Con motivo del Día Internacional contra Trastornos Alimenticios que se celebra el próximo lunes, expertos han lanzado una serie de recomendaciones orientadas a la población más vulnerable como son los menores. En este sentido, aconsejan educar a los niños en el uso crítico de las TIC y enseñarles a trabajar la autoestima como claves para evitar que en su adolescencia sean vulnerables a patologías como la anorexia o bulimia
Madrid, 27 de noviembre 2015 (medicosypacientes.com
Con motivo del Día Internacional contra Trastornos Alimenticios que se celebra el próximo lunes, expertos han lanzado una serie de recomendaciones orientadas a la población más vulnerable como son los menores. En este entido, aconsejan educar a los niños en el uso crítico de las TIC y enseñarles a trabajar la autoestima como claves para evitar que en su adolescencia sean vulnerables a patologías como la anorexia o bulimia.
En un informe publicado en 2011, la Agencia de Calidad de Internet (IQUA) advierte que la presencia de páginas web dedicadas a fomentar la anorexia y la bulimia como estilos de vida ha crecido un 470 % desde 2006.
Actualmente, una de cada cuatro personas que desarrollan estas enfermedades que afectan al 6 % de la población joven, con el doble de incidencia de la bulimia respecto a la anorexia, se convierte en enferma crónica y puede padecer este mal el resto de su vida.
“Al problema de páginas web que cierran y abren con sorprendente facilidad hay que añadir otro: mediante estos blogs y sitios, los adolescentes que los siguen contactan entre sí y crean grupos de Whatsapp totalmente privados en los que se animan mutuamente a seguir dietas muy estrictas, dándose apoyo mutuo”, según la experta en educación nutricional y trastornos del comportamiento alimentario y profesora de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC), la doctora Marga Serra, quien añade que “en la mayoría de los casos, la persona que realiza el blog o la página web tiene una fuerte personalidad y da órdenes muy severas a sus seguidores, lo cual agrava un problema que es ya global, pues muchas chicas españolas interactúan con chicas colombianas, chilenas o mexicanas. Algunas son incluso menores de edad”.
Hay países, como Italia, que ya han legislado ad hoc para prohibir este tipo de páginas. “En España no existe aún una ley que las prohíba, pero pueden denunciarse a cuerpos de seguridad debido a que su contenido atenta contra la salud de las personas”, algo que Marga Serra considera un paliativo ante situaciones como la escasa información que plataformas como Google o Twitter ofrecen sobre el control de los contenidos de ciertas páginas, lo cual, a su juicio, “brinda una enorme impunidad a los creadores de páginas de esa clase”.
Los contenidos denunciables en España son aquellos que pueden ser nocivos para los menores; invitaciones a los adolescentes para que se autolesionen («algunos sitios publican fotos de brazos con cortes o lesiones como victorias personales», advierte Serra); si los textos que escriben enaltecen una delgadez patológica; si los blogs, webs, perfiles de Facebook o Instagram tienen un apartado con una serie de normas, guías, decálogos que incitan a practicar conductas nocivas para la salud como laxarse, hacer carreras de kilos o dietas con una restricción alimentaria severa, o incluyen contenidos relativos a cómo engañar a los padres y a los psicólogos.
Es por ello que Marga Serra considera que se “debería aprobar una ley no solo orientada a penalizar este tipo de contenidos sino que regule la edad y el índice de masa corporal de las modelos que salen en los anuncios de televisión y en las revistas, o que se penalicen los desfiles de moda que no cumplan las normativas”.
Lo recomendable, en estos casos, es educar en el uso de las TIC, ya que es importante que los padres y madres se pongan al día de las nuevas tecnologías que frecuentan sus hijos, nativos digitales. Por otra parte, es necesario que antes de que el niño sea adolescente, el padre y la madre lo inicien en internet: que empiecen a navegar juntos y lo eduquen para utilizar las nuevas tecnologías, según Marga Serra, quien concluye que “lo que no se puede hacer es regalar a los hijos adolescentes un móvil inteligente a una edad en la que son susceptibles de investigar contenidos que pueden ser nocivos para ellos, sin una formación previa”.