La exposición diaria al tabaco de los bebés y los niños pequeños aumenta hasta un 70% el riesgo de infecciones respiratorias de repetición y sus complicaciones, como la otitis y los episodios de sibilancias, según expertos quienes alertan de la negativa repercusión del tabaquismo pasivo paterno y materno sobre la salud infantil
Madrid, 17 de julio de 2015 (medicosypacientes.com/E.P.)
La exposición diaria de los bebés y los niños pequeños aumenta hasta un 70% el riesgo de infecciones respiratorias de repetición y sus complicaciones, como la otitis y los episodios de sibilancias, según explica la neumóloga infantil del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, la doctora Elena Alonso Villán.
El centro sanitario ha puesto en marcha una campaña informativa alertando de la negativa repercusión del tabaquismo pasivo paterno y materno sobre la salud infantil.
En este sentido, la doctora Alonso recuerda que el tabaquismo en la madre durante el embarazo triplica el riesgo del bebé de morir de muerte súbita y, después del nacimiento y durante la infancia aumenta un 70 por ciento el riesgo de infecciones respiratorias de repetición.
La neumóloga infantil dice que “es de general conocimiento que la exposición pasiva al humo del tabaco durante la infancia tiene importantes repercusiones negativas, tanto si la exposición es intraútero -por el hecho de que la madre sea fumadora, activa o pasiva-, como en el día a día posterior al nacimiento”.
Según explica la doctora, los bebés además de triplicar las posibilidades de morir de muerte súbita, también aumenta el riesgo de padecer bronquitis durante los primeros meses de vida en comparación con los niños cuyas madres no han fumado durante el embarazo.
Estudios recientes asocian las dermatitis atópicas y las alergias alimenticias a la presencia del tabaco en los menores. Además, el humo del tabaco en los menores asmáticos hace que los niños tengan valores espirométricos descendidos con respecto a otros niños no expuestos.
Por todos estos motivos, los grupos antitabaco se centran en la labor preventiva de no solo los adultos sino también de los menores que están rodeados de fumadores.
“Las medidas más importantes y efectivas de actuación preventiva son los programas de información y asesoramiento que llevan a cabo de forma conjunta el pediatra y la enfermera de pediatría, que unidos a programas antitabaco del adulto, consiguen reducir significativamente la inhalación del humo del tabaco en la infancia y, por tanto, mejorar la calidad de vida actual y posterior de nuestros niños”, añade la neumóloga infantil Alonso.