Uno de los temas más novedosos del II Congreso de Dentología Médica, de Tarragona, fue el dedicado a la atención al menor, que representa uno de los campos de mayor complejidad en el plano ético-deontológico. Así, expertos participantes en una Mesa redonda dedicada a analizar estas cuestiones, manifestaron su confianza en la ética médica como herramienta mediadora para resolver gran parte de los conflictos a los que los médicos deben enfrentarse con este tipo de pacientes desde sus primeros días hasta el período de adolescencia
Tarragona, 14 de mayo 2015 (medicosypacientes.com/S.P.)
Uno de los temas más novedosos del II Congreso de Dentología Médica, de Tarragona, fue el dedicado a la atención al menor, que representa uno de los campos de mayor complejidad en el plano de la Ética-Deontología. Así, expertos participantes en la Mesa dedicada a analizar estas cuestiones, confían en ésta como herramienta mediadora para resolver gran parte de los conflictos a los que los médicos deben enfrentarse con este tipo de pacientes, además de abogar por un mayor conocimiento en la materia para saber manejarla adecuadamente. Para desgranar las principales dificultades en estas etapas de la vida y posibles soluciones se contó con expertos como el profesor de Pediatría Manuel García del Río, vocal de la Comisión Central de Deontología de la OMC y con la también pediatra Montserrat Ezquerda, presidenta de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Lleida, acompañados de Mª Concepción Abril, vicepresidenta primera del Colegio de Médicos de Tarragona; y de Dra. Pilar Casaus, miembro del Consejo Asesor de Salud Mental de Cataluña, que actuó de moderadora.
El Dr. Manuel García del Río, que se centró en los problemas éticos del recién nacido, que corresponden a los primeros 28 días de vida de todo ser humano, y cuya figura, que según este experto, “nada tiene que ver con la pediatría sino con la neonatología”, puede enfrentarse a diversos problemas de carácter ético, de los que el Dr. García del Río expuso los cuatro principales que tienen que ver con la reanimación, la abstención terapéutica, la supresión terapéutica, y la intervención de los padres.
“Éticamente, y ante la duda, es preferible actuar con todos los medios posibles a favor del recién nacido, a favor de la dignidad de la persona”, según remarcó. A continuación recordó los principales principios éticos del recién nacido, emanados del Grupo de Trabajo sobre Ética de las Conferencias de Especialistas Europeos en Pediatría, entre los que destacó que el recién nacido es único, tiene su propia identidad, que debe ser reconocida y protegida y tiene derecho a su propia vida.
Asimismo, según indicó, el neonato tiene derecho de recibir el tratamiento y la atención óptimos, y de participar en la sociedad en lo que ésta tiene que ofrecer.
Por otra parte, el Dr. García del Río defendió que “las decisiones sobre este ser humano no deberían estar influidas por puntos de vista personales o sociales por parte de los cuidadores, sobre el valor de la vida”, sino que todas las medidas y decisiones deberían estar centradas en “los mejores intereses” para el recién nacido.
Entre los principios éticos recogidos también se indica que la discapacidad o el retraso mental no son suficientes razones para parar un tratamiento destinado a estas personas. Así como que las decisiones de no iniciar o adecuar un tratamiento debería acompañarse siempre de un tratamiento paliativo de calidad y unos cuidados dignos y reconfortantes.
Además, la opinión de los padres o representantes legales debe formar parte de las decisiones
médicas, precisó.
Finalmente, este experto en Deontología concluyó que en caso de situaciones poco claras o de opiniones discrepantes entre los miembros del equipo médico o entre este y los padres, debería acudirse a la mediación de una segunda opinión.
Ética médica aplicada a la Pediatría
La pediatra y presidenta de la Comisión Deontológica de Lleida, Dra. Montserrat Esquerda, abogó por la aplicación de la ética a la hora de gestionar situaciones complejas con los pacientes menores producidas en muchas ocasions por una serie de factores entre los que citó los cambios sociales que se dan en estos momentos; la pluralidad de valores que afecta también a la esfera familiar; el desarrollo tecno-científico que está experimentando la Pediatría lo que conlleva, a su vez, a un incremento de las posibilidades diagnósticas y opciones de tratamiento, así como un cambio en la consideración del menor.
Insistió en la importancia de no olvidar que los niños están siempre sujetos a la protección, tanto por parte de sus familias como de las Administraciones así como a nivel social, pese a que, esto impida, muchas veces, poder establecer límites en relación a dicha protección. En este contexto, la ética médica debe enfocarse también al terreno de la Pediatría, que, a su juicio, va más rezagada que la Medicina de los adultos, poniendo como ejemplo los cuidados paliativos, el manejo del dolor infantil, u otras situaciones clínicas de alta fragilidad, entre otros.
La Dra. Esquerda abordó, además, aspectos relacionados con la toma de decisiones en los menores. Desde su punto de vista, son personas que se están desarrollando, “por lo que progresivamente van elaborando competencias y capacidades para diferentes funciones, entre ellas las de la toma de decisiones, no solo en el ámbito de la salud sino también en muchas otras áreas de su vida”.
En conclusió, afirmó que para “proteger, promover y acompañar al menor se requiere de profesionales comprometidos que acompañen a padres maduros y poder favorecer el desarrollo de todas las capacidades del menor”.