El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodriguez Sendin, ha expresado a los Médicos Internos Residentes (MIR) que «es necesaria una respuesta unitaria de la profesión para salvaguardar el SNS para que la salud no caiga en manos de empresas multinacionales o no cuyo objetivo último es ganar dinero».
Madrid, 7 de diciembre de 2012 (medicosypacientes.com)
Así se manifestó ante numerosos Médicos Internos Residentes (MIR) que habían solicitado reunirse en la sede de la OMC el miércoles por la tarde, en una sesión formativa para conocer en profundidad lo que significa público y privado en la sanidad española. Los MIR llevan en huelga indefinida desde el 26 de noviembre como rechazo al Plan de Medidas de Garantía de la Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de la Comunidad de Madrid que incluye la privatización de la gestión completa de 6 hospitales y 27 centros de Atención Primaria.
La convocatoria de esta sesión de MIR partió de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) que previamente habían participado en la concentración ante la sede de la Asamblea de la Comunidad de Madrid y, anteriormente, en asamblea en el Colegio de Médicos de Madrid, donde desplegaron una gran pancarta alusiva a sus demandas ante la Consejería de Sanidad y en la que se podía leer: «Podría por favor confirmar que los nuevos hospitales de gestión privada tienen que dar beneficios a sus inversores».
La jornada formativa estuvo a cargo de José Ramón Repullo, jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud del Instituto de Salud Carlos III, quien explico a los MIR los conceptos público-privados en la sanidad española. Les detalló lo que es la cobertura pública, los aseguramientos privados, la cobertura privada independiente, la complementaria con financiación pública, la sustitutoria con financiación pública, la concesión de la función de gestión y explotación de un centro público, así de los modelos sanitarios en otros países como EE.UU, Reino Unido, Italia y Portugal.
Tras poner de manifiesto que «hay que distinguir entre quieres están preocupados por la sostenibilidad e intentan hacer las cosas para garantizarla y quienes están encantados con los problemas de la sanidad pública y hacen amplificaciones de los problemas para conseguir nuevos clientes», centro su exposición en el modelo de la externalización de la provisión a través de la colaboración público privada y, en especial, en el modelo «bicéfalo» madrileño, en concreto, en la externalización de hospitales de gestión mixta hacia un modelo capitativo de gestión privada y de los riesgos y consecuencias de este modelo.
Dijo que este modelo de gestión privada completa «es una forma de no aparentar que nos endeudamos, como en efecto ocurre» y para explicarlo, puso el ejemplo de Portugal, donde tras la revisión de las cuentas públicas por Fondo Monetario Internacional destapó que, a finales de 2009 los encargos plurianuales con proyectos de financiación público-privada ejecutados alcanzaban la cifra de 48.000 millones de euros, una tercera parte del PIB.
De los modelos de externalización y privatización de la gestión sanitaria en España, se refirió a las tres quiebras de la Fundación Jiménez Díaz «que las hemos tenido que pagar» y el «fracaso» que supuso el inicio del negocio de Alzira en Valencia que el Gobierno de la Comunidad valenciana tuvo que «rescatar para volver a dárselo con capital negociado» para concluir que «las nuevas formas de gestión concesional puede que no sean buenas ni mala, pero en manos de nuestros políticos y con su estructura de incentivos y reglas, son cuchillos de cocina por no decir bombas de racimo».
Tras advertir que «no hay que olvidar que reformar la red hospitalaria convencional es la clave del futuro», pidió más atención política y prioritaria de los grandes hospitales; «reducir las oportunidades de gestión temeraria y limitar los modelos «alziras» para no perder control estratégico; más modelos de autonomía de gestión como existe en el sistema público sanitario del País Vasco; que se profesionalice y se despolitice la gestión porque «los directivos son el activo estratégico para los cambios necesarios» y estimular «la auto-organización eficiente y alineada de las redes profesionales porque la gestión clínica es una clave muy importante».
Finalmente, aludió al documento de la Sociedad Española de Salud Pública y Administrativa (SESPAS) que deja claro que «no hay evidencia de que la provisión sanitaria privada sea mejor» y de que «de los modelos de concesión administrativa sanitaria apenas se dispone de otros estudios que los publicados desde el entorno de las propias entidades implicadas, más cercanos a la propaganda que al análisis».
Por todo ello, incidió en que las estrategias de gestión sanitaria privada que denominó «experimentos a prueba de fallo», «no han demostrado en la práctica ventajas que aconsejen su adopción», por lo que abogó por «sustituir a quienes no se sienten competentes para gestionar los servicios antes que reformular sin evidencia todo el modelo de prestación asistencial para suplir dichas incompetencias confesadas».
El presidente de la OMC, que se incorporó al final de la sesión, transmitió a los MIR como al resto de la profesión ánimo para seguir insistiendo en la defensa del SNS. Afirmó que «aunque esto no va a ser fácil, tiene solución porque la profesión mayoritariamente tiene claro el SNS que necesitamos » y dijo que «los políticos, se van a ver obligados a ofrecer diálogo para buscar una salida».
Elogió la respuesta unitaria de la profesión que se ha producido en Madrid ante las medidas del Gobierno de la Comunidad, que «privatizan la gestión y la ponen en manos del mercado», lo que consideró «un peligro para un sistema, cuyo único objetivo es y debe seguir siendo el resultado en salud, mientras que el objetivo legítimo de las empresas multinacionales o no es ganar dinero».
«Los profesionales no podemos ?añadió- desviarnos de nuestro objetivo y tenemos que mantener la calma para seguir insistiendo y evitar que se cometan nuevos errores». Tras recordar que «los que ahora defienden que hay que cambiar parte de los cimientos del SNS por ser rígido son los mismos que hace sólo algunos años, creían que el mismo era modelico y de excelente calidad y también decidieron construir hospitales sin atender a las recomendaciones que entonces se le hacían». Calificó la actual propuesta del Gobierno de Madrid de inaceptable y abogó por «no desesperarse y seguir insistiendo para que se cambie».