Entre un 30 y un 40 por ciento de personas que padecen Alzheimer podrían no estar diagnosticados y solo un 20 por ciento de los casos se detectan cuando están en etapas leves, según los datos que ha proporcionado la Sociedad Española de Neurología (SEN), con motivo del Día Mundial de la Enfermedad de Alzheimer, que se celebra hoy 21 de septiembre
Madrid, 21 de septiembre de 2015 (medicosypacientes.com)
En España existe una proporción “muy importante” de demencias no diagnosticadas, especialmente en las fases más leves, principalmente por la falta de concienciación en la población general y una escasa planificación sanitaria, ha explicado la coordinadora del grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN, la doctora Sagrario Manzano.
Uno de los objetivos marcados en la lucha contra el Alzheimer es “reducir el número de personas en las que se diagnostica esta enfermedad en fases avanzadas. Pero también aumentar la sensibilización social, sobre todo para que se entienda que la causa de la pérdida de facultades y de la capacidad de hacer cosas no es necesariamente por envejecimiento y que, por lo tanto, debe ser evaluada”, ha explicado Manzano.
En España cerca de 600.000 personas padecen Alzheimer y se estima que dentro de 35 años esta cifra puede llegar a los 1,5 millones de personas, según datos de la SEN. Cada año se detectan 400.000 nuevos casos de esta enfermedad.
Se suelen ignorar los primeros síntomas
Cuando el paciente comienza a sufrir pérdidas de memoria, la enfermedad suele llevar ya años presente en su cerebro. Hasta que el Alzheimer no produce una disfunción o pérdida neuronal notable, las personas no suelen acudir al médico, lo que hace que se retrase el diagnóstico.
La doctora Manzano ha recomendado prestar atención a los síntomas que se identifican con la regla de “las cuatro A y la C”: la amnesia, que es la incapacidad para recordar hechos recientes; la afasia o dificultad para denominar objetos sencillos; la apraxia, que es la dificultad en el manejo de utensilios o herramientas; la agnosia o dificultad para reconocer el entorno o las deficiencias en la propia memoria; y la conducta, especialmente si se presentan episodios de irascibilidad y apatía.
Afecta a la familia
La demencia es una de las principales causas de discapacidad en los países desarrollados y es la enfermedad crónica que provoca mayor dependencia. Esto supone que los pacientes requieren a un cuidador, lo que ocurre en el 80 por ciento de los casos. En concreto, un paciente con Alzheimer necesita, de media, unas 70 horas semanales de cuidados, lo que causa estrés y depresión en gran parte de los familiares que se quedan a su cuidado.
Manzano ha afirmado que el Alzheimer es una de las enfermedades “más frecuentes, con mayor gasto social y de discapacidad”. “Además, es una enfermedad familiar, ya que el núcleo social cercano es el que tiene que atender a estas personas. Por tanto, no solo es necesario implementar programas globales que permitan un diagnóstico precoz, sino empezar a abordar la enfermedad desde un enfoque multidisciplinario”, ha señalado.
Las demencias se suelen situar en el tercer puesto en cuanto a costes para la sociedad. Los pacientes con Alzheimer suponen un 34 por ciento más de gastos que los colectivos de población similar que no padecen esta enfermedad. En España, el 87 por ciento del gasto ocasionado por la demencia suele correr a cargo de la familia, mientras que el 13 por ciento restante es asumido por los fondos públicos.