El presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Alfonso Carmona, ha advertido en una mesa redonda celebrada en la sede de ABC de Sevilla del «tremendo deterioro de la sanidad privada concertada» y de las condiciones indignas de trabajo de los facultativos
«Si un médico autónomo de los que trabajan para estas compañías tiene que atender a treinta o cuarenta pacientes en un día para poder llevarse un sueldo digno a casa, está claro que el paciente no puede recibir la atención sanitaria que merece y que la calidad de la asistencia disminuye con el riesgo también de cometer errores médicos».
Carmona destacó que el precio medio que pagan las compañías privadas en España a los médicos por consulta es de 15 euros en la primera visita y 7,5 euros la segunda, «da igual que venga con una neumonía o con lo que sea. Y la tercera o cuarta consulta no te la pagan en casi ninguna», lamentó. En el caso de los fisioterapeutas se les paga 3,5 euros por sesión, una remuneración inferior a la de una empleada doméstica. «Esto es vergonzoso», añadió.
Carmona recordó que cualquier facultativo «ha estado once años formándose en la universidad y tiene que seguir haciéndolo durante toda su vida profesional para actualizar sus conocimientos, ya que en la sanidad se producen cambios y nuevos tratamientos de forma constante». También estuvieron al pie del cañón durante el confinamiento y las durísimas olas de la pandemia. «Esa inversión en tiempo y especialización no tiene una justa recompensa cuando se les ofrecen ese tipo de tarifas », añadió. Por eso han iniciado una campaña de concienciación en las redes sociales titulada «No es justo».
La situación en la sanidad privada concertada se ha degradado tanto en los últimos años, según destacó el presidente del órgano colegial, «que muy pocos médicos de la pública han querido trabajar en ella cuando se les ha dejado de descontar los ochocientos euros del plus de dedicación exclusiva».
José Manuel Montero, vicepresidente segundo del Colegio de Médicos de Sevilla, subrayó que unas 4 ó 5 empresas copan el 75% del mercado privado y todas ellas juegan con la buena voluntad de los profesionales que miran más por el paciente que por su nómina. Pero la sociedad debe conocer la situación que sufren los médicos y hacerla suya porque a todos nos afecta».
Para Alfonso Carmona, «los grandes responsables de esta situación no son las compañías sino los médicos, que no se unen ni para pedir dinero». Los facultativos no han destacado nunca por sus reivindicaciones laborales.
Cada vez menos médicos
cada vez hay menos médicos en España (la fuga a países europeos con mejores condiciones sigue en ascenso) y el 40 por ciento de todos ellos tienen más de 50 años, lo que anuncia un número de jubilaciones muy importante y la necesidad de que los facultativos en activo tengan que dedicar más tiempo a su actividad. «La gente joven viene con otras premisas y no creo que esté dispuesta a aceptar estas condiciones», asegura Carmona, que considera que los principales culpables de esta situación de la profesión médica en el sector de la sanidad privada concertada «son los propios médicos por no unirse en defensa de unas condiciones dignas de trabajo.
Paralizar el país
Por ese motivo, pide «diálogo» con las compañías, aunque constató que «llevan años sin querer hablar de este asunto ». Y añadió: «Las compañías y los políticos, que tampoco nos escuchan, deben saber que somos la única profesión de España que puede paralizar todo el país sin dejar de trabajar, sólo haciendo las cosas bien, como dicen los cánones, con la calma necesaria en cada consulta en un hospital con 200 o 300 urgencias al día. Se paralizaría el país».
Hay unos 12 millones de españoles con algún tipo de seguro de salud privado («un gran alivio para la sanidad pública», dice Carmona) y unos 400 000 médicos autónomos en España. «Nos parece trágico y rayano en la inmoralidad—dice José Luis Perea, secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA)— que un cirujano cobre 22 euros por una fimosis o 45 euros por extirpar un Tumor maligno».
Y añade: «Hemos visto situaciones laborales durísimas en nuestra asociación, por ejemplo, los taxistas, pero esto lo supera todo. Y hablamos de las personas en cuyas manos ponemos nuestras vidas».
«Cerrazón»
Según Perea, estas tarifas tan bajas se producen en un contexto de un incremento de un 30% del negocio de las principales compañías sanitarias en los últimos ocho años. Han pasado de facturar 6000 a 9000 millones de euros e iremos a la Comisión de la Competencia si no atienden nuestras peticiones».
Perea destaca la «cerrazón» de las compañías para mejorar las tarifas y que «lo único que ofrecen es más volumen de trabajo, pero entonces habría que estar dieciocho horas trabajando para llevarse un sueldo digno a casa».
También se da la circunstancia de que las compañías no hacen ningún contrato laboral a los facultativos «de tal modo que no hay revisión del IPC ni cobran cuando se ponen enfermos o sufren un accidente. Tampoco tienen derecho a ninguna indemnización si se decide prescindir de sus servicios».
Telemedicina
Montero subraya que «la cultura que se ha fomentado sobre la sanidad gratuita es un error porque la sanidad, ya sea pública o privada, tiene un coste, desde los medicamentos, poner en marcha una intervención o los honorarios de los médicos». También alertó contra el auge de la telemedicina y de las empresas «que anda tienen que ver con la salud» que se están posicionando para ofrecerla sin las garantías debidas y desvirtuando la relación médico-paciente. «Sirve para algunas cosas o, por ejemplo, para dar un resultado, pero para hacer un acto médico completo es necesaria la presencia física, sostiene este cirujano.
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