Ciencia en el Parlamento’ se reunió con los máximos representantes de la Cámara Baja y con los grupos parlamentarios que, desde un primer momento, mostraron su apoyo a este proyecto. Algunos partidos llamaron, incluso, a acelerar la creación de esta oficina a través de iniciativas que fueron respaldas por unanimidad.
Ante esta acogida, el Congreso decidió ‘ensayar’ con los diputados cómo sería tener el asesoramiento de científicos en su día a día y se organizó unas jornadas –el pasado mes de noviembre– en las que científicos y políticos mantuvieron reuniones bilaterales sobre diferentes temas.
Salud, Ingeniería, Energía, Cambio Climático y Ciencias Sociales, fueron algunos de los foros que se abrieron durante esos días entre ambos profesionales. Por ambas partes se calificó la experiencia de “éxito”.
Ahora, el Congreso ha dado el penúltimo paso para su creación, después de que la Mesa de la Cámara aprobase el proyecto. La última fase, la de su puesta en marcha, deberá esperar a la próxima legislatura, cuando comenzará a funcionar y se definarán sus campos de actuación.