El presidente de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial, el Dr. Juan José Rodríguez Sendín, ante el fallecimiento en Madrid de una mujer con esclerosis múltiple en fase terminal tras suministrarle supuestamente su marido una sustancia letal, ha manifestado su respeto "para una decisión como la adoptada" y ha lamentado la falta de "garantías" de atención paliativa que durante los años de enfermedad ha tenido la paciente
El Dr. Rodríguez Sendín ha manifiestado, en primer lugar, respeto para una decisión como la adoptada ¿quien soy yo para valorar una decisión asi fundamentada en el amor y afecto mutuo?. Por lo cual, ha asegurado que “hechos como éste no deberían estar penalizados. Bastante pena, dolor y sufrimiento han sufrido”.
En segundo lugar, y, según lo declarado recientemente en un medio de comunicación, ha lamentado la falta de “garantías” de atención paliativa que durante los años de enfermedad ha tenido la paciente.
“A esta mujer no se le han otorgado las posibilidades de haber sido cuidada mejor, con más facilidades, ayudas y más posibilidades durante los años que ha estado padeciendo la enfermedad irreversible y avanzada”, ha señalado a título personal a Europa Press, a quien ha manifestado su “profundo respeto” por la decisión tomada.
Asismo, ha explicado que este hecho “no puede ser calificado como un caso de eutanasia, sino que entraría dentro de la consideración de suicidio asistido”, y ha lamentado que en el desarrollo de estos casos pueda ser determinante la falta de garantías y ayuda a las personas dependientes y al acceso a unos cuidados paliativos de calidad.
Respecto a la posición de la OMC, ha señalado que desde la institución de la que es presidente de la Comisión Central de Deontología, existe una posición clara de la profesión médica sobre la eutanasia, “que tiene otras connotaciones” diferentes a lo ocurrido.
El Dr. Rodríguez Sendín ha lamentado la situación de sufrimiento que ha tenido esta mujer durante tantos años.
Ha manifestado que “lamentablemente, los cuidados paliativos en España no están universalizados ni son homogéneos” y ha señalado que “deberían tener unas garantías mayores en casos como éste para no añadir al sufrimiento que conlleva la enfermedad, la desesperación” y se preguntó si todo el mundo que tiene derecho a recibir ayuda la recibe y si se recibe en toda España con la misma celeridad.
“Suicidio asistido, no es eutanasia”, ha advertido, al tiempo que ha señalado que, antes de abrir cualquier debate, es necesario que los españoles reciban una atención paliativa “con mayores garantías”. Consideró que las ayudas deben de llegar antes de lo que llegan y con carácter más generalizado. Los cuidados paliativos no deben de ser el privilegio de unos pocos, sino el derecho de todos aquellos que lo necesiten.
Respecto a la eutanasia, ha señalado que “la duda que se nos plantea a la profesión médica no es intentar evitar la autonomía del paciente, sino que se regule algo que abra una puerta a realizarla con todos aquellos que son más débiles y se les provea de la muerte cuando pudiera ser evitable”, ha concluido.
El hombre detenido este miércoles por la muerte de su mujer, enferma terminal, tras suministrale una sustancia letal pasará hoy viernes por la mañana a disposición judicial
La detención tuvo lugar el miércoles, cuando los agentes tras recibir un aviso a las 14.50 horas se personaron en una casa ubicada en el madrileño distrito de Moncloa-Aravaca.
El arrestado, según las mismas fuentes, manifestó que le había suministrado una sustancia para provocarle la muerte a su mujer porque se encontraba en fase terminal. La víctima es de nacionalidad española y nacida en 1957 mientras que el marido, también español, es de 1949.
Fuentes de Emergencias 112 Comunidad de Madrid han adelantado que la mujer estaba enferma de esclerosis múltiple desde los 32 años y su marido quiso ayudarla a morir porque así lo deseaba ella. Durante todo este tiempo, habría estado dependiendo de los cuidados de su pareja, que le administraba morfina para ayudarle a calmar los dolores.
Tras la detención, el hombre se encuentra ahora en los calabozos de la comisaría de Tetuán. Está acusado de un delito de homicidio. Según el artículo 143 del Código Penal, el que induzca al suicidio a otro hasta la muerte está penado con una pena de seis a diez años de prisión.
Sin embargo, aparece reflejado en el mismo artículo que “el que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar, será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a las señaladas”.
En una carta el marido señalaba que no le iba a quedar “más remedio” que ayudar a su mujer ante su “constante demanda” de que lo hiciese. “Esta historia quedará concluida cuando María José, en su derecho a poner fin a su malvivir, y en uso de su libertad decida seguir adelante con su suicidio. Es evidente que el deseo de María José a fin de que se cumpla se necesita que se le ayude, por su incapacidad a realizarlo por ella misma, y como es una constante en ella demandar ese auxilio no habrá más remedio que proporcionarle esa ayuda para que su deseo se cumpla”, dijo en la misiva.
Finalmente, este miércoles cumplió con el deseo de su mujer y, una vez hecho, llamó a la organización para comunicar que “ya le había ayudado a morir” y, posteriormente, a la policía que, junto al SUMMA, acudió al domicilio y le detuvo acusado de un delito de homicidio. Ángel comunicó a los agentes el caso y, de hecho, él mismo grabó un vídeo del momento en el que le administraba el fármaco en el vaso para que ella misma lo bebiera. En la cinta, Ángel le dice a su mujer que ha llegado el momento que “tanto deseaba” y le pregunta en varias ocasiones si está decidida en tomárselo, a lo que ella responde afirmativamente moviendo la cabeza, y él le explica que le va a prestar sus manos porque ella misma no puede. Incluso, un día antes de morir, la propia María José grabó otro vídeo en el que decía, en respuestas afirmativas a preguntas de Ángel, que no quería esperar más tiempo a poder fallecer, que sabía que le tenía que ayudar su marido a poder morir y que se lo había pedido en multitud de ocasiones.