Expertos han resaltado las mejoras en eficiencia y calidad asistencial que aporta la colaboración público-privada al Sistema Nacional de Salud (SNS) en el encuentro ‘Colaboración público-privada’, que ha abierto este martes el ciclo de encuentros con expertos ‘La sanidad española mirando al futuro’, organizado por la Fundación Economía y Salud y la Fundación Ortega-Marañón.
El presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) y presidente de la Comisión de Sanidad y Asuntos Sociales de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Carlos Rus, ha impartido la conferencia inicial ‘La colaboración de la sanidad privada con la sanidad pública, imprescindible para la supervivencia del sistema sanitario en España’, en la que ha presentado los principales datos económicos y de resultados que reflejan la aportación de la sanidad privada a la actual estructura del SNS.
“El gasto sanitario privado asciende a 37.289 millones de euros, lo que supone el 28 por ciento del gasto sanitario total y aporta el 3,1 por ciento del PIB”, ha destacado. Según los datos que maneja ASPE, uno de cada tres españoles, el 33 por ciento, son usuarios de la privada, lo que supone en torno a 16 millones de personas.
En lo referente a los conciertos sanitarios, Rus ha explicado que el importe destinado a la partida de conciertos “se ha incrementado casi un 31 por ciento entre 2013 y 2022, pasando de los 7.280 millones que supusieron en 2013, a los 9.521 millones de euros de 2022. No obstante, el porcentaje que se destina a la partida de conciertos se ha reducido en los últimos años, variando del 11,6 por ciento que suponía en 2013 al 10,1 por ciento de 2022”. En base al análisis realizado, ha concluido que los precios concertados son “significativamente inferiores a los precios públicos” en la mayoría de los procedimientos analizados.
Respecto a las mejoras y aportaciones que realiza el ámbito privado a la sanidad, Rus ha ofrecido una serie de datos facilitados por el Ministerio de Sanidad. De este modo, ha comentado por ejemplo que, en cuanto a la actividad hospitalaria, el 42 por ciento de las intervenciones quirúrgicas, el 34 por ciento de las urgencias y el 30 por ciento de las consultas o de las estancias se realizan dentro del ámbito sanitario privado. En actividad diagnóstica, el 49 por ciento de las resonancias magnéticas, el 39 por ciento de las mamografías, y el 24 por ciento de los TAC, se realizan dentro del ámbito sanitario privado.
Asimismo, Rus ha destacado que “cada vez más la privada tiene centros que están muy especializados en determinadas patologías de altísima complejidad”, lo que desmiente la creencia de asimilar la privada a aquello “fácil”. “A nivel de prestaciones, el 51,7 por ciento del presupuesto de las compañías aseguradoras se destina a problemas graves de salud o problemas significativos de salud”, ha comentado.
Rus también ha recordado los datos del informe sobre especialistas médicos realizado de forma conjunta con el Ministerio de Sanidad, que indica que en el sector privado trabajan 462.000 profesionales, lo que supone un incremento del 53 por ciento en los últimos 10 años. Dentro de estos, 160.000 están en el sector hospitalario y, de ellos, un 33 por ciento son médicos; un 19 por ciento, enfermeros; un 29 por ciento, otros profesionales sanitarios y, en torno al 20 por ciento, profesionales no sanitarios.
Según ha señalado, la sanidad privada aporta el 56 por ciento de hospitales (431 hospitales), el 31 por ciento de las camas (49.000 camas), 36 por ciento de quirófanos (1.700 quirófanos) y en torno al 20 por ciento de camas UCI (1.200). Respecto a la colaboración público-privada de los centros, ha indicado que “tenemos 129 centros que colaboran con el ámbito público, 178 que no tienen ningún tipo de colaboración con el ámbito público y 120 que están integrados dentro de la red pública”.
CASOS DE ÉXITO EN LA COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
Posteriormente, se han presentado dos casos de éxito de la colaboración público-privada. El primero de ellos ha sido detallado por el director general de Ibermutua, Carlos Javier Santos, que ha explicado la experiencia de colaboración de esta mutua con el Servicio Andaluz de Salud (SAS). “En los tres últimos años, Ibermutua ha realizado cerca de 60.000 intervenciones clínicas en Andalucía que han permitido aligerar la carga asistencial y reducir las listas de espera en el SAS”, ha explicado.
Además, ha destacado la necesidad de reducir los tiempos de baja por Incapacidad Temporal por Contingencia Común (ITCC) y su incidencia en la productividad y la competitividad. “Los costes directos de las ITCC se han triplicado en los últimos ochos años, y sitúan a España a la cola de los países de la OCDE en productividad por trabajador en relación al PIB, con un preocupante -3,8 por ciento por el 4,6 por ciento de la media OCDE”.
El segundo caso de éxito lo ha expuesto la coordinadora de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Beata María Ana de Hermanas Hospitalarias, Silvia Rubio, una unidad que colabora con el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) desde el año 2010. Según ha destacado, el carácter multidisciplinar de esta iniciativa permite “su extensión al domicilio, la telemedicina y una asistencia cercana al paciente hasta el final de su vida”. Igualmente, ha subrayado que “la coordinación con SERMAS en la petición de pruebas, traslados e informes, la valoración personalizada holística y el conocimiento de la dinámica familiar han sido claves para el éxito”.