Según estimaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN) en España, unas 600.000 personas padecen Alzheimer, la forma de demencia más frecuente que el próximo domingo, 21 de septiembre, conmemora su día mundial. De acuerdo a los datos manejados por la SEN el número de afectados por esta enfermedad aumentará de forma muy considerable en las próximas décadas, hasta el punto de que en 2050, podrían existir más de 1,5 millones de personas afectadas en España. Según los últimos registros, cada año se diagnostican unos 150.000 casos de demencia, de los cuales unos 40.000 corresponderían a nuevos casos de Alzheimer.
Madrid, 19 de septiembre de 2014 (medicosypacientes.com)
“Debido al progresivo envejecimiento de la población, está previsto que estas cifras aumenten de forma muy considerable en las próximas décadas. Además, la mejora de las condiciones socioeconómicas, los avances en el tratamiento médico y la mayor supervivencia después del inicio de la enfermedad harán crecer el número de afectados”, explica el Dr. Guillermo García Ribas, Coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN. “En este sentido prevención, diagnóstico temprano e investigación son los tres aspectos básicos para conseguir frenar el previsible avance de la enfermedad”.
Prevención
Existen una serie de factores que pueden ayudar a modificar de algún modo el inicio de la enfermedad. Algunos estudios han llegado a indicar que unos hábitos de vida saludables pueden reducir el 40% de los casos de Alzheimer.
“Aunque no está aún clara la relación de causalidad con ciertos factores de riesgo sí que se ha demostrado que cuando la enfermedad se instaura en un cerebro con mala salud los síntomas se manifiestan antes. Un cerebro con buena salud puede enfrentarse y defenderse del Alzheimer con mucha más eficacia. Puesto que estamos hablando de una enfermedad que suele aparecer en personas ancianas, un retraso en la aparición de la enfermedad puede significar que ésta no aparezca nunca”, señala el Dr. Guillermo García Ribas, quien recuerda que, aunque la enfermedad también se puede presentar en individuos jóvenes, la inmensa mayoría de los casos va a debutar a partir de los 60 años, duplicándose la prevalencia cada 5 años a partir de esa edad.
“Potenciar las actividades cognitivas (leer, estudiar, hablar varios idiomas, practicar juegos intelectuales, relacionarse con gente, participar en actividades de grupo), controlar los factores de riesgo vascular (azúcar, colesterol, hipertensión, obesidad), llevar una alimentación equilibrada, realizar ejercicio físico y abandonar el hábito del tabaco, son las medidas preventivas a llevar a cabo”.
Detección precoz
La SEN estima que entre un 30 y 40% de los casos de Alzheimer podrían estar sin diagnosticar. Una cifra que es mucho mayor, cercano al 80% de los casos, en pacientes cuya enfermedad aún se encuentra en un estadio leve. Pero potenciar el diagnóstico temprano es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes porque, aunque no hay cura para la enfermedad, sí hay tratamiento.
En la actualidad hay cuatro fármacos que pueden mejorar los síntomas cognitivos conductuales y funcionales de la enfermedad. Además, son fármacos que pueden estabilizar entre uno y dos años la evolución de los síntomas y que pueden incluso retrasar la necesidad de ingreso en residencia. Según los datos manejados por la SEN entre el 20 y el 37% de las personas ingresadas en residencias geriátricas padecen demencia.
“El problema ante el que nos encontramos con mucha frecuencia es que, como la enfermedad tiene una forma de aparición variada y tiene un desarrollo gradual, el estadio inicial puede pasar desapercibido. Para los pacientes y familiares resulta complicado distinguir los primeros síntomas del Alzheimer de los cambios propios de la edad”, explica el Dr. Guillermo García Ribas. “Por eso es importante recordar que la edad, por si misma, no produce demencia. La edad puede hacer que disminuya la agilidad a la hora de aprender o a la hora de recordar, pero la edad no explica la pérdida de recuerdos o los fallos repetidos en la memoria cotidiana”.
Actualmente el 18,5% de los pacientes que acuden a una consulta de Neurología lo hacen por alteraciones de memoria o sospecha de deterioro cognitivo. En mayores de 65 años, ya supone el 35% de las consultas.
Investigación
Aunque en los últimos años se han producido importantes avances en el conocimiento del enfermedad, así como en su diagnóstico temprano, desde la SEN se ve como necesario seguir impulsando esfuerzos para fomentar la educación sanitaria de la población sobre cuáles son los primeros síntomas y promover una coordinación eficaz entre atención primaria y especializada que garantice la mejor respuesta ante los pacientes.
“La investigación clínica diagnóstica y terapéutica sigue siendo crucial. Es una línea prioritaria de muchos centros de investigación públicos o privados. Es esencial ser cada vez más precisos con el diagnóstico y las enfermedades asociadas, así como evaluar nuevas terapias en fases muy iniciales de la enfermedad o en sujetos con un riesgo muy elevado de demenciarse. También es necesario potenciar las unidades clínicas de demencias, los bancos de cerebros, los estudios clínico-patológicos, los proyectos de neuroimagen anatómica y funcional y los centros clínicos que sustenten la investigación”, destaca el Dr. Guillermo García Ribas.
Los médicos de Atención Primaria recuerdan que ante cualquier síntoma de alerta se acuda inmediatamente a la consulta
Las demencias constituyen un problema de salud cada vez mayor debido al progresivo envejecimiento de la población. Coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Alzheimer el próximo domingo 21 de septiembre, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), recuerda la importancia de acudir al médico de familia ante cualquier síntoma de alarma. Como explica la doctora Araceli Garrido, coordinadora del Grupo de Trabajo de Demencias de semFYC, “la cercanía y el conocimiento que tenemos de nuestros pacientes hacen que estemos en una situación privilegiada para hacer un diagnóstico temprano ante cualquier signo de sospecha, implicándonos activamente en todas las fases de la enfermedad. Tratamos de orientar al paciente y a la familia sobre cómo actuar en el día a día para convivir con la enfermedad lo mejor posible”.
La dificultad para aprender o retener información nueva, la desorientación espacial y temporal, los problemas con el lenguaje, y los cambios en el estado de ánimo, en la personalidad y en el comportamiento son algunos de los signos de aviso de una posible demencia. Se estima que en nuestro país en torno al 5,6% de los mayores de 75 años padece alzhéimer. En este sentido, la doctora Garrido advierte que la mayoría de estos enfermos recibe el cuidado de su familia. “La atención sanitaria ?añade- siempre debe coordinarse con la social y con la ayuda a los cuidadores. Además, esta enfermedad, así como el resto de las demencias, debe abordarse de una forma integral, adaptando los tratamientos y cuidados a cada fase”.
En el domicilio es muy importante el papel del cuidador por lo que como señala esta experta, “es imprescindible la información y formación a los familiares y cuidadores: cómo relacionarse y comunicarse con el paciente, cómo abordar los trastornos de conducta, mantener unas rutinas en las actividades diarias o evitar extravíos y accidentes”.