El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, calificó como "inaceptable" e "indignante" el hecho de que todavía mueran miles de niños y niñas al año en todo el mundo por no haber tenido acceso a servicios sanitarios básicos como las vacunas, al tiempo que ha señalado que poner fin a esta situación "intolerable" es una "obligación imperiosa" para todos
“Es inaceptable e indignante que cada año mueran millones de niños en el mundo porque no han tenido acceso a servicios sanitarios básicos. Es inaceptable que en siglo XXI nuestros menores todavía sucumban a enfermedades que no deberían existir desde hace mucho tiempo en Europa”, expresó en el discurso con el que ha abierto la Cumbre Mundial sobre la Vacunación que se celebra este jueves en Bruselas.
El jefe del Ejecutivo comunitario apuntó que acabar con esta situación “intolerable” es una “obligación imperiosa” para toda la sociedad y ha puesto el ejemplo del sarampión, cuyos casos se han triplicado durante los seis primeros meses del año. En Europa, ha dicho, el número de muertes vinculadas al sarampión se multiplicó por seis entre 2016 y 2018.
En este sentido, subrayó que muchos europeos desconfían de las vacunas y en concreto el 38% piensa que son la causa de las enfermedades que deben proteger. “Mientras en otras partes del mundo seres humanos mueren por la falta de vacunas, aquí hay gente que arriesga su vida y la del resto rechazándolas”, lamentó.
Este escepticismo, afirmó Juncker, tiene su origen en las “campañas de desinformación” que ponen en duda la eficacia de las vacunas y presentan el beneficio de la industria farmacéutica como el único motivo de las campañas de vacunación. “Son discursos que la Comisión combate”, aseguró.
Por su parte, el comisario de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, señaló que el movimiento antivacunas representa la mayor preocupación al respecto tanto en la UE como en otras partes del mundo. “¿Por qué duda la gente? Tal vez porque no ve las enfermedades y piensa que ya no existen”, se preguntó en una rueda de prensa.
El lituano detalló que la desconfianza en las vacunas no es nueva, porque ya se cuestionaron en sus inicios, sino que lo peligroso ahora es la rapidez con la que se difunden las campañas en contra, que calificó como un “huracán de desinformación”.
Para combatirlo, Andriukaitis remarcó la importancia de mejorar los programas nacionales de vacunación y su supervisión, garantizar la disponibilidad de las vacunas, lanzar campañas para contrarrestar las ‘fake news’ y diseñar nuevos modelos de suministro dentro de las medidas para revertir la tendencia y aumentar las tasas de vacunación.
“Nos encontramos en un punto de inflexión crucial (…) Podemos y debemos corregir el rumbo”, expresó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.