Médicos y Pacientes habla con Fernando Valladares, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y doctor en ciencias biológicas por la Universidad Complutense de Madrid , que participará como ponente en el IV Congreso de Cooperación Internacional que se celebrará los días 25 y 26 de mayo en Valencia. El profesor de investigación del CSIC intervendrá en la cuarta mesa de debate del evento, 'One Health: El cambio climático y la cooperación sanitaria: iniciativas prácticas' , en la que estará acompañado de Fernando Fariñas, director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas, y Santiago Vega, catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera
– ¿Cómo afecta el cambio climático a la salud?
El cambio climático afecta tanto a la salud humana que lo difícil es encontrar algo que no afecte. Los eventos extremos como las olas de calor o de frío tienen un impacto directo. Y esto quizás ha sido lo mejor reportado. El ingreso en hospitales o el aumento de fallecimientos en esos momentos de gran calor o frío están bien documentados. Sin embargo, el cambio climático afecta a muchas más cosas. Interacciona con la contaminación atmosférica para generar cuadros de alergias y problemas respiratorios. Después está todo lo relacionado con los vectores de enfermedades tropicales, que permite la expansión de mosquitos, garrapatas y demás invertebrados trasmisores de enfermedades de origen tropical. También afecta a la disminución de la disponibilidad de agua, que ya es un problema internacional porque un tercio de la humanidad no tiene agua suficiente, y estos efectos agudizan esta insuficiencia y a la calidad del agua. Además, todo lo relativo con el suministro de comida también condiciona la salud alimentaria de millones de personas. Por último, destacaría las crisis migratorias. La mitad de las personas que migran lo hacen por razones climáticas. Es difícil estimar el número total de fallecimientos por estas causas, pero el número se situaría probablemente en decenas de millones cada año.
– ¿Considera relevante la celebración de este congreso? ¿por qué?
Este congreso me parece muy oportuno. Esta consideración holística de la salud de las personas no es solamente el estado de su cuerpo. La salud está en todo lo que nos rodea, desde la calidad del aire hasta todo tipo de interacciones relacionadas con la diversidad biológica y con los demás organismos con los que compartimos el mundo. Pues esta visión integrada, que se releva, por ejemplo, en que la mayoría de los canceres infantiles tienen un origen ambiental, creo que es la forma adecuada de progresar significativamente en el tratamiento de la salud de las personas.
– ¿Qué tiene que ver la cooperación internacional con el abordaje del cambio climático?
La cooperación internacional juega un papel clave en muchos aspectos. Hay que ponerse muy de acuerdo en países que sufren y causan los efectos del cambio climático de formas diferenciales. El famosos norte y sur global es un patrón de una fuerte desigualdad económica que nos está causando muchos problemas. Se estima que esta fuerte desigualdad genera un tremendo consumo de energía y ese consumo se traduce en emisiones de gases de efecto invernadero. La cooperación internacional no debe ser una limosna que se da desde el norte global con una mirada condescendiente. Esto es totalmente insuficiente y está desfasado. La cooperación internacional tiene que ser compartir codo con codo conocimientos y tecnologías con países que no tienen la fortuna de los países europeos.
– ¿Puede poner algún ejemplo de iniciativas prácticas que se realicen o se puedan realizar en cooperación sanitaria en pro de la lucha contra el cambio climático?
Se me ocurren aquellas que tienen que ver con los vectores y las enfermedades tropicales. Existen interacciones muy curiosas. Por ejemplo, la explotación del bosque amazónico trae consigo el encharcamiento de esas zonas y la proliferación de mosquitos. Los propios empleados de esas explotaciones forestales acaban siendo afectados por enfermedades como el dengue el zika o la malaria, por ejemplo. Esto supondría combinar objetivos globales como el de mitigar los efectos del cambio climático manteniendo la integridad del bosque amazónico o prevenir problemas de salud por alterar esos ecosistemas. Se me ocurren muchos ejemplos en zonas tropicales, como el desastre de los monocultivos de palma de aceite que traen consigo el aumento de la zoonosis. Conservar y proteger bosques de alta biodiversidad como en Polinesia reduciría el impacto de las zoonosis y así mitigar esos efectos del cambio climático.
– El cambio climático ¿está cambiando el panorama de la cooperación sanitaria?
El cambio climático nos está haciendo ser más conscientes de las interrelaciones entre las personas, las regiones o las conexiones del planeta. Eventos como el niño te hacen sentir que lo que pasa en el pacífico tiene impactos en el atlántico y como el calentamiento asociado al niño puede sumarse al calentamiento global. Esa visión holística refuerza la misión de la cooperación internacional en materia sanitaria.
– ¿Existe concienciación por parte de las administraciones en materia de cooperación de este gran desafío? ¿Qué pueden hacer las corporaciones profesionales para abordar este reto?
Este es un tema difícil. Las administraciones cuentan con personas que sí están concienciadas, pero como en tantas instituciones estos cambios son lentos. La cooperación por parte de las administraciones tiende a ser lenta y difícil de cambiar. Una vez que se establecen unas determinadas vías de cooperacion y financiación éstas se quedan igual por mucho tiempo. Es necesario cambiar, ser más adaptativos a las circunstancias y más rápidos en la ejecución de los proyectos. Las corporaciones profesionales pueden jugar un papel clave agilizando esas acciones por parte de la administración y concienciando a la ciudadanía en general. Necesitamos que mucha gente sea consciente para que eventualmente nos atrevamos a cooperar de verdad. Esto pasa por frenar muchas ideas de desarrollo del norte global para permitir el desarrollo de zonas del sur global. Es necesaria esta armonización y entender que no nos va a ir muy bien hasta que al sur global no le vaya bien. Este último objetivo puede sonar muy ambicioso, pero creo que la salud bien entendida, de manera holística y moderna, pasa por muchos aspectos económicos, diplomáticos y geopolíticos que ponen en juego la vida de muchas personas.
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