El Dr. Tato Vázquez, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), ha sido reconocido en los VI Premios Médicos y Pacientes como personalidad destacada en el ámbito sanitario, que se entregarán el próximo 3 de octubre.
En esta entrevista aborda los próximos retos que se plantean, tras conseguir que se reconozca esta especialidad en España.
Se le ha reconocido como personalidad destacada en el ámbito sanitario en la VI edición de los Premios Médicos y Pacientes, ¿cómo se siente al recibir este prestigioso premio de sus compañeros de profesión?
Particularmente me siento muy agradecido al CGCOM. Creemos haber entendido el mensaje, y utilizo la primera persona del plural porque lo interpretamos como un reconocimiento a todo este colectivo, al de los urgenciólogos españoles. Unos profesionales que han pasado unos años muy duros pero que han sabido mantenerse siempre en primera línea para garantizar la atención a sus pacientes y dar sostenibilidad al sistema sanitario. Una sanidad (que junto a la educación) tiene que seguir siendo la mejor garantía de igualdad de oportunidades para nuestros ciudadanos. También un reconocimiento a un colectivo que ha sabido mantenerse firme en sus posiciones con respecto al futuro de sus servicios haciendo un enorme esfuerzo para que el sentido común y el criterio técnico (lejos de posiciones partidistas) se hayan impuesto tras tantos años de difícil travesía.
Desde SEMES llevan mucho tiempo trabajando para conseguir la especialidad de Urgencias y Emergencias, ¿qué significa este logro para ustedes?
Significa muchas emociones, pero si tuviésemos que definir en una expresión ese estado de ánimo diría que “satisfacción por el deber cumplido” y “esperanza en el futuro”.
Desde el punto de vista objetivo la EMUE significa muchas cuestiones: formación homogénea, reglada, estructurada para los profesionales, por tanto, la mejor garantía posible de calidad y seguridad en la asistencia. Significa reconocimiento de una especialidad que ya existía “de facto” pero no “de registro”; y esto último tiene repercusiones a nivel europeo (tránsito de profesionales). Significa equidad en la asistencia, al garantizar la máxima competencia para la asistencia de las patologías tiempo dependientes (las que condicionan la morbi mortalidad inmediata) independientemente del lugar donde uno se encuentre.
También significa poder planificar adecuadamente los RR. HH. a medio plazo (donde estos servicios serán los más deficitarios en 5-10 años). Significa dar un impulso relevante a la investigación en medicina de urgencias y emergencias. Y significa fomentar la identidad propia de estos servicios (ni más ni menos que ninguno) y todo lo que ello conlleva (estructura, organización interna, circuitos, relaciones inter servicios, relaciones con servicios externos -fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, etc.).
¿Cómo ha sido este largo camino para lograrlo?
Complicado, con momentos difíciles y otros de más sencillo recorrido. Han sido muchos años hasta lograr este anhelado objetivo. Es más, en dos ocasiones en el pasado, a principios del siglo XXI tuvimos encima de la mesa un borrador de RD. No le puedo explicar fácilmente la frustración que significó no verlo publicado.
En los últimos años hemos realizado una planificación estratégica exhaustiva. Hemos trabajado con todos los posibles interlocutores, desde las sociedades científicas, asociaciones de pacientes, colegios profesionales (evidentemente el de médicos), consejerías de sanidad de las diferentes autonomías (de manera coordinada desde todas las SEMES autonómicas -17- que son los que mejor conocen sus territorios y a sus interlocutores), el Ministerio de Sanidad (ministros, secretarios de Estado y DOP), OOSS, partidos políticos… Hemos intensificado nuestra presencia en medios especializados y generalistas (creíamos que pocas personas conocían realmente el funcionamiento de nuestros servicios). Por supuesto, hemos estado en las cámaras de representación (Congreso y Senado) y hemos estrechado vínculos con nuestros compañeros europeos y latinoamericanos…
Contamos con cerca de 14 000 socios activos y un objetivo prioritario. Es posible que me olvide de parte de las acciones operativas enmarcadas en dicha planificación, pero le puedo garantizar que ha sido una actividad intensa y adrenérgica (como la de cualquier urgenciólogo que se precie). No creo que sea el momento de repasar todos los pasos, pero le puedo asegurar que desde la publicación del RD 589/22 hemos seguido escrupulosamente y de manera minuciosa los pasos para demostrar una evidencia. La consecución final la vimos el 3 de julio con el RD 610/2024 que crea la Especialidad en Medicina de Urgencias y Emergencias en España.
¿Qué mejoras implica para los pacientes? ¿Y para los profesionales?
Para los pacientes es evidente que cuando tengan un problema que pueda poner en riesgo su vida, el saber que el profesional que le va a atender se ha formado de manera reglada vía MIR en la atención del “aquí y ahora” es la mejor garantía que puede tener de una oportunidad. La propia OMS, ya en el 2008 decía que “La integración de la atención sanitaria, introducida por los servicios de urgencias y emergencias, ha desplazado el foco de atención del facultativo, las especialidades médicas y los diferentes servicios sanitarios al verdadero centro de atención: el paciente”. Esta realidad también ha sido constatada y repetida por el informe de los defensores del pueblo “derechos y garantías de los pacientes en los SUH del año 2015) o por la 72 asamblea de la OMS en el año 2019.
Añadiría una cuestión más, citada anteriormente, la equidad en la asistencia. Los urgenciólogos garantizan la asistencia con el mayor grado de “expertise” en las situaciones que pueden comprometer la vida del paciente, independientemente del lugar o la hora en la que esta se produzca (un ejemplo, un accidente de trafico atendido por un especialista en urgencias en la UVI móvil). No es necesario recordar también el papel relevante que tiene los Servicios de Urgencias y Emergencias en la gestión y atención de incidentes de múltiples victimas (que lamentablemente hemos tenido que vivir en nuestro país en numerosas ocasiones).
¿Qué retos se plantean a corto y medio plazo en esta línea?
A corto plazo los primeros pasos ya están definidos, este mes debe quedar constituida la CNE (comisión nacional de la especialidad), 6 meses después debe estar definido el programa oficial de la EMUE. De manera paralela se iniciará el proceso de homologación extraordinaria de los profesionales que actualmente ejercen en estos servicios. Asimismo deben definirse los criterios de acreditación de unidades docentes, así como los primeros tutores. Y, finalmente, convocar las primeras plazas MIR de EMUE.
Nuestro cálculo establece que deberían ser entre 400 y 500 anuales para garantizar el relevo generacional, sabiendo (así lo dice el informe- oferta de necesidades de especialistas del SNS del MSC) que nuestra especialidad será la más envejecida a partir del año 2029 y que será la más deficitaria de todas las especialidades existentes. Debemos anticiparnos y planificar adecuadamente lo que necesitamos.
¿Cómo definiría la situación de la investigación en el ámbito de las Urgencias y Emergencias?
Actualmente la sociedad científica (SEMES) tiene mas de 32 grupos de trabajo con numerosos proyectos de investigación abiertos (muy punteros en diferentes ámbitos). El ejemplo más plausible de esta labor investigadora lo tenemos en las dos revistas que actualmente tiene SEMES en su editorial (REUE y Emergencias). Esta última lleva más de 10 años en el primer cuartil de su especialidad (la tercera del mundo y la primera en idioma castellano) y tiene un factor de impacto de 5,4. Creo que es una muestra evidente de la capacidad investigadora de nuestros urgenciólogos que crece día a día.
Pero también tenemos muy claro que la llegada de nuestros propios residentes supondrá un avance sin parangón en el ámbito de la investigación en Urgencias y Emergencias. Y estamos deseando asumir ese reto, porque los urgenciólogos nunca se rinden, no fallaremos.